"DE LOS NECIOS VIEJOS
Mi necedad no me deja ser anciano. Soy muy viejo, pero también muy ignorante; un niño malo de cien años (1) Delante de los jóvenes llevo los cascabeles (2) y a los niños imparto enseñanza, y me hago a mí mismo un testamento que me pesará tras la muerte. Doy ejemplo y mal consejo, y practico lo que en mi juventud aprendí. Quiero que se me honre por mi maldad y me atrevo a vanagloriarme de mi ignominia, de que he engañado a muchos países y he enturbiado mucha agua. En el mal me ejercito de continuo y lamento no poderlo ya realizar como en mis viejos tiempos; pero lo que ahora ya no puedo hacer, se lo encomendaré a Enrique, mi hijo, quien hará lo que yo he dejado. Este ya se asemeja ahora mucho a mí en su mala calaña; le va magníficamente y, si vive, saldrá de él un hombre. Hay que decir que es mi hijo, entonces hará justicia a su condición de canalla, no se detendrá ante nada y viajará también en la nave de los necios. Me deleitará después de mi muerte que me sustituya tan perfectamente. De tales cosas se ocupa ahora la vejez. La senectud ya no quiere tener sabiduría. Los jueces de Susana (3) mostraron bien qué confianza se debe conceder a un viejo. Un necio viejo no cuida su alma; difícilmente es obrar bien si no se está acostumbrado a ello".
Notas.
(1) Isaías 65,20 / (2) Atributo del necio / (3) Daniel 13. La virtuosa Susana fue condenada a muerte por dos viejos jueces que la pretendían. El pretexto fueron unas falsas acusaciones.
¿A cuantos individuos veis reflejados en este texto sarcástico? ¿Cuántas conductas actuales no os suenan sobre las que ya Sebastian Brant no ironizase en el umbral del año 1500? Aquel libro satírico que escribiera el humanista alemán y que algunos tradujeran equívocamente como La nave de los locos no tiene pérdida en cuanto a valoraciones éticas, según el pensamiento extendido en su época. Y en gran parte de su enfoque sigue estando en vigor. Los locos no son los necios. Ahora bien, evidentemente los necios cometen locuras en su fiebre por imponerse a los demás y marcar la vida y las costumbres. Pero son locuras conscientes, estudiadas, asumidas, estimuladas. Todavía peor. Más que locuras, barbaridades. Y las barbaridades pueden llevar implícito el crimen. De ahí que el término necio troque en el término canalla. Muchos necios de hoy día van de canallas. Unos lo son porque no quieren reconocer su ignorancia y con su actitud aportan poder a otros canallas. Otros porque se apuntan al negocio y el negocio va vinculado al poder que quieren tocar de alguna manera y siempre salvando el negocio. Y otros aunque reciban solo migajas o ni eso no dudan en traicionar a sus orígenes. Ya lo dice Sebastian Brant: en el mal me ejercito de continuo.
No hace falta nombrar ejemplos, ni de necios ni de canallas, o de ese otro ser híbrido que triunfa, que se cree que triunfa, y se agita en el entorno próximo y espacios más lejanos, pues están a la vista de todos. Fuera y dentro del país que habitamos.
* Grabado del conocido como maestro Haintz-Nar-Meister.
Hay una edición preciosa de La nave de los necios en editorial AKAL, colección Grandes Libros.