Por leer palabras como estas de una entrevista que Furio Colombo le hiciera en 1 de noviembre de 1975:
"- ¿Qué es el poder para ti? ¿Dónde está? ¿Cómo lo haces salir de la madriguera?
- El poder es un sistema de educación que nos divide en subyugados y subyugadores. Pero cuidado. Un mismo sistema educativo nos forma a todos, desde las llamadas clases dirigentes hasta los pobres. He aquí por qué todos quieren las mismas cosas y se comportan del mismo modo. Si tengo entre las manos un consejo de administración o una maniobra de Bolsa, lo uso. Y si no una tranca. Y cuando uno usa una tranca empleo mi violencia para obtener lo que quiero. ¿Por qué lo quiero? Porque me han dicho que quererlo es una virtud. Ejerzo mi derecho-virtud. Soy un asesino y soy bueno.
...
- Déjeme volver a poner en orden las cosas. Primera tragedia: una educación común, obligatoria y equivocada que nos empuja a todos a la arena de tenerlo todo a toda costa. Somos empujados a esa arena como un ejército extraño y sombrío en el que unos tienen los cañones y otros tienen garrotes. Entonces, una primera división, clásica, es 'estar con los débiles'. Pero yo digo que en cierto sentido débiles lo son todos, porque todos son víctimas. Y todos son culpables, porque todos están dispuestos al juego de la masacre. Para tener. La educación recibida ha sido: tener, poseer, destruir".
Por criterios de este tipo merece la pena leer a Pasolini. ¿No son palabras de una actualidad manifiesta en nuestros días, es decir, a estas alturas o bajuras de la Historia?
Estos textos se recogen en el libro Todos estamos en peligro, selección de entrevistas a Pier Paolo Pasolini aparecidas en Editorial Trotta.