¿Este es su lugar de trabajo, Helmut? Es acogedor, pero se va a dejar la vista entre tantos papeles. Helmut pone un dedo significativo en sus labios. Pretende ser un sitio discreto, dice, que algunos querrían conocer y no precisamente para entusiasmarse con mi actividad. Pero sí, aquí es donde redacto mis artículos, donde corrijo los que otros me entregan. Ahí él me pilla. Sonrío. Aún no le he entregado nada y me incluye, no sé si con bondad o con alevosía. Con ambas intenciones, replica. Ella me echa una mano a la maqueta, después de haber traído las contribuciones de varios artistas que están por nuestra labor. ¿Ella? ¿Else? No solo está Else. También Judit. ¿No le ha hablado Else de Judit? Es más audaz que nosotros, hay que calmar sus ímpetus, pero transmite estímulo con sus atrevimientos. Una tarea de publicar exige elegir, medir el interés de los textos, compaginar las páginas con unos dibujos acordes. Aunque hay muchas imágenes que expresan con más exactitud los pensamientos.
Me asombra este hombre al que menosprecié. Pero estoy por buscarle las vueltas. Es admirable su esfuerzo, Helmut. Pero mucha gente no sabe leer o lee mal, ¿a qué dedicar tanta entrega? No se preocupe, y sonríe. Ya aprenderán. Además cuento conque aquellos que son más cultos se lo expliquen a los que aún ignoran las palabras escritas. Porque pueden ser analfabetos pero saben mucho en su propia carne de la vida. Todo consiste en escribir interpretando la condición de estos. Paro su argumento. Pero no se puede solamente escribir para los que carecen, hay que hacerlo también comunicando los razonamientos y las fantasías bien expuestas de aquellos que ya han descubierto un valor superior del lenguaje. Y en ello estamos también, o ¿por qué cree usted que le necesito? Usted que viene de otra clase o al menos se codea con esos otros, y a los que usted critica en sus escritos secretos. ¿Lo sabe por Else, Helmut? En parte por ella y en parte lo intuyo. Usted se sienta en un café de los acomodados a ordenar sus pensamientos, a reflejarlos en sus diarios. ¿Lo hace para observar a aquella gente que desprecia? ¿Traduce en palabras los sentimientos que le suscita la vida de aquellos tertulianos? No le critico por ello, más bien me parece interesante y no me tome por aprovechado, pero creo que con sus observaciones y su talante crítico me podría enseñar mucho. Y a usted le vendría bien colaborar, ampliaría su perspectiva.
Helmut me ha sorprendido. Cree saber sobre mí más que yo mismo. Mis confidencias, aún escasas, con Else, ¿le han proporcionado información? ¿O con lo que sabe se arriesga para atraerme hacia su quehacer? Yo voy muy por libre, Helmut, no espere de mí filiación alguna. Simpatías sí, adscripción no. Salta tajante. Ni la quiero, yo mismo huyo de rigideces. Su identidad es suya pero una parte de ella también lo es de toda esa gente que anda revuelta porque cree conocerse pero sufre los embates de quienes quieren anularla. Es más fácil lo que le propongo. Se trata de incorporar pensamientos dinámicos, proyectar ideas que trasciendan la falacia de las esperanzas que otros predicaron siempre y generar sentido nuevo, hacer que los individuos crean en sí mismos. De lo contrario el viejo mundo seguirá imponiéndose y, probablemente, con mayor peligro. ¿O usted cree que nos van a respetar? ¿Que van a permitir que gente como usted, librepensadora y plural, campe en un territorio que los eternos propietarios siempre han poseído y acotarán aún más? Va usted muy deprisa, Helmut, me confunde. Alza el dedo en dirección al exterior de la casa. Mire las calles de estos barrios. Ahí van más deprisa todavía. Y si no se sabe dónde ir puede suceder lo peor.
*Ilustración de Käthe Kollwitz
El viejo mundo abomina de los librepensadores plurales, y el nuevo también. Lamentablemente, impera el pensamiento único.
ResponderEliminarSaludos.
Habrá que refugiarse en los márgenes. Impera la fácil sumisión en la que está cayendo tanta gente, y además gratis.
EliminarSi el relato va por donde imagino, me temo que la predicción del tal Helmut no yerra. Saludos .Ander.
ResponderEliminarProbablemente tiene motivos para predecir.
EliminarMe quedé pensando, mientras leía tu escrito, que si harto difícil es comprender lo que dicen las frases, construidas con palabras y letras perfectamente regladas, mucho peor debe ser el intento de comprender mínimamente los mensajes que encierran las artes gráficas en general y en particular las fotografías.
ResponderEliminarLas palabras son imágenes. Comparten dificultades con otras clases de imágenes. Hasta la imagen gestual directa de un individuo que tenemos delante no es siempre fácil de interpretar.
EliminarYo soy de los que piensan que cada vez se lee peor y que de ahí la mayoría no saldrá. Y todo me produce una gran tristeza...
ResponderEliminarSe lee peor, sí, cuando se lee.Leer era antes luz para todos. Ahora es refugio para algunos. Porque parece que lo que triunfa es el sistema de las redes sociales que roban el tiempo y ocupan en vano los cerebros.
EliminarIr deprisa y sin saber a dónde llama al caos.
ResponderEliminarDifícil labor la de Helmut, pero le honra seguir en el intento.
Cada vez se lee peor y menos, pero creo que se publica más que nunca. Curiosa contradicción.
Besos
Tienes razón en todo, en lo de Helmut y en lo de la lectura. Las estadísticas hablan de lo que se lee en españa, pero deberían limitarse a decir los libros que se venden en España. ¿O es que un concepto -compra- implica necesariamente que se a leer un libro? Lo único que sé, y se ajusta a la realidad, es que los precios de los libros se han disparado escandalosamente. Sobre todo en temáticas más específicas, historia o arte, por ejemplo, y ensayos en general. Claro que luego hay textos de relato que no se merecen que ya se vendan por encima de los 20 euros. En fin. Otro tema a debatir sería para qué se lee, y ante la diversidad de criterios y la variedad de público sería difícil sacar conclusiones.
EliminarA leitura deve ser um prazer... uma descoberta, uma viagem...
ResponderEliminarHá quem leia por prazer, há quem leia por obrigação, há quem ache que é inútil....deixa-se levar pelas " fake news"...
Para mim, ler continua ser um prazer...
Beijos e abraços
Marta
Si se juntan disfrute en el placer y satisfacción del conocimiento, ¿no está alcanzando el lector una altura feliz?
EliminarCada vez mis contactos son menores. La edad hace su peso. No doy, y ya pocos consejos acepto.
ResponderEliminarMe pesa el mundo.
salut
Ya somos dos en ese trance. No solamente por la edad, Miquel. Hay mucha dificultad para un diálogo de verdad. Permíteme una opinión que no quiere ser consejo (o sí, por lo que te aprecio) Que pese no quiere decir que nos hunda (hay muchas maneras de estar hundidos, y la peor es la mediocridad y la insensatez que tanto cunde en este tiempo)
EliminarMira, cuando leo (y da igual el medio), mañana lo insertaré, eso de que: "Sí me llamas a declarar, vas a ir pa´lante" , me entristezco.
EliminarNo aspiro a un Pp perfecto dentro de su ideología, pero sí a que al menos respeten y no hagan declaraciones a lo Al Capone.
Sé que vigilar a cada candidato es un dilema, pero también sé que un lider tiene que tener el poder y la fuerza para hacerlos dimitir.
Nada más lejos de la realidad.
No deseo hablar de nuestro presidente en este momento, sin embargo, soy de la vieja escuela y me hubiera gustado que mandara a paseo todas sus reuniones, por muchos motivos.
En fin, estoy harto de que nuestros representantes sean mediocres (como señalas), creo que nos merecemos algo mejor, algo que nos amalgame, algo que haga que nos sintamos unidos, y hoy por hoy, es un imposible.
salut, mucha salut ¡
No espero nada de quienes no creen en la Democracia pero se aprovechan de ella. Están llegando al límite obsceno con sus mentiras, difamaciones y antipolítica. Me temo que mucha gente cae en sus trampas Es lamentable.
EliminarMiquel, y por extensión a quien lea esto. Te recomiendo vivamente -busca en biblioteca- el libro de Sebastian Haffner titulado "Historia de un alemán". Es una gran lección de vida, ética, política e histórica.
ResponderEliminarIré a por él, aquí la biblio está muy bien surtida.
Eliminargracias