viernes, 28 de febrero de 2025
Dirección única. Plantes
jueves, 27 de febrero de 2025
Dirección única. Engaños
Fue agradable el reencuentro de calle con aquel compañero de la lejana resistencia. No pasa el tiempo por ti, me dice. Somos nosotros quienes pasamos por él, le digo. A estas alturas no hay demasiadas alegrías, pero vamos reduciendo los pesares, tercia una aparición con tantas arrugas y amago de encorvamiento o más que nosotros. No te lo creas, saltamos todos al unísono, casi ensordecidos por la carcajada.
Entonces me acordé de un aforismo de Lichtenberg que sentencia: "Son gente estupenda, pero la mitad de lo bueno y de lo malo que se dice de ellos no es verdad".
*Esculturas del frontón del templo de Afaia en Egina, en su exilio en la Gliptoteca de Munich.
miércoles, 26 de febrero de 2025
Dirección única. Temores
No os desconsoléis, dijo el profeta sorteando los charcos. Llegarán tiempos peores.
(Esto viene a cuento de cómo el profeta, que no era tal, sino un individuo común con una buena dosis de hartazgo, temía a los propios más que a los ajenos)
Poema Siempre la esperanza de Ángel González, en su poemario Nada grave:
martes, 25 de febrero de 2025
Dirección única. Simbiosis
Del Mahabharata, de Viasa:
"Daruka, esta noche debes hacer algo por mí. Prepara mi propio carro para la guerra y coloca en él todas mis armas. Coloca en él mi arco Sarnga, mi chakra Sudarsana, mi maza Kaumodaki y también mi Sakti. Fija también en el carro mi insignia, el Garuda. Engánchale mis queridos caballos Valahaka, Saibya, Meghapushpa y Sugriva. Coloca las armaduras en los caballos".
Hombre y arma han configurado siempre una simbiosis adecuada. En realidad, perdida la narración en la noche de los tiempos no sabría decir qué fue primero. Un primate haría uso de sus extremidades o de sus gruñidos estruendosos o de sus ademanes violentos para lograr alimento o apartar al competidor. Luego el correspondiente primate evolucionado hasta llegar a homo erectus, neandertal o sapiens, o cualquier otra clasificación por definirse, diseñaría un elemento exterior para lograr sus fines. Y no ha cesado hasta la fecha.
¿En qué momento un arma se distingue de una herramienta? ¿Cuándo se especifica su uso? Probablemente al llegar a una etapa suficientemente precisa en que se optara por los conceptos de una herramienta para el objetivo constructivo y por el arma para el fin destructor. Pero siempre se ha mantenido el vínculo. Cuando no ha tenido con la misma forma el mismo uso. Un arado sin espadas que lo respaldasen no podía garantizar la rotulación de la tierra, y menos su propiedad. Un arma sin herramientas que transformaran su capacidad agresiva quedaba obsoleta. Ambos son útiles, instrumentos. ¿Uno de paz y otro de guerra? La división resulta absurda. Se deben mutuamente. Se compenetran, se complementan, se activan mutuamente. De hecho, arma, instrumento, herramienta o medio vienen a significar lo mismo en nuestra lengua. Se usan indistintamente los términos.
La especie humana no ha evolucionado optando unas veces por los instrumentos de paz y otras por los recursos defensivos y ofensivos. Todo ha sido lo mismo. En los tiempos de paz relativa no se olvidaron los preparativos bélicos. Vivimos de maquillar la historia profunda de la especie. Y más en un Occidente privilegiado que no se sentía directamente amenazado por la debacle desde hace décadas. Mas cuando viene mal dada la realidad nos desasosegamos y estamos perdidos. Así seguimos y dejémonos ya de engaños, que pintan bastos y vamos a tener que apoquinar para cubrir causas nada ajenas.
*Imagen: Reconstrucción imaginaria del cromatismo de una de las esculturas del templo dórico de Afaia en Egina.
domingo, 23 de febrero de 2025
Dirección única. Feminidades
sábado, 22 de febrero de 2025
Dirección única. Desgarros
Un poema de Elena Garro titulado Mi madre:
jueves, 20 de febrero de 2025
Dirección única. Amigos sospechosos
martes, 18 de febrero de 2025
Dirección única. Profundidades
lunes, 17 de febrero de 2025
Dirección única. Contemplaciones
"Desde hace algunos años practico a mi manera el arte de lo poco. Trato de transformar la pasividad en acción. Camino menos, pero miro mejor. A falta de actuar, pienso. Ya no doy brincos con las piernas. sino con la mirada. Me gustaría transformar los déficits en cualidades; al dejar de ser actor, convertirme en un espectador privilegiado".
Esto lo dice Pierre Sansot en su El buen uso de la lentitud.
¿Contemplar, para qué? Sería una mala pregunta si se buscara solamente la utilidad de lo concreto. Lo concreto pide mirar, sobre todo, pragmáticamente. Puede estar dotada la mirada de observación, de interrogaciones acerca de lo observado e incluso de conclusiones. Esto último supondría algo así como: ¿qué puedo yo sacar de provecho, es decir de utilidad y beneficio, al centrar mi mente en un objeto? Tal vez atraer el objeto hacia mi interés. También algo así como: ¿de qué manera apropiarme del objeto me hace mejor, es decir, más rico, más sabio, más reconocido?
No solo tratamos de situar la visión en objetos del entorno. También en los que se hallan perdidos en el tiempo para siempre, y los hemos objetivizado. Los recuerdos, por ejemplo. También en los que deambulan con agitación tras lo no alcanzado. Los deseos, por ejemplo. Pero contemplar es otra cosa. Debe serlo, me dice ese ser diminuto y escondido que trata a cada momento de dividir, por mi bien dice, mi conciencia. ¿Cuántas veces pensamos: quiero contemplar para curarme, para descansar, para abstraerme del mundo y de mí mismo, para saber lo que doy de mí sin condicionamientos de lo inmediato?
Contemplar olvidando que el tiempo sea objeto de contemplación. ¿Será la contemplación un estar en Babia? ¿Y qué si lo es?
*Imagen del filme Mulholland Drive.
domingo, 16 de febrero de 2025
Dirección única. Recorridos
Ha abandonado su silla y ha salido a la calle. La silla siempre le espera pero él no se apoltrona en ella. Una silla debe ser para lo justo. Una actividad medida, un descanso pasajero. Eso piensa de las sillas. No sabe estar quieto, como si temiera dejar de ser él mismo y que otro se apoderase de él a través de la quietud. Sale y da vueltas por su ciudad interior. La que aporta nuevas rutas cada día en su mente. ¿Quién dijo que la ficción no es real? ¿Quién dice que lo imaginado es menos tangible que lo aparente? ¿A quién se le ocurre que generar mundos y personajes dentro de este mundo tan concéntrico y expansivo no es útil? ¿Todo tiene que ser útil? Entonces también la inutilidad lo es. Porque sirve. Acaso para contrastar, para ofrecer alternativas, para relajar tensiones. Para deambular incluso por lo absurdo.
(Por ahí anda: https://lasilladek.blogspot.com/ )
sábado, 15 de febrero de 2025
Dirección única. Aquellos amigos
jueves, 13 de febrero de 2025
Por más que unos dedos...
miércoles, 12 de febrero de 2025
Dirección única. Despertar
martes, 11 de febrero de 2025
Dirección única
Antonio Machado:
"Mas busca en tu espejo al otro,sábado, 8 de febrero de 2025
Si aquellos rubíes...
jueves, 6 de febrero de 2025
No hay piedad para los palestinos
No hay piedad para ellos, para los palestinos. No la hubo antes y no van a tener con ellos ninguna condescendencia. El gran amo del mundo ha hablado y no pinta nada bien. Ya no se pueden considerar bravuconerías verbales las de ese miembro de la especie humana con poder omnímodo. Y el otro amo, el que representa a los israelíes de hoy, va a obtener su premio gordo por partida doble o triple.
Los energúmenos han condenado a los gazatíes a no tener futuro. La inacción y complicidad de otros lo permite. Decir que uno está horrorizado por presenciar una limpieza étnica no sirve de mucho. Además es hipócrita, al menos por mi parte. ¿Me he quejado antes de las innumerables matanzas, dispersiones, robos de territorios que se han sucedido en el mundo mientras estoy viviendo? Ni de Asia ni de África apenas hemos querido saber nada. Los últimos coletazos colonialistas ya se encargaron de ocultar los crímenes en masa. Lo de América está ahí pero con llenarnos la boca falsa de que son hijos de la madre patria, a la que los mismos americanos renunciaron, si es que alguna vez la consideraron patria, hace siglo y medio o incluso dos siglos, nos hemos conformado siempre.
Tal vez me horrorizo ahora más, y ahí salvo un poco mi ética personal, porque con mis años veo más. Veo y siento. Veo quiero decir interpreto. Interpreto la capacidad de cualquier cultura, pero sobre todo la de aquella que tiene influencia y dominio, para imponerse a otros seres humanos. Y en el bagaje va la ambición, el negocio desatado, el menosprecio de la gente sencilla. Ya no me engaño. Y apenas tengo esperanzas racionales. Pero la esperanza no es algo racional, me dirá otro cualquiera que quiere salvar su mala conciencia. Peor todavía. Acaso la esperanza es una entelequia con la que nos engañamos para no actuar, para no exigir a los que nos representan a que cambien el chip. Y la tal esperanza, sin razón y argumento que la guíe y concrete, no es sino abandonarnos al azar y a que pase la tormenta. Es pasividad. Sin darnos cuenta de que el sufrimiento de aquellos puede ser mañana el nuestro si no nos adaptamos sumisamente a los grandes poderes.
Pero para muchos, y hoy para los palestinos es brutal, como lo es para todos los migrantes de América que son expulsados por la autoridad del Norte, ya no debe quedar apenas esperanza ni fiar su futuro a la bondad occidental ni mucho menos a la piedad de los que en otro tiempo fueron perseguidos por los nazis. Si es cierto lo que leo hoy, que el 82 por cien de la población israelí apoya el plan de Trump de desalojar totalmente Gaza (y el muy cínico se burla diciendo que iría muy bien allí una Riviera turística) ¿dónde ha ido a parar la moral del respeto, la generosidad, la tolerancia? ¿Dónde el Derecho Internacional? ¿Dónde están las altas instituciones pactadas, tipo ONU, tras la debacle de la Segunda Guerra Mundial?
No sé si las víctimas del holocausto se levantarían al ver ahora la barbarie desatada por los propios herederos contra los palestinos. Las víctimas piensan de un modo cuando son víctimas pero piensan y actúan de otro cuando son vencedores. Y ahora manda el sionismo, que no todos los judíos aceptan pero estos deben ser minoría. Qué horror, señores bienintencionados de mi país y de mi entorno, que siguen ignorando el mal. Que no quieren ver que la limpieza étnica sigue en vigor. Qué asco los pseudodemócratas españoles que no emiten ni opinión para no desgastarse electoralmente. Qué horror la tibieza de los gobiernos de las autodenominadas democracias, donde la Unión Europea pone cara de póker. Qué vergüenza el absentismo político de los países árabes que solo van a sus negocios o a sus dependencias de USA. Qué tristeza, ¿acaso cabía esperar otra cosa?, que las religiones que tanto hablan de amor, paz, solidaridad, revelación y no sé cuántas palabras huecas más callen y sean cómplices, viviendo en ese mundo etéreo de promesas de eternidades y mesías.
Sé que no sirve para nada desahogarse, pero me da la gana.
miércoles, 5 de febrero de 2025
Sebastian Brant ya conocía en su tiempo la ralea de necios que ahora son aún más abundantes
"DE LOS NECIOS VIEJOS
Mi necedad no me deja ser anciano. Soy muy viejo, pero también muy ignorante; un niño malo de cien años (1) Delante de los jóvenes llevo los cascabeles (2) y a los niños imparto enseñanza, y me hago a mí mismo un testamento que me pesará tras la muerte. Doy ejemplo y mal consejo, y practico lo que en mi juventud aprendí. Quiero que se me honre por mi maldad y me atrevo a vanagloriarme de mi ignominia, de que he engañado a muchos países y he enturbiado mucha agua. En el mal me ejercito de continuo y lamento no poderlo ya realizar como en mis viejos tiempos; pero lo que ahora ya no puedo hacer, se lo encomendaré a Enrique, mi hijo, quien hará lo que yo he dejado. Este ya se asemeja ahora mucho a mí en su mala calaña; le va magníficamente y, si vive, saldrá de él un hombre. Hay que decir que es mi hijo, entonces hará justicia a su condición de canalla, no se detendrá ante nada y viajará también en la nave de los necios. Me deleitará después de mi muerte que me sustituya tan perfectamente. De tales cosas se ocupa ahora la vejez. La senectud ya no quiere tener sabiduría. Los jueces de Susana (3) mostraron bien qué confianza se debe conceder a un viejo. Un necio viejo no cuida su alma; difícilmente es obrar bien si no se está acostumbrado a ello".
Notas.
(1) Isaías 65,20 / (2) Atributo del necio / (3) Daniel 13. La virtuosa Susana fue condenada a muerte por dos viejos jueces que la pretendían. El pretexto fueron unas falsas acusaciones.
¿A cuantos individuos veis reflejados en este texto sarcástico? ¿Cuántas conductas actuales no os suenan sobre las que ya Sebastian Brant no ironizase en el umbral del año 1500? Aquel libro satírico que escribiera el humanista alemán y que algunos tradujeran equívocamente como La nave de los locos no tiene pérdida en cuanto a valoraciones éticas, según el pensamiento extendido en su época. Y en gran parte de su enfoque sigue estando en vigor. Los locos no son los necios. Ahora bien, evidentemente los necios cometen locuras en su fiebre por imponerse a los demás y marcar la vida y las costumbres. Pero son locuras conscientes, estudiadas, asumidas, estimuladas. Todavía peor. Más que locuras, barbaridades. Y las barbaridades pueden llevar implícito el crimen. De ahí que el término necio troque en el término canalla. Muchos necios de hoy día van de canallas. Unos lo son porque no quieren reconocer su ignorancia y con su actitud aportan poder a otros canallas. Otros porque se apuntan al negocio y el negocio va vinculado al poder que quieren tocar de alguna manera y siempre salvando el negocio. Y otros aunque reciban solo migajas o ni eso no dudan en traicionar a sus orígenes. Ya lo dice Sebastian Brant: en el mal me ejercito de continuo.
No hace falta nombrar ejemplos, ni de necios ni de canallas, o de ese otro ser híbrido que triunfa, que se cree que triunfa, y se agita en el entorno próximo y espacios más lejanos, pues están a la vista de todos. Fuera y dentro del país que habitamos.
* Grabado del conocido como maestro Haintz-Nar-Meister.
Hay una edición preciosa de La nave de los necios en editorial AKAL, colección Grandes Libros.
lunes, 3 de febrero de 2025
Paisaje (verde)
Francamente, la lógica es aplastante ante una fuente de olivas, aliñadas con delgados filamentos de cebolla y espolvoreadas por el pimentón . Miras y te abstraes, sin decidir hincar el palillo y trocear el pan.
Es un bodegón, esto no son aceitunas, te torea el subconsciente. También este puede ser el fruto prohibido, dice tratando de desviarte la atención el viejo cristiano que aún naufraga por algún rincón.
Mientras contemplas el paisaje verde y un imperceptible aroma parece salir del cuadro piensas en la vida eterna. La que quisieras que durase cuando es placentera y desahogada. Te deleitas en la eternidad de los buenos ratos que has pasado en tu existencia, por muy breves o fugaces que hayan sido.
¿Vida bucólica? ¿Contemplación más allá del bien y del mal? ¿No pasan los años por ti? Mi reino por una fuente de aceitunas, proclama el enemigo que llevas dentro mientras se le ensaliva el paladar.
Ah, la tentación. Mefistófeles no debía conocer el placer carnal de catar aceitunas. No se lo propuso a Fausto. De lo contrario Fausto no habría dudado de entrada y ni el Anónimo del siglo XVI ni Marlowe ni Goethe habrían escrito sus relatos. Habrían compartido a través del tiempo la fuente de olivas aderezadas.
Imagina al Anónimo, a Marlowe y a Goethe, aparcando a su pobrecillo Fausto y dejando que triunfe Mefistófeles, mientras el mesonero les pone la fuente de aceitunas sobre la mesa. De no ser por este plato de los bárbaros del Sur no nos habríamos conocido en persona. Son así de simples comentando.
Lo visual se resiste a dejar paso al gusto, intentas que el instante de contemplación dure para que el apetito vaya elevando el tono. ¿Cuánto degusta el humano solo con pensar en comer?
La mirada es el prolegómeno. Dejas que se prolongue la mirada.
De pronto no aguantas más. Es lo que tiene la pasión. Su límite. Te remangas la camisa y alzas el mondadientes, sin ímpetu, trazando un arco con el brazo. No hay prisa, has aplazado los quehaceres. También este alimento terrenal aparentemente tan sencillo requiere su rito. Pues en cada fruto se manifestará una encarnación. Y puede que hasta un dios cualquiera, uno de paso, te pida vergonzoso si él también puede probar el bocado verde. ¿Cómo se hace? Le enseñas.
sábado, 1 de febrero de 2025
Otra vez, febrero (al que Marianne Faithfull no ha llegado)