Que a estas alturas se tenga que recurrir a Francisco de Quevedo para hablar de la libertad, como si no hubieran llovido siglos, creo que pone en entredicho el avance moral y político de este país. Dice mucho a favor del poderoso hombre de las letras. La libertad, ese bien más preciado que no muchos aprecian ni defienden, sigue siendo maniatada, inhibida, mermada, lacerada, rajada, herida, menospreciada...por mor de los dueños de la finca y de los acólitos torpes que pactan con ellos y miran a otra parte.
La gente de Greenpeace se han manifestado esta mañana ante el Congreso contra la Ley Mordaza y la Reforma del Código Penal aprobados hoy definitivamente para mayor desgracia y riesgo de los españoles. Para los chicos de Greenpeace, esas moscas cojoneras necesarias, portadores del testimonio de la protesta y de la conciencia, mientras el común de la ciudadanía parece dormir el sueño eterno, van como homenaje estos versos del gran Don Francisco:
"No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice.
En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.
Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda,
que es lengua la verdad de Dios severo,
y la lengua de Dios nunca fue muda."
(etcétera)
(Fotografía de Pedro Armestre)