Hay muerte, hay dolor, hay solidaridad, hay impotencia. Pero hay, mientras, otras cosas más deplorables...Por ejemplo, en orden más o menos cronológico:
* Va el jefe innombrable del ejecutivo impresentable y copia y pega en twitter un mensaje de condolencia sin borrar un párrafo referente a otro correo puesto cuando un terremoto de China. ¿Ni siquiera hay sensibilidad para redactar con sentimiento natural unas palabras que sean más auténticas y no un vulgar corta y pega de adolescentes? Cuando se pierde la naturalidad de los sentimientos y las identificaciones con las desgracias ajenas, mal se va. Ese señor va muy mal.
* Va TVE y no acaba de ir. La lentitud en el tratamiento de la noticia del accidente ferroviario da mala espina: ¿estaban esperando órdenes del ministerio de turno o es incapacidad manifiesta porque dicha emisora ha caído a niveles antidiluvianos? Ese medio del gobierno va mal, muy mal (pero con dinero público)
* Va el innombrable y veterano diario de tradición monárquica y franquista (tres letras tres) y en portada culpabiliza y demoniza al maquinista del tren. Horror de infamia, pero ¿de qué me sorprendo? Es su línea histórica, esa que dice que mi verdad me hará libre (si cobro por ella, más)
* Va la innombrable número dos del ejecutivo el viernes, a su izquierda y derecha dos ministros de los que siempre echan risas, y los tres de riguroso luto. ¿Creen que el fundamentalismo de las formas expresa sinceridad? Siempre mirando a las gradas para que los suyos les aplaudan. Mientras iban de luto hablaban de poner en marcha no sé qué programas de recortes municipales que podrían acabar con 72.000 empleos. Más luto.
* Va la realeza a dar el pésame en persona, pero mejor de esto no hablo, porque todo lo que me viene de esa jerarquía bajo sospecha me es ajeno a estas alturas de mi vida. Más formalismo, convención, espectáculo forzado y forzoso por las circunstancias. Ahí la tonta es la gente que sale a babosear el paso de los transeúntes egregios.
* Van las direcciones de RENFE y ADIF, y antes incluso de una investigación y sumario judiciales, se permiten acusar a lo bestia al maquinista. ¿Por qué? Ah, ay que salvar el negocio. Por una parte les debe espantar que se investigue más allá y que haya un debate público -esa transparencia, señores del PP, tienen una oportunidad de oro para demostrar que son unos tíos cojonudos en transparencia- no vaya a ser que la circulación ferroviaria no sea tan correcta. Por otra parte, están en marcha proyectos de venta de producto en Brasil para alta velocidad...he oído que el gobierno brasileño exige a las empresas que construyan las líneas demostrar que no han tenido accidentes en al menos diez años. Perplejidad. Money is money, señores directores generales de ADIF y RENFE, ¿verdad?
Y supongo que los apuntes nefastos -que no los escribo yo, oigan, sino los acontecimientos y los aprendices de brujo- seguirán sucediéndose en los próximos días...
Conclusión: que esto promete lo de siempre, que el muerto al hoyo y los vivos vivísimos a sus business.
La solidaridad...una virtud espontánea de las gentes, que no necesitan instrucciones para llevarla a cabo. Pero en las carteras ministeriales no cabe el término y en los consejos de administración de las empresas es desconocido.
(La imagen de Malevich, naturalmente)