En una de las cosas en que coincidimos Max y yo es en nuestro gusto -en nuestro degustar- por la obra de John Donne (1572-1631, Londres) Su poesía es asunto serio y magistral. Pero de su obra en prosa solo conozco sus Paradojas y sus Devociones, reflexiones de tipo ensayístico sui generis, y tienen el punto de la frescura, del ojo observador, de la advertencia sagaz. Las Paradojas las escribió con veintitrés años y son lo que dice el título. Puesto que se trata de escritura en edad joven aún es irónica, atrevida, divertida incluso. Que los breves capítulos los titule, por ejemplo, Que la desunión hace la fuerza o Que los hombres viejos son más insensatos que los jóvenes o Que todo se destruye a sí mismo ya da idea del tipo de reflexión a la contra, poniendo el dedo y la mirada crítica sobre costumbres, modos, tópicos, ideas fijadas en la opinión general. La otra obra, Devociones, está escrita en edad madura, y en ella se manifiesta su interés y, por qué no decirlo, su obsesión por los temas de la enfermedad, los médicos, los cambios físicos, los tratamientos, la muerte. Consideraciones como podemos hacer cualquier a medida que el avance de la edad nos coloca en la tesitura de afrontar quebrantos y modificaciones corporales, por decirlo de manera suave. Por supuesto, no son tanto pensamientos científicos como el desarrollo de pensamientos personales, probablemente ya tocados por circunstancias familiares dolorosas y por el encaramiento con su salud. Tanto Paradojas como Devociones están editadas por Ediciones Cuatro (Valladolid, 1997)
Leyendo a Donne uno tiene una sensación análoga a cuando lee a Montaigne. Por supuesto, el corpus de pensamiento de este último es inmenso, inagotable, una mina continua. Pero es ese estilo de escritura indagadora, que le da vueltas a todo, que considera lo humano con la amplitud y hondura precisas para tener entre las manos cierta explicación de las cosas y, sobre todo, cierta actitud ante las contradicciones y las afrentas que la edad y en general la vida nos depara a todos.
La poesía, ah la poesía de John Donne, la dejamos para otra ocasión.
Max escribió aquí a su aire: https://reptilector.blogspot.com/2019/10/cronica-del-inicio-del-dia-con-una.html
(Fotografía: Escultura del escritor en el John Donne Memorial de Londres, tomada de The Epoch Times)