"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 31 de agosto de 2025

Humanos: ¡El arte os vengará!





 


Descubridlo y llevadlo a vuestras vidas. ¿Los mitos? ¿Las religiones? ¿Los esoterismos y espiritualidades? ¿Las ideologías? ¿El mercado?

Humanos: ¡El arte os vengará! Descubridlo.




Maya Plisetskaya interpreta el Bolero de Ravel en versión Maurice Béjart

viernes, 29 de agosto de 2025

Resistente Neil Young (79 años) y su potente grito No more great again

 



Parece que los artistas van reaccionando ante las medidas autocráticas que Trump está tomando en los USA. El despliegue de la Guardia Nacional y los agentes Anti inmigración en Washington DC y la amenaza a que siga tomando otras ciudades importantes y poco dóciles a él y su partido, ha llevado a Neil Young a dedicar una canción titulada Big Crime a la política contra la ciudadanía del presidente. Según el medio Dirty Rock "Neil Young & The Chrome Hearts presentaron la nueva canción el 27 de agosto en Chicago en el Huntington Bank Pavilion, donde Young denuncia las 'reglas fascistas', los 'soldados en nuestras calles' y la influencia de los 'fascistas multimillonarios'. El estreno en Chicago, precisamente, no es casualidad: Donald Trump ha propuesto repetidamente desplegar la Guardia Nacional para combatir la alta tasa de delitos violentos de la ciudad “para restablecer el orden público”. Estos planes se enfrentan a una férrea resistencia por parte de políticos locales y estatales, así como de activistas de derechos civiles, quienes los consideran una interferencia federal ilegal en los asuntos municipales y una violación de su jurisdicción. Trump también está acusado de utilizar el despliegue de la Guardia Nacional como herramienta política para reprimir a ciudades gobernadas por demócratas indeseables."

Se adjunta la letra de la canción. La expresión Nunca más grande es la réplica al lema de Trump de Hagamos America grande otra vez (Make America Great Again, MAGA)





No more great again 
No — no more great again
There’s big crime in D.C. at The White House 

Don’t need no fascist rules 
Don’t want no fascist schools 
Don’t want soldiers on our streets 
There’s big crime in D.C. at The White House 
There’s big crime in D.C. at The White House 

Got to get the fascists out 
Got to clean the white house out 
Don’t want soldiers on our streets 
There’s big crime in D.C. at The White House 
There’s big crime in D.C. at The White House

No more great again 
No — no more great again
There’s big crime in D.C. at The White House 
No more great again 
No more great again 
No more great again 

*

Nunca más grande
No, nunca más grande
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca

No necesitamos reglas fascistas
No queremos escuelas fascistas
No queremos soldados en nuestras calles
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca

Hay que echar a los fascistas
Hay que limpiar la Casa Blanca
No queremos soldados en nuestras calles
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca

Nunca más grande
No, nunca más grande
Hay un gran delito en DC en la Casa Blanca
Nunca más grande
Nunca más grande
Nunca más grande




miércoles, 27 de agosto de 2025

Muecas

 



En su infancia el niño tenía por costumbre hacer muecas. La mueca debe ser una seña de identidad con la que uno presume de ser él mismo y no otro. Una respuesta al desasosiego que causa la evolución más recóndita de un cuerpo. La evolución silenciosa del propio cuerpo nunca se controla. Sus expresiones pueden ajustarse a lo indicado por otros (los padres) o a una salida rebelde en forma de gesticulaciones y manías. Un cuerpo vivo pugna por expresarse por todas sus partes, aunque en ocasiones sean salidas caóticas. En aquel tiempo ciertas madres, tal vez pocas, vestían a algunas criaturas de blanco. Hasta los calcetines y zapatos podían ser blancos. 

Cuánto simbolismo en el blanco, de tipo etéreo y moral pero también o, sobre todo, como signo de limpieza (del que llevaba puesto el blanco) El niño uncido amorosamente por una madre a ella misma (habría que hablar en otro momento de aquellos estereotipos de madres) y a la mentalidad media  de un tiempo que necesitaba purificarse como humanidad y como tiempo. Qué era lo que más podía gustar al niño de aquel vestir. El cinturón sin duda. Denotaba otro signo: el de un futuro adulto que él podía capturar junto a su exhibición alba. Tópico es que un niño quiera ser mayor. ¿O como los mayores? Aquel niño siempre permaneció en la duda: ser mayor (crecer) ¿era lo mismo que convertirse en adulto? Él no podía saber entonces que el adulto merma, aunque parezca lo contrario. El niño con cinturón superaba así a otros niños de su edad. Lo ordinario era todavía llevar pantalones con tirantes. 

Esta es una imagen de paseo. Ir de paseo, al menos para aquella madre, era ir de punta en blanco (nunca mejor dicho) Ella, también iba así. Su vestido oscuro arropaba un cuerpo de mujer bien dotado. Resaltaba una esbeltez que el niño percibía y probablemente de la que se enorgullecía cuando las miradas se centraban en ella. ¿En qué iría pensando el niño con sus muecas? Tal vez en la visita al parque. En llegar hasta el barquillero. En montar en la barca del parque y escuchar las repetidas historias sencillas del barquero. Barquillo, barco, barquero...La etimología de las palabras sale al encuentro común de los recuerdos. La navegación de la infancia con inciertos destinos a costas más imprevistas todavía. Mucho más tarde descubrirá el niño de blanco que hay otro tipo de muecas en el pensamiento y las ideas, en las conductas encontradas y en las actitudes cooperadoras, en la sencillez de los corazones que tratan de permanecer incólumes en alguna región de ellos y en la oscura y malsana bilis que envenena la existencia. Ahora se da cuenta el otrora niño que las muecas son fieles compañeras de por vida, como las sombras. 



domingo, 24 de agosto de 2025

Evasiones





Lo más sorprendente y beneficioso del paraje no es la presencia (la floresta, su color, el agua, su rumor, la brisa, su caricia) Es la ausencia (de ruido, de polución, de individuos, de voces, de obligaciones, de compromisos) Vale no tanto por la contemplación como por la evocación. Miramos y nos empapamos de lo que está ante nuestros sentidos. Pero nos vienen a la mente viejas imágenes de un tiempo en que la presencia no sabía de ausencia. Hoy ya no sabemos claramente si la evocación es mero ejercicio de memoria (tememos su alteración) o imaginario (nos inquieta su adulteración) o incluso onírico (nos aterrorizamos ante nuestra mente incontrolada)

Seguimos mirando fijamente la fronda, escuchando el murmullo del agua, percibiendo la ligereza del aire. No sabemos si estamos o nos hemos ido. Me veo (he conseguido verme como si fuera la primera vez)  en aquellos lejanos conciertos de la arboleda, junto al arroyo de la niñez. 

Tal vez un día el final sea así.



miércoles, 20 de agosto de 2025

Contemplaciones

 



Hacía tiempo que no veía a Max. Salga o no salga de viaje es un tipo imparable. ¿Llego en mal momento?, le digo. Él finge amodorramiento o acaso resaca, pero como le conozco no me engaña. Max, hasta de tus poses haces ficciones. Deja caer el mentón y se queda un rato contemplando el suelo. A Max le gusta observar cualquier ángulo de la geometría del espacio. Una vez me dijo:  me inspira el suelo que piso tanto o más que el horizonte que se abre a lo largo. No es que me aclare por ello más el suelo pero ofrece un punto de reflexión diferente. El suelo supone la obviedad de una limitación próxima. El paisaje promete pero a la vez frustra si no hallas en él lo que oscuramente deseas. Eso me dijo. Como parece que me estuviera leyendo el pensamiento interrumpe su silencio. Esta mañana he visto bajo las losetas del cuarto mi pasado. Si contemplase la lejanía no vería el pasado y menos lo que estuviera por llegar. Es decir, nada. Te desborda la imaginación, Max. Se rebela. Si yo estoy viendo lo que te digo, ¿es que me lo estoy imaginando solamente? Bah, no me tomes en consideración o, si quieres, lo justo. Debe ser el día, pero ¿ves?, incluso esta expresión es una excusa. Los hombres vivimos excusándonos. ¿Acaso otra forma de ficción, Max? Pero Max ha vuelto a quedarse mirando el solado, aunque advierto en su mirada diagonal una pizca de socarronería plácida.




* Ilustración de Carlos Cubeiro para el libro Yzur, cuento de Leopoldo Lugones.

martes, 19 de agosto de 2025

Conmemorando al Federico que vive y habita entre nosotros

 



Tantas lluvias después 
y tantos suelos hollados 
que no nos reconocen 
para qué preguntar
por qué buscar tus huellas
en las entrañas de la arcilla reseca 
si para que aparezcas 
siempre vivo 
todo nutriente 
harto jugoso
solo nos basta hurgar en tus palabras 
cantar con tus canciones 
soñar con tus ficciones 
reír como aquel que cree 
con la torpe pero sana fe 
de amador del instante 
que la vida es fugitiva
que las sombras simulan combates
que los amores no son
sino pertrechados barquitos
que divierten nuestra navegación
haciéndola más ligera
hasta que apeemos un día nuestros pies 
en el limo de aquella ineludible orilla 
a la que fatigados y burlones
imaginaremos retornar.




*Se cumplen 89 años del asesinato de Federico García Lorca por fanáticos partidarios del golpe anticonstitucional de 1936. Leed a Federico. Buscadlo en sus textos. Rescatadlo en vuestras  mentes. Para que ni él ni nadie de aquel episodio cruel quede en el olvido.



domingo, 17 de agosto de 2025

Lo enmascarado

 












Te veo apresurado, me dice Xiao. Voy al taller de máscaras, me queda poco para terminar la que estoy haciendo para la fiesta de la cosecha. Y no te lo vas a creer, pero por primera vez este año permiten temas libres. Hay quien sigue reproduciendo las mismas imágenes de genios, diosecillos o diablos de toda la vida. O quien todavía recurre a representaciones animistas, como si la naturaleza tuviera que tener rostros como nos place a los hombres. Yo elegí un tema más perturbador. Una cara que no se identifique, al menos en apariencia, con ningún humano ni con ningún personaje mitológico ni con ninguna fuerza natural. Cuesta imaginar tu máscara, Cao. Querré verla cuando la termines. Además tendrás que adjudicarla un nombre, ¿no? Ahí me pones en un aprieto, Xiao. Porque tal como llevo su modelado no solo va a confundir a los que la vean sino que me deja a mí mismo perdido. Te daré un avance. Es asimétrica, sus facciones no se corresponden, los órganos de la cara están exagerados. Hay prominencias desmedidas donde no existen en un rostro como el nuestro. No se sabe si ríe o llora. Si ama u odia. Si mira adentro o afuera. Si clama o si se muerde la lengua. Además la voy coloreando irregularmente, sin correspondencia alguna, siguiendo impulsos donde los colores no tienen los mismos significados que nuestros colores habituales. Seguramente sea repulsiva para la mentalidad tradicional. Y sin embargo a mí se me antoja más humana que las convencionales. Y más terrorífica que las que están sobradamente gastadas. 

Cao, me tienes en vilo. Me dan ganas de ir contigo al taller. No, Xiao, prefiero evitar interferencias. Quiero una máscara que me salga desde dentro. Una carátula que exprese lo que sientan las vísceras y que no se ajuste a lo convencional. Quiero que mi propio enmascaramiento revele lo que se me oculta de mi interior a mí mismo. Y no me importa si dicen que es extremadamente feísta. O que expresa un alma torturada. O que retrata una personalidad degenerada. Si lo ven de este modo me reiré de todos, pues la máscara no solo les estará realmente ocultando mi manera de ser, aunque yo pretenda transmitírsela sin tapujos, sino que se estará apropiando de las suyas. Presiento que te dejo pensando y, sobre todo, intrigado, Xiao. Cao, me quedo dando vueltas a que si no será la fealdad lo que mejor expresa el trasfondo de una máscara. O simplemente lo que hay detrás o dentro de cada uno de nosotros, Xiao. 

Mi amigo hace un gesto de confirmación con la cabeza. Ve ya, no te entretengas, dice, y que la inspiración o tus tripas te permitan terminar con acierto la máscara.



*La verdad es que me salió una máscara atípica, al menos, sí.

viernes, 15 de agosto de 2025

Lo casual

 

















Tengo una duda, Xiao. ¿crees que hay algo que sea absolutamente casual? Yo también tengo mis dudas, Cao, y he vivido más que tú. He llegado a la conclusión de que lo que existe es la apariencia de lo casual. Siempre hay causas concretas detrás de cada suceso, aunque no las conozcamos. O, si prefieres, llámalo motivaciones, si lo que llega viene de mano humana. Lo que es obvio es que hay fuerzas que se desatan sobre los humanos y que directamente no se pueden modificar. Un rayo siempre será un rayo o un temporal un diluvio imparable o un movimiento bajo nuestros pies una sacudida que muerde la tierra, por ejemplo. Pero los humanos tenemos a nuestro favor un aprendizaje largo que nos debe permitir prever. ¿Que no siempre se puede? Dirás: es que no se ven venir ciertos castigos naturales. Pero tampoco es cierto pues la ciencia ha avanzado para hacer pronósticos cada vez más aproximados. Y gracias a ello se han frenado males mayores. Los hombres han echado un pulso continuo desde las primeras civilizaciones. Se han asentado en zonas fértiles aunque también tengan en muchos casos sus riesgos. Las casas no siempre se han levantado sobre terreno a salvo de desgracias. Los bosques no siempre se han cuidado. Las guerras no se han podido evitar en tantos casos. Las locuras de los malvados no son fáciles de parar a tiempo. ¿Quieres decir, Xiao, que solemos culpar a lo externo cuando no hemos hecho lo suficiente y a tiempo para impedir el azote de fuerzas naturales o humanas? ¿Que justificamos nuestros defectos y pasividades con eso que llamamos el azar? Mira, Cao, la discusión sobre qué hay de azar y qué de visión preventiva sobre un fenómeno o un acontecimiento es de toda la vida. Nunca nos pondremos de acuerdo en obtener una respuesta clara. Entonces, Xiao, ¿no sería más fácil y sobre todo más beneficioso dotarnos de medios y estar siempre alerta siquiera para que lo que directamente no podemos controlar reduzca el riesgo sobre nuestras vidas?  Cao, vas aprendiendo a extraer tus propias conclusiones. Aplícate a ello. Descubrirás que tras lo fortuito, que dirán muchos, lo que hay es no querer o no poder tomar medidas a tiempo.



*Fotografía de Lalo R. Villar, tomada de El País de la edición del 15 de agosto.

miércoles, 13 de agosto de 2025

Lo sobrio

 





















Al pasar por delante de la taberna de Chiang allí estaba como todas las tardes tu anciano pariente, Xiao. El hombre alzó su vaso de espeso huangju en ofrecimiento. Le agradecí el gesto pero lo rechacé. Luego bebió de un trago todo el vaso, carraspeó y se frotó los labios con la manga de su remendada camisa. Transmite mis deseos de lo que quiera a mi pariente Xiao, dijo. Me limito a trasladártelos. Xiao ha sonreído afirmando con la cabeza. Mi pariente está de vuelta de todo, dice, y su escepticismo le ha llevado a cambiar incluso el lenguaje convencional. Otro hubiera dicho: da recuerdos o un saludo o la paz para Xiao. Él ha preferido que el destinatario de su deseo elija. No es nada tonto y sabe que al dejar la puerta abierta a la bondad natural no solo desprecia los lugares comunes de las palabras y las expresiones al uso sino que concede al sujeto al que dirige su recuerdo la posibilidad también de romper con el tópico y la trivialidad. El mundo está necesitado de retomar las palabras con sentido que han sido desplazadas. Necesitado de que se rescate la sensatez que los viejos términos sabios sabían interpretar y sobre todo comunicar. O bien de reiventar voces nuevas pero recuperando el valor de los conceptos que antes fueron válidos y ahora parece estar siendo ignorados. Yo pensé, Xiao, que tu pariente estaba un tanto ¿cómo decirlo? despistado por el alcohol y que hablaba por hablar. No, Cao, no es ningún beodo. Él siempre controló lo que decía, cómo lo decía y a quién se dirigía con su mensaje. Nunca ha abusado de la conversación. Lo suyo es lo escueto y preciso. Párate un día, acepta un trago de huangju si puedes con ello, y escucha al anciano. 




*Obra de Maximino Peña Muñoz    

martes, 12 de agosto de 2025

Cuando Las Médulas -y otros entornos- veas pelar...

 


Señores visitantes: asómense al agujero de la vida un rato antes de que el infierno apagase el paisaje, devastara la naturaleza, condenara la herencia de otros hombres, ignorase el ingenio de ancestrales culturas, acabara con unos cultivos de las gentes de la comarca, insultase a la belleza y desplazara el sentido común. 

Asómense a lo que fue una vez un ámbito heredado que debería servir para admiración, conocimiento y sabiduría, y no solo para compensar el aburrimiento de los veraneantes.

Contemplen lo que pudo seguir siendo si no se considerara el bien público con desprecio por algunos, con escaso respeto por otros, con dejación y poca intervención en sus cuidados por las autoridades.

Si han visto alguna vez la hermosura de la naturaleza recreada desde que los romanos actuaran sobre los montes para extraer el codiciado oro retengan aquella visión.

Aprovechen para reflexionar sobre los comportamientos de dudoso civismo de nuestros días que suele conllevar un concepto equivocado del disfrute colectivo. Sobre las privatizaciones que destruyen la riqueza de los bienes comunales. El paisaje o los restos monumentales e históricos no son una mercancía, aunque negocios varios y autoridades de todo tipo  los estén convirtiendo en un producto al que sacar rédito, y cuanto más mejor (para algunos)



Resalto parte de las declaraciones -en cursiva- en el diario.es de Javier Sánchez-Palencia, arqueólogo, experto conocedor de Las Médulas:

"El incendio se ha producido apenas un año y medio después de la polvareda levantada por el proyecto impulsado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León (precisamente la que lidera el operativo contra el fuego) para acondicionar rutas para BTT (Bicicletas Todo Terreno) en tramos de los canales romanos, la red hidráulica más importante del Imperio Romano, una infraestructura clave al conducir el agua que removió las montañas para extraer el oro hasta dejar las singulares formas del paraje. “Y este es un ejemplo clarísimo del mucho dinero que se ha destinado a tonterías y no a prevención. Se destinaron 800.000 euros, que se dice pronto, para habilitar rutas. Como si no hubiera otros sitios para hacer rutas en León… Y sin ningún arqueólogo que hiciera un seguimiento. Como si fuera en el siglo XIX”, censura el arqueólogo, muy crítico desde el principio con esta iniciativa. 

Preguntado sobre si la falta de gestión única en un paraje en el que intervienen administraciones desde la autonómica hasta los tres ayuntamientos del entorno (Carucedo, Borrenes y Puente de Domingo Flórez) y varios colectivos ha podido lastrar también la gestión contra los incendios forestales, Javier Sánchez-Palencia lanza una reflexión más profunda: “Hay que dejar de considerar a Las Médulas como un producto. Es un recurso, tanto para la gente de la zona como para los que llegan de fuera. No es algo que haya que vender. Lo que pasa es que estamos metidos de lleno en esta corriente neoliberal asquerosa. La gente podría aprovechar la visita para adquirir conocimiento. Y sería una experiencia más rica que siendo un mero producto turístico, pero no se acaba de entender que se trata de un sitio único y singular”. ¿Podría ser este incendio un hito para cambiar la mentalidad? “Casi lo dudo”, contesta. "Todo está unido. Las Médulas es un conjunto. Sin embargo, la gente está acostumbrada a disociar lo cultural de la naturaleza; o la biología de la arqueología”.



Enlaces de interés:









lunes, 11 de agosto de 2025

Siempre serán Las Médulas

 


En la búsqueda de uno de los materiales de lujo de su tiempo, el oro, los romanos provocaron este paisaje casi extraterrestre. Se encuentra en la comarca de El Bierzo, en la provincia de León. Para obtener el oro los romanos ingeniaron sistemas y procesos de extracción a cielo abierto, que al derrumbar la montaña generó un nuevo paisaje, dejando estos pichachos y la creación de un lago artificial, el lago de Carucedo. Castaños, cerezos, robles repoblaron las laderas para beneficio de los pobladores modernos. El mega incendio de ayer destrozó todo, incluso algunos hábitats y, naturalmente, habrá cambiado la vida de las gentes del entorno. Habrá o no mano siniestra provocando el fuego, pero también probablemente abandono y falta de medios y prevención por parte de las autoridades de la Junta de Castilla y León. 

En una semana dos incendios de impacto. La Mezquita de Córdoba y Las Médulas. Ya llegó el tirón de orejas de la UNESCO para el primer incidente. Probablemente llegue el segundo para la zona leonesa. Y es que no hay manera de que se extreme el cuidado y protección de los bienes culturales. Ambos incendios son señales de aviso graves para todo espacio cultural del país. A ciertos gestores que navegan en la extrema derecha habría que decirles: menos caza del inmigrante o del musulmán, y más defensa en este caso de la herencia histórica, que es pública.

Veremos en qué quedan las responsabilidades de la autoridad y en qué para el delito si hubo perversa intención de causar el daño.  Pero para los que hemos apreciado siempre Las Médulas, para quienes nos hemos quedado perplejos no solo al contemplar el paisaje sino al conocer las técnicas de explotación romanas, Las Médulas seguirán. Mis mejores deseos de ánimo para todos los vecinos de los pueblos y aldeas de la zona. Larga vida y pronta recuperación, que la naturaleza se repone antes o después. La Humanidad, de sus errores o dejaciones, ni se sabe.




jueves, 7 de agosto de 2025

Lo destructivo

 









Xiao, estoy atemorizado por las noticias que nos llegan de otras partes sobre destrucciones y sus efectos sobre las personas. Siempre las hubo, Cao, pero no nos hacíamos eco, o bien no afectaban directamente a nuestras generaciones respectivas. Tal vez el hecho de que ahora sintamos más cerca tanta devastación, tanta persecución de otras gentes, nos hace temer por nosotros mismos. Es como si pensásemos: no estamos libres de vernos envueltos en conflictos que suelen ser alentados por desalmados. Pero sería un error adjudicar solamente a personajes sin escrúpulos sus invasiones y violencias sobre otros pueblos. Esos personajes suelen estar apoyados por parte de su población y además saben aprovechar las condiciones de debilidad o pasividad de otros que podrían evitarlo. Esos otros que dices, Xiao, ¿no pueden o no quieren hacer nada para impedirlo? De todo un poco, Cao, y haces bien en utilizar el presente. Demasiados interes de minorías que detentan poderes en cascada. Quienes tienen bienes económicos controlan a su vez poderes políticos y alientan con su demagogia a sus sociedades. ¿Me estás diciendo, Xiao, que toda situación de destrucción a la que se llega no es una mera obra de esas minorías sino que cuenta con la complicidad o al menos el silencio de sus poblaciones? Complicidad de los propios, Cao, pero también de los ajenos. ¿Ves cómo acerca de las noticias que nos llegan de gente que sufre y pierde su suelo, sus bienes, sus vidas, no hacemos nada? ¿Acaso ves si nuestra sociedad de aparente paz y seguridad sale en defensa de quienes lo pierden todo, sea cual sea el lugar del mundo donde se produzca? Xiao, creo que he sacado a relucir un tema espinoso que vuelve opacas nuestras conciencias. Porque queremos, Cao; porque queremos permanecer en la cómoda pero ciega oscuridad.


* Recordando Hiroshima y Nagasaki. Recordando Gaza. Recordando Sudán. Recordando Congo. Recordando Ucrania. Recordando lo que hemos olvidado. Recordando incluso lo que desconocemos.


martes, 5 de agosto de 2025

Escritora Catherine Lacey: La divinidad da rienda suelta a la crueldad

 


Escritora Catherine Lacey en una entrevista en El País Semanal:

"La divinidad da rienda suelta a la crueldad. Si crees que hay un Dios verdadero y sigues unas reglas, puedes justificar cualquier maldad. Eso hace que nuestra humanidad sea totalmente desechable. Porque lo real está en otro sitio. Lo estamos viendo en Gaza. Hay gente que cree que tiene un derecho divino a esta tierra. Y eso justifica, para ellos, los asesinatos. La violencia religiosa es de las pocas violencias por las que la gente no pide perdón. Si crees está de tu lado, no puedes hacer nada malo. Puedes matar niños y no pasa nada. No eran los elegidos".

Qué interesante opinión que me deja reflexionando, por si aún tenía dudas. Que no las tenía.




*Fotografía: La primera, tomada de El País. La última, de la página de Amnistía Internacional.

domingo, 3 de agosto de 2025

Lo uniforme

 










Al pasar por la cercanía de la  Plaza de las Siete Lunas he advertido tal gentío que parecía dirigirse a ella que no he podido por menos que evitar las calles principales y elegir otras de escaso tránsito para llegar hasta aquí. Xiao me lo cuenta con cierta inquietud. No sé si se trataba de gentes que iban a una concentración religiosa con el líder supremo que está de visita o de una concentración de uno de los partidos que pugnan por dirigir la ciudad. Podría haber sido cualquiera de ellos, pues esgrimían pendones y proferían consignas que ensalzaban a su paladín, y no me ha parecido que hubiera diferencias en la parafernalia que exhibían, en el fervor que mostraban y en la pasión mística que parecía guiarles. Obviamente también podría tratarse de un evento deportivo o de la atracción publicitaria por algún producto de moda que se esté lanzando y que haya cautivado a la masa. Xiao, ¿lo que te tiraba para atrás era ese flujo innumerable de individuos que dices o su comportamiento? Sin duda, Cao, que ambas cosas. La masa, numéricamente hablando, me ha vuelto escéptico total desde hace mucho. Y además descreído. Donde hay masa siempre me pongo en guardia. Si se la ve muy organizada y con tono agresivo, la rehúyo. El comportamiento, tan impersonal, tan de como si en lugar de ir miles fuera solo un individuo, del mismo modo y voceando frases insensatas y de culto al personaje que sea, me causa rechazo. La uniformidad de las personas formando masa expresan una mentalidad excesivamente ajena al ejercicio de un pensamiento independiente e imaginativo. 

Nos hemos asomado a la terraza desde la que se divisa abundante y plateado el río. También el río es una masa, Cao, me dice con aire pensativo. Pero esa personalidad natural es la que le dota de belleza y alma libre. En los humanos lo natural queda relegado por los imperativos forzosos de los que acaso somos pocos los que queremos escapar.



*Fotografía de Aleksandr Rodchenko.