La historia de las vidas humanas es la historia de las fragmentaciones. Somos fragmentos desde el nacimiento y vamos formando un todo de fragmentos a lo largo de la existencia. La misma constitución física, el comportamiento corporal en cada fase de nuestro tiempo vital, nuestras ideas y pensamientos variopintos, los proyectos que llevamos a cabo y las realizaciones obtenidas son una muestra sucesiva de fragmentos que vamos engarzando. Empalmar unos viejos con unos nuevos implica desechar otros para siempre. Con la vejez los trozos que hemos sido y que han tenido un nombre y unos apellidos van deteriorándose en porciones cada vez más pequeñas. Y no digamos nada si antes del proceso natural de desgaste definitivo no ha habido un sismo que nos haya quebrado de pronto o en breve tiempo. Tal vez los arqueólogos del futuro de nuestro (re)descubrimiento cuando ya no existamos sean nuestros hijos o nietos. O si no hay sucesores gente que se aproxima a saber de lo que fuimos a través de alguna pista. Pero, ¿cuál será la técnica que unifique nuestros fragmentos ya disueltos? Acaso el recuerdo y la buena voluntad y acaso la mejor intención. Pero casi siempre la ficción. Fiel compañera esta en nuestras existencias y me temo que aún más cuando hayamos muerto.
*Pintura etrusca representando el combate entre Aquiles y Pentesilea.
Hay un grabado de la serie Desastres de la guerra que Goya titula Para eso habéis nacido. En él se representa una escena de matanza humana. Un amontonamiento de cadáveres abigarrado que parece emitir el vaho pestilente de la muerte o la sombra envolvente del espanto. Un sobreviviente reacciona vomitando ante los cadáveres, sin duda una instintiva y natural reacción por el horror que le produce aquello. Para eso habéis nacido es una coletilla amargamente irónica con que Goya remata la imagen. No hubiera hecho falta. El verdadero lenguaje está implícito y la clave es ese vómito. La auténtica denuncia. Al Goya genial, clarividente, testigo, acusador y de atormentada personalidad, no se le puede objetar ni enmendar nada.
Me ha venido a la mente ese grabado cuando he relacionado dos textos. Por un lado las interpretaciones que se exponen en el ensayo Goya y el abismo del alma, del profesor húngaro László F. Földényi. Por otro, dos textos del poeta sirio palestino Ghayath Almadhoun, en su web Poetryng the World!. Dejo aquí dos textos suyos, Nosotros y Masacre. En ellos late el vómito de Goya y el de Ghayath Almadhoun.
NOSOTROS
Nosotros, que estamos esparcidos en fragmentos, cuya carne vuela por el aire como gotas de
lluvia, ofrecemos nuestras profundas disculpas a todos los habitantes de este mundo civilizado,
hombres, mujeres y niños, porque hemos aparecido involuntariamente en sus pacíficos hogares
sin pedir permiso. Pedimos disculpas por haber estampado partes de nuestro cuerpo cercenado en
su memoria de blanca nieve, porque hemos violado la imagen del ser humano normal y entero a
sus ojos, porque hemos tenido la impertinencia de aparecer repentinamente en los informativos y
en las páginas de Internet, desnudos salvo por nuestra sangre y nuestros restos carbonizados.
Pedimos disculpas a todos aquellos que no tuvieron el valor de mirar directamente nuestras
heridas por temor a horrorizarse demasiado, y a los que no pudieron terminar su cena después de
haber visto inesperadamente imágenes frescas de nosotros en la televisión. Pedimos disculpas por
el sufrimiento que causamos a todos los que nos vieron así, sin adornos, sin que se intentaran unir
o recomponer nuestros restos antes de que apareciéramos en sus pantallas. También pedimos
disculpas a los soldados israelíes que se tomaron la molestia de pulsar los disparadores de sus
aviones y tanques para hacernos volar en pedazos, y lamentamos el horrible aspecto que teníamos
después de que apuntaran sus proyectiles y bombas directamente a nuestras blandas cabezas, y
por las horas que tendrán que pasar en las clínicas psiquiátricas, tratando de volver a ser
humanos, como lo eran antes de su transformación en repulsivos fragmentos de cuerpo y que les
persiguen cada vez que intentan dormir. Somos lo que han visto en sus pantallas y en la prensa, y
si hicieran un esfuerzo por encajar las piezas, como un rompecabezas, obtendrían una imagen
clara de nosotros, tan nítida que no podría hacer nada con ella.
Ghayath Almadhoun
Translated from English by Constanza Mendoza & Carlos Soto Román
(Fotografía de Abed Rahim Khatib/Flash90)
MASACRE
Masacre es una metáfora muerta que se está comiendo a mis amigos, comiéndoselos sin sal.
Eran poetas y se han convertido en Reporteros Con Fronteras; ya estaban cansados y ahora
están más cansados. 'Cruzan el puente al amanecer a paso raudo' y mueren sin cobertura
telefónica. Los veo a través de gafas de visión nocturna y sigo el calor de sus cuerpos en la
oscuridad; allí están, huyendo de ella, por más que corren hacia ella, entregándose a este
enorme masaje. Masacre es su verdadera madre, mientras que el genocidio no es más que un
poema clásico escrito por generales pensionados. El genocidio no es apropiado para mis
amigos, ya que es una acción colectiva organizada y las acciones colectivas organizadas les
recuerdan la Izquierda que los defrauda.
Masacre se despierta temprano, baña a mis amigos en agua fría y sangre, lava su ropa interior
y les hace pan y té, luego les enseña un poco sobre la caza. Masacre es más compasiva para
mis amigos que la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Masacre les abrió la
puerta cuando se cerraron otras puertas, y los llamó por sus nombres cuando las noticias
buscaban números. Masacre es la única que les concede asilo sin importar sus antecedentes;
sus circunstancias económicas no le molestan a Masacre, ni a Masacre le importa si son
intelectuales o poetas, Massacre mira las cosas desde un ángulo neutral; Masacre tiene los
mismos rasgos muertos que ellos, los mismos nombres que sus esposas viudas, pasa como
ellos por el campo y los suburbios y aparece repentinamente como ellos en las noticias de
última hora. Masacre se asemeja a mis amigos, pero siempre llega antes que ellos a las aldeas
lejanas y a las escuelas para niños.
Masacre es una metáfora muerta que sale de la televisión y se come a mis amigos sin una sola
pizca de sal.
Ghayath Almadhoun
Translated into English by Catherine Cobham, and translation into Spanish through English
by Mariana Morena.
Para el que quiera ampliar informaciones sobre el conflicto Israel/Palestina o en general todo el Próximo Oriente ahí van dos enlaces. Mondoweiss es un medio estadounidense con visión crítica e independiente. +972Magazine es un medio israelí antisionista y crítico con el gobierno.
Israelíes: acordaos de la soah, si es que aún os queda una pizca de compasión. ¿No sirve de nada la memoria del pasado? ¿No es norma ética la experiencia del sufrimiento que vuestros mayores padecieron bajo el holocausto nazi? Lo padecido, ¿solo os ha enseñado a ser verdugos y a reproducir la opresión, el apropiamiento y la muerte sobre los vecinos de Gaza? ¿Creéis resolver el problema expulsando a vuestros hermanos palestinos de los territorios y ocupándolos a sangre y fuego? Decís combatir el terrorismo pero engendráis terrorismo a dos bandas: con vuestra actitud directa y violenta y germinando el odio en los otros, cuyos hijos no os lo perdonarán en el futuro. ¿Pensáis que vais a poder vivir en paz de ahora en adelante, si es que alguna vez lo habéis hecho, solo porque el respaldo de los Estados Unidos os permite vuestra acción terrible de estos días? En nombre de la dignidad, de la legalidad, de la inteligencia y de una moral merecedora de tal nombre aristotélico, acordaos de los siglos en que fuisteis perseguidos. Contasteis siempre con la simpatía y solidaridad de muchos de nosotros que, incluso en un país como España que, en el pasado, aun siendo tan de aquí como los cristianos, fuisteis expulsados por un reinado católico, seguimos valorando y recordando a nuestros hermanos sefarditas del exilio forzado. Pero habéis traspasado todas las líneas rojas de la convivencia, del justo humanitarismo y, simplemente, de la generosidad y la tolerancia con los otros. Impidiendo la paz, la vida digna y el reconocimiento de los derechos humanos. Ahora mismo vuestro crédito está por los suelos.
*Foto tomada del Memorial Yad Vashem sobre el holocausto nazi, sito en Jerusalén.
¿Fueron sus curvaturas?¿Acaso sus concavidades? ¿Tal vez las espirales? ¿Sin duda lo elíptico? ¿O unas rectas que se distraían formando paralelepípedos? La geometría es forma y medida. Preserva la solidez de cualquier mineral en su estado bruto. Sortea así la materia del tiempo, tan sinuosa.
¿Recuerdas cuando jugábamos al esconderite lerite lerón? Los espacios más cavernosos nos atraían. Era el instante de la fuga, de la ocultación de lo ordinario, del escape a la conceptual rectitud que se nos imponía.
La capacidad del artista orfebre. Lo grande es pequeño. Lo pequeño es enorme. Lo simple es complejo. Lo complejo se reduce. Los volúmenes son lo que la mente del hombre quiera que sean.
Yo no salía nunca. Se me daba muy bien la permanencia en los recovecos de la casa ruinosa, bajo las higueras, acostado en la estrecha acequia junto al muro. Todos me llamabais a gritos. Yo me perdía en mí mismo. Me separaba del grupo. Me dejabais por imposible. Ya entonces la tribu me llevaba a la soledad.
Las vidas de los materiales. Sus movimientos en dos sentidos. Uno temporal: cualquier avance se detiene antes o después. O se demora. Otro espacial: permanecen en un espacio preciso.
Nuestra imaginación nos hacía estar en otra parte. O tendíamos a ir ese otro impreciso lugar. Hubo quien al crecer resultó ser práctico, seguir lo rectilíneo, y asumió otros juegos marcados y sus distancias medidas. Otros concebimos la vida como juego continuo. Se trataba, se trata, de adecuarnos ficticiamente a sus modalidades pero a la vez trazar los signos que nos enseña la naturaleza interior. Y construir una morada que nos permita sobrevivir sentidamente. Auto instigándonos a un descubrimiento sin fin.
La observación y el pensamiento son aliados de las obras. La materia se ofrece pero los hombres deciden qué hacer con ella. El creador puede transformarla para su íntima interpretación. O puede prestarla para que la obra sea aplicada con lo que la sociedad llama la practicidad. En cualquiera de los dos casos a los individuos se les ofrece la posibilidad de la contemplación. Y también el acogimiento.
Me dices que sigo empeñando en jugar al escondite como entonces y que acaso por eso nunca llego a nada, a nada reconocido por la grey, a nada enaltecido como valores ad hoc. Pero ¿a dónde hay que llegar? ¿Cómo buscar tu propia materia si no te apartas de la que se te vende como falsa?
Cualquier progreso no es lo que parece. El progreso es un concepto cultural y no sé si existe como biológico, pues ¿en qué sentido se avanza y hay superación? Pero también la cultura es materia. O una elaboración de la materia con los perfiles que el humano ha ido marcando a lo largo de su recorrido temporal.
Te has avergonzado de que en el museo me moviese entre las portentosas figuras de acero como un crío. Ágil, inquieto, yendo para adelante y para atrás, tocando. ¿De qué otro modo podría haberme comportado para poder sentir aquellas estructuras que ora me parecían gigantescas, ora adaptadas a mi proporción, pues era yo quien crecía?
La obra del artista se somete al individuo que la mira. Metáfora. La forja no es más que el desarrollo que cada individuo logra de sí mismo. Metáfora añadida. La oxidación nos habla de la transformación de nuestros cuerpos. Envejecer no es abandono, es epifanía de nuestras posibilidades.
* Richard Serra retornó a otro estado de la materia el pasado martes 26.
gustaba de raer la sequedad del borde de sus labios, él decía son como una ganzúa los tuyos, aunque me resista logras vencer la resistencia, por qué, masculló la mujer, te ibas a resistir a dejarte abrir la pequeña puerta del goce, no hables, dijo con voz tenue el hombre, y ellos se entregaban a escanciar sensaciones, como si en ambos fuera la primera ocasión de probar una boca, y en cierto modo lo era, pues cada paisaje, llámese labios o torso o espalda, no se califica tanto por su aspecto exterior como por el calor que emiten porque el calor es diferente en cada mujer y en cada hombre, no solo el calor que se recibe sino el que se concede, y al parar por un instante el ejercicio de instinto ebrio, se miraban con miradas largas, y el misterio residía en que él miraba con los ojos de ella y ella con la retina de él, y los dos veían lo oscuro, y en ese intercambio circulaba el misterio del placer, la antítesis del desastre del cuerpo que en otras ocasiones solo sabe de dolor, y ese toma y daca volvía a precipitarles en ensoñaciones derramadas, conjurando hechos y dichos de sus vidas, renunciando a los tiempos, pues ambos sabían, saben, que su proximidad de hoy puede ser la disgregación de mañana, es el sino, pensaban sin decírselo, tal vez nos falta el calor cotidiano, por eso hacen acto de presencia pensamientos que no conducen a ninguna parte, por eso se exhiben impotencias que nos incapacitan para reaccionar, y ella dijo de pronto: estamos viviendo el tabú, la imposibilidad de que el disfrute sea una permanencia, y ellos se ensalivaban y al no distinguir qué líquido era de uno o de otro se crecían en estímulos, se sumergían en precipitaciones físicas que se adueñaban de la razón, acaso hacemos de la razón, y el dijo entonces racionalidad, y ella insistió, no, la razón, tal vez la integramos con la belleza de esta animalidad y entonces la pensamos sin abandonar nuestra condición y la ignoramos sin rehuir el entendimiento, y a medida que el sudor de sus cuerpos hacía que estos patinasen, el uno contra el otro, aguanosos y beodos, comenzó su delirio, somos peces, dijo el hombre, te das cuenta, nos perseguimos como animales acuáticos, añadió ella, y haciendo de la espiral de cada uno una única espiral se sentían despeñados a lo abisal, donde la temperatura es más cálida cuanto más honda es la materia íntima, sin resistencias por ninguna de las dos partes, porque las especies marinas, como ellos estaban siendo en esos momentos, juegan a atraerse y rechazarse para reencontrarse de nuevo, buscando una alimentación mutua, porque ningún ser de las profundidades debería quedar a merced de nadie, e incluso si uno perece el otro no debe sobrevivir, y ella dijo casi sin pensar, no huimos, verdad, y él movió la cabeza de un lado a otro, por intuición, porque no era el pensamiento el que les dirigía sino que aquello que les arrojaba al delirio era la sustancia que los humanos llaman deseo
Al recordar un año más el alevoso y cruel crimen terrorista del 11M en el año 2004, cometido por mano islamista radical, pienso en un color: el negro. Y lo relaciono enseguida con el cuadrado de Malevich y con Michel Pastoureau. Aunque el negro es un color que a quien más o quien menos de los españoles de lejanos tiempos nos persigue: lo identificamos con la siniestra oscuridad de la época o con las casullas de los curas en los funerales, es decir, con algo relacionado con la muerte. Tal vez por ello el negro también lo asocio con el comportamiento falaz y oprobioso de un gobierno que mintió descaradamente a la sociedad española en el momento del suceso fatídico y, con apoyo de medios de prensa acólitos, siguió propagando dudas. Porque el engaño, la manipulación y la negación de la realidad son siempre negros.
El historiador francés Michel Pastoureau en su Diccionario de los colores, dice del color negro:
"He aquí cómo podría presentarse un cuadro sinóptico de las distintas funciones y significados del color negro en la cultura occidental:
1. Color de la muerte.
2. Color de la culpa, del pecado, de la deshonestidad.
3. Color de la tristeza, de la soledad, de la melancolía.
4. Color de la austeridad, de la renuncia, de la religión.
5. Color de la elegancia y la modernidad.
6. Color de la autoridad."
Estos son los enunciados que hace Pastoureau, luego los desarrolla. Por ejemplo, en el color de la muerte cita: infierno, diablo, tinieblas, luto, rituales funerarios, etc. En el color de la tristeza y la melancolía señala: pensamientos negros, tétricos, ideas negras, color de la vejez, del miedo. Etcétera.
En aquel lamentable y horroroso episodio del 11 M, ¿cuántas de estas categorías afectan al suceso y al posterior comportamiento que negacionistas, conspiranoicos y políticos de derechas se han empeñado en mantener en su negra oscuridad?
Pero las víctimas están ahí: 192 muertos, 2.000 heridos. Gente común e inocente que iba a trabajar, a la que no se puede olvidar. Solo los portadores de la miseria moral olvidaron a las víctimas desde el día siguiente.
* Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Kazimir Malevich.
No está mal haber cambiado los pájaros de Sarajevo por las aves de la Patagonia. En paisajes tan diferentes también se encuentra el hombre. No solo el hombre abstracto o el natural del lugar, sino el más preciso, es decir, tú y yo. El pájaro es pájaro, cantaba el inolvidable y dulce Mikel Laboa. Y el hombre es hombre allá donde llega o donde resiste. Los que no sabemos de pájaros creemos saber de hombres. Pero tampoco. Los vuelos de esta especie son mucho más complejos y a medida que la vejez nos va proporcionando mayor perspectiva, o eso se supone, porque la vejez es la distancia, también nos engaña en nuestras apreciaciones. ¿Vemos lo que es o lo que nos gustaría ver? ¿Volamos guiados por instinto o por racionalidad? Del río Miljacka, aún sangriento, al desierto olvidado al que cobija la Cruz del Sur, los hombres no cambian. Sentados al borde del río bosnio hablamos mucho sobre las glaciaciones y cómo estas propiciaron o refrenaron las migraciones de aquellos primeros hombres erguidos. En parte la conversación era ficción. ¿No es siempre una ficción cuando hablamos de los demás? ¿No hay acaso una simulación cuando hablamos de nosotros mismos? Pero ahora, en la Patagonia, ¿qué se impone? Tal vez solo el silencio. El silencio humano. Porque las otras voces, las de los pájaros, se encuentran en otra dimensión donde nunca llegaremos.
En tiempos de pájaros de mal agüero, de pajarracos y de carroñeros viene bien escuchar una melodiosa canción de Mikel Laboa, Txoria txori (El pájaro es pájaro) Dulce y conmovedora en su letra y en su tonalidad de canto. No sé si porque me retrotrae al pasado o porque la belleza se perpetua entre quienes la deseamos siempre que la escucho me emociono. El pájaro quiere ser pájaro y ya está bien de cometer tropelías. Su letra:
Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habría escapado.
Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.
Hegoak ebaki banizkio nerea izango zen, ez zuen aldegingo. Bainan, honela ez zen gehiago txoria izango eta nik... txoria nuen maite.
Pocas palabras bastan cuando se ven las obras de Barbara Kruger, artista y diseñadora gráfica harto conocida que aúna fotografías con mensajes. Y los mensajes, bajo una tipografía -la Futura Bold- se refuerzan y potencian. Lo sorprendente es cómo introduce en los textos críticos los pronombres. Esos yo, tú, te, nosotros comprometen al lector, hace que este se implique y se registren en su pensamiento. Varios lenguajes se superponen entre sí. La intención al elegir determinadas imágenes, el texto crítico que retuerce la imagen, el uso gramatical en las frases, el tipo de letra, todo constituye un solo cuerpo que llega al lector, al espectador. Al hombre común. A las fotografías las da un giro, si no un vuelco al proponer sus propios mensajes. Dando la batalla contra un mercado que hace que todos nos convirtamos en objetos. Contra el odio a las mujeres. Contra los abusos. Contra los estereotipos y tópicos que convierten la normalidad en injusticia. No son obras recientes, pero todas ellas han pasado ya al mundo de la creación clásica. Lo que vale, lo que permanece, lo que orienta hacia otros trabajos y esperemos que hacia otras actitudes de comportamiento personal y social. Una línea a seguir en las creaciones críticas, pero que también el mercado ha sabido utilizar en su provecho. El eterno juego de la compra y venta continúa abierto. Como el de la integración plena y reconocida de la mujer en la sociedad.
(Niños de Gaza esperando con sus cacerolas el suministro de comida)
A continuación, en el apartado de comentarios escriban libremente y, por supuesto, solo si lo desean, estimados blogueros, lo que les sugiera la imagen.
Oye, la belleza ¿es única o se multiplica con la mirada? Max entra eufórico. ¿Viene la pregunta para contraponer la portada nada estimulante de la prensa de hoy?, le replico. Max tiene el resuello más agitado de lo ordinario. Algo así. Porque cuando me llegan ciertas noticias busco el antídoto. Intento calmarle sin reprimir su entusiasmo. A ver, ¿qué belleza te ha deslumbrado esta mañana fría? ¿La llamada inesperada de una ausencia que te solicita? ¿El paisaje nevado? ¿El menú que anda rondándote en la cabeza? ¿Alguna obra de arte? Para, dice, es fácil. Me ha venido de pronto a la mente una pieza cerámica que vi hace tiempo en el museo de Ferrara. ¿Te acuerdas que a raíz de leer a Bassani no pude reprimir la visita a la ciudad del Po? Pues allí, entre tantas cosas interesantes, y bellas, por supuesto, encontré una especie de jarra, askós la llamaban los griegos, que no tenía pérdida. Ni en forma, ni en decoración de figuras y colores, y pensé que servir vino con aquella jarra excepcional debía ser por sí mismo la belleza personalizada en acto. Eres tan espiritual, le he dicho de sopetón, aun sabiendo que no le gusta que le llame espiritual. Luego he corregido: hedonismo puro es lo tuyo. ¿Y lo tuyo, no? Si admirar la belleza por encima o como contrapartida a las desdichas del mundo es hedonismo, seamos, pues, todos epicúreos en lugar de banales sufridores. ¿Ignorando los sucesos y los malos augurios?, salto contundente. No, dice, no se puede ignorar el estado dramático de las cosas porque todo lo que ocurre forma parte de nuestra vida y a la vez nosotros somos, y ya veremos si seremos, conforme a lo que acontezca. Te diré más. Belleza sí, siempre persiguiéndola, recreándola con la mirada y las sugerencias que nos produzca, hasta embriagarnos con ella. No para negar el mundo, sino para evitar que caiga en el desastre. Porque, ¿qué hacemos cada uno de nosotros por evitar los peores tiempos que pueden llegar? Max me ha dejado sin palabras y, de no ser por el askós, me hubiera hundido.
* Imagen: Askós con forma de pájaro, conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Ferrara.
Dime, dónde vas morena, dime, dónde vas salada...decía la vieja canción. Y ahí las tenéis, empoderadas ante la destrucción en la que han sido causantes y copartícipes. Se trata de mujeres soldado del Tzáhal, el devastador Ejército israelí, cuyo afán de victoria a sangre y fuego lo están registrando entre las ruinas de Gaza, se supone que para el álbum de su historia personal y familiar. Son sus días de gloria miserable.
Son las vencedoras -nada que objetar porque sean también mujeres y no solo hombres los que están arrasando Gaza- y como tales vencedoras se consideran con derecho de pernada sobre la dignidad de los palestinos expulsados y masacrados. Están haciendo pagar el precio del dolor, de la privación, del destierro y de la muerte a la población civil.
El gesto divertido, lúdico, riendo a mandíbula batiente, eso de qué bien lo pasamos, al fotografiarse ante la destrucción de una ciudad denigra a estas soldados, no las hace muy dignas que digamos. Por lo menos ante el pensamiento y la sensibilidad de quienes aborrecen del mal. ¿La ética? Las guerras acabaron con ella hace tiempo. Y la política está prostituida allí por un gobierno extremista y violento.
En fin, ¿cuántas fotografías se habrán hecho mujeres y hombres soldados ante ruinas o ante prisioneros o ante cadáveres del enemigo para exhibirlas en sus redes sociales? Que venga Yahvé y lo interprete. Claro que ya cuentan los llamados libros sagrados que aquel todopoderoso suyo es colérico, vengativo, exclusivista y lo permite todo cuando se trata de proteger a los suyos, a los elegidos. Y los colonos ilegales se encargan de rematar la tarea.
Esta entrada con el poema de Bertolt Brecht es en memoria del asesinado líder opositor ruso Alekséi Navalny.
A los que vendrán después
I
Realmente vivo en tiempos sombríos.
La inocencia es locura. Una frente sin arrugas
denota insensibilidad. El que ríe
es porque todavía no ha oído
la terrible noticia.
¡Qué tiempos son estos, en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque implica silenciar tanta injusticia!
Ese, que cruza tranquilamente la calle,
¿será encontrado cuando los amigos
necesiten su ayuda?
Es verdad que todavía me gano el sustento,
pero creedme: es por casualidad.
Nada de lo que hago justifica
que yo pueda comer hasta hartarme.
Las cosas todavía me van bien
(si la suerte me abandonase, estaría perdido).
Me dicen: “Come, bebe, alégrate por lo que tienes!
Pero… ¿cómo puedo comer y beber
si estoy arrebatando al hambriento su comida,
y mi vaso de agua le falta al sediento?
Y sin embargo continúo comiendo y bebiendo.
Me gustaría también ser sabio.
Los libros antiguos nos hablan de la sabiduría:
consiste en apartarse de los problemas del mundo
y, sin temores,
dejar que transcurra tranquilamente
el tiempo de nuestra breve vida en la tierra,
pagar el mal con el bien,
no satisfacer nuestros deseos, sino desecharlos.
He aquí lo que llaman sabiduría.
Pero yo no consigo hacer tales cosas.
Verdaderamente vivo en tiempos sombríos.
II
Llegué a las ciudades en tiempos conflictivos
cuando reinaba el hambre,
me mezclé entre los hombres en época turbulenta
y me rebelé con ellos.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Comí mi pan en medio de batallas,
dormía entre asesinos,
traté despreocupadamente los asuntos amorosos,
y fui impaciente con la naturaleza.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mi época todos los caminos conducían al fango,
mis palabras me traicionaban ante el verdugo,
yo era poca cosa. Pero pienso que los gobernantes
se sentían más seguros sin mí.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Nuestras fuerzas eran escasas, la meta
se hallaba distante
y aunque podía distinguirse claramente, me parecía
que yo tal vez no la alcanzaría.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
III
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en que nosotros nos hemos hundido,
acordaos también,
cuando habléis de nuestras flaquezas,
de los tiempos sombríos
de los que os habéis librado.
Cambiábamos más frecuentemente de país
que de zapatos,
a través de las guerras de clases, desesperados,
porque reinaba la injusticia y nadie se indignaba.
Bien sabemos que el odio contra la ruindad
deforma el rostro
y la rabia contra la injusticia
enronquece la voz. ¡Ah!, nosotros,
que queríamos preparar el terreno para la bondad
no pudimos ser bondadosos.
Pero vosotros, cuando llegue el momento
en que el hombre sea bueno para el hombre,
acordaos de nosotros con comprensión.
(De Bertold Brecht, Poemas – 1913–1956, 1986) Traducción: A. Marcos (Tomado del blog https://paulatinygriego.wordpress.com/)
El vídeo -se puede poner en castellano- está tomado del medio disidente ruso Novaya Gazeta. Con manifestación espontánea, controlada y disuadida por la policía, de disidentes a la Piedra Solovetsky, símbolo de la represión del Gulag, en una plaza de Moscú.
Robert Walser y su Jakob von Gunten, en la antítesis del trepador social
LA FUGA
Fuga del sonriente de Goya
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TÚ, LA EVANESCENTE
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL Grand Continent
INDEPENDENT JOURNALISM FROM ISRAEL-PALESTINE
PERIÓDICO INDEPENDIENTE ISRAELÍ PARA INFORMARSE SOBRE LA SITUACIÓN
THE ELECTRONIC INTIFADA
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."