No me he ido a ningún sitio. Tampoco me he quedado en el mismo lugar. No sé estar sin ir. No sé ir sin quedarme. Nada me detiene. Todo me ocupa. No concibo la vida circunscrita a unas reglas. Cada día es una invención. Cada descubrimiento entra en mi carne. El sueño de la noche es un viaje. El viaje resulta una parada latente en cada jornada. No acepto el principio falso del aburrimiento. Tengo mucho de ocioso activo, pero disimulo. No hago exhibición de la indolencia, que considero propiedad de gentes rendidas. Cada día es una presunción: todo es posible, pero no todo está disponible. Hay que echar a suertes. Incluso elegir, con conciencia y cierto rigor, es tirar la moneda al aire. Somos briznas y el aire puede arrancarnos de nuestro débil suelo. El aire es la representación del caos en acción. Las mismas reglas, normativas, leyes y principios de toda irrisoria fundación no son sino las vestimentas de la mascarada. Desde este rincón del que no me he ido pero en el que no me he quedado contemplo el tránsito que los homínidos llaman ordenado. Falaz creencia; su perdición.
* Perdidos mis apuntes entre el desbarajuste de mi mesa mi mesilla mi cartera mis revistas en el retrete mis libretas mis cajones mis páginas de libros mis bolsillos mis escondites etcétera, francamente ya no sé si este texto lo ha escrito Francesca, el íntimo de Francesca o el niño superviviente de la matanza.
(Imagen de Marcel Duchamp)
Me temo que en su carta de desbarajuste astral queda reflejado que es usted un ser jodidamente hiperactivo (no se preocupe ya somos dos...); dicen que puede tratarse de un defecto y yo me pregunto: ¿por qué no de una virtud?
ResponderEliminarLa naturaleza provee de defectos, accidentes, disfunciones y desórdenes varios...¡es su esencia! Está bien eso de tomarse los defectos como menos defectos; cada cual sabe si como virtudes. Gracias, Krust.
EliminarMe da que estás en un rincón privilegiado, ese no ir, no quedarse es no intentar estar en todas partes pero si en la mas indicada.
ResponderEliminarun abrazo
Mi rincón, adopte la forma que adopte, según las estaciones del año y el campear de los quehaceres. (Uno no debe nunca renunciar a su rincón, y todos lo tenemos)
EliminarLo habéis escrito los cuatro.
ResponderEliminarY alguno más que permanece en la ardiente obscuridad...
EliminarYo creo que la desorganización tiene su lado bueno, cuando todo esta pulcramente catalogado y estudiado no hay lugar para la improvisación, y el mundo es muy gris cuando todo esta sopesado y planificado. Además pienso que tirar la moneda al aire de cuando en cuando libera a uno y frena la apatía por indecisión.
ResponderEliminarEn cuanto al último párrafo, probablemente el niño al que le pisotearon su infancia sea el que más reivindique el libre albedrío.
Un abrazo Fackel.
Eres muy razonable, y a mí me gustaría serlo cada vez menos, viejas obsesiones que ya no sabe uno si sirven o no para algo, pero lo que tengo claro es que hay que desacralizar tanta mediocridad al uso. La vida se sobrecarga con demasiadas futilidades y objetos mentales inútiles.
Eliminarestá escrito sin escribirse
ResponderEliminarasí lo he recepcionado sin leerlo
un abrazo
O cómo los extremeños se tocan, que hubiera dicho Muñoz Seca.
EliminarMe siento así, bastante parecido a lo que describes. ¿Qué diagnóstico me das? ¿Hormigas en el culo, los 45, ansiedad, rebeldía, hartazgo, despiste, desasosiego o qué? ¿Tendrá remedio?
ResponderEliminar¿Y por qué tan críptico Omar? ¿Y qué tienen que ver los extremeños?
No entiendo nada, pero así me siento: un desbarajuste total, y sin ganas de arreglarlo...
Un saludo!
Fer
Respecto a que te sientes así...eso dice que al menos percibes el textos, más o menos explícitamente te llega. Omar no es que sea críptico, sino que entra en el juego. Y yo luego respondo siguiendo un juego propio con una expresión muy de aquí, nada que ver con los de Extremadura, sino dándole la vuelta o adaptando una idea taoista de andar por casa. No sufras más, esas expresiones o se dicen o no, o se cogen, perdón, toman o no.
EliminarMi intención no es mencionar desbarajuste como infortunio, ni destino, ni algo irresoluble...qué va. La oscuridad no conlleva carencia de luz, sino solo que esta permanece relegada, esperando ser tomada.
Un abrazo.