surgía voraz
cuando el cielo negaba de improviso
el día
los ojos de los hombres contemplaban
entre atónitos y agudos
las llanuras o las crestas de los montes
si pudiéramos hacerlo
debieron anhelar sobre sus manos hábiles
escuchando una voz interior
que aún no era voz
(fue el deseo
antes que las sílabas)
Así debió suceder,
ResponderEliminaranhelaron,
escucharon,
el silencio hábil
que bullía
en su interior...
El deseo fue anterior.
La sílaba, posterior.
Sutil hiladura de supuestos que conducen a una visualidad total, una escena que finaliza en una bien deducida afirmación.
Me ha encantado.
Abrazo.
Mafalda, no es frecuente encontrar sensibilidades que reconozcan el valor del hombre mal llamado primitivo. Y se agradece. Bienvenida.
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