"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





miércoles, 16 de marzo de 2022

Mi suicida accidental (Serie negra, 80)

 


No lo hubiera imaginado. Varias horas después de haber estado con ella se presentó la policía en mi casa y me interrogó. A qué hora la dejé, cómo era su estado de ánimo, si tuvo confidencias conmigo, si hubo presiones por mi parte, desde cuándo la conocía. Los inspectores debían tener muy claro que había sido decisión propia, pero, no obstante, el protocolo es el protocolo y todo el mundo es sospechoso mientras no se advierta que no lo es. Estuvieron correctos y entendieron que mi nerviosismo momentáneo estaba causado por la sorpresa del incidente. Para el forense y el juez no había dudas, pero nosotros tenemos que aportar nuestro informe, entiéndalo, dijeron. La próxima vez que busque un encuentro nocturno hágalo con una persona cuerda. Si no hubiera estado claro podría estar metido usted en un buen follón, se despidieron. A mí me dolió que ambos funcionarios calificaran a la mujer del bar de loca. No estaba loca, les dije en la puerta, rescatando el respeto por una mujer que se merecía mi cariño de un par de horas. Me miraron con gesto despectivo. Llámelo depresión, dijeron, o mente retorcida, que de todo hay. 

Di un portazo y recordé con dolor a Eve. ¿Has escuchado lo que piensan de ti esos tipos? Para ellos alguien que se quita la vida es un enajenado que no merece ya mayor consideración. Con esa taxativa opinión tú me dirás qué interés pueden tener por investigar. Y encima gracias que no me he visto inmerso en un lío. Te cuidaste de no involucrarme ni indirectamente, aunque ignoro qué pista o lengua larga les condujo hasta mí. Supongo que en el vecindario crecen los chivatos incluso para informar de lo más inocuo. No voy a negarte, Eve, que me he quedado bloqueado al saber lo ocurrido. Me culpabilizo, siquiera por instinto. Sabía algo de tus desánimos y desazones. De un lado al otro de la barra me habías dado a entender en varias ocasiones que te costaba vivir. Pero, ¿quién no pasa una mala racha y se deja atrapar por las sombras?, me decía a mí mismo. 

Sin embargo, ayer por la noche, cuando cerraste el bar -no te vayas, espera que recojo la caja y echo la persiana, sujeta estas cervezas-, tras sugerir abiertamente que te apetecía enredarte un rato conmigo te percibí animada y diferente. ¿Me buscaste porque este hombre al que hiciste vibrar te interesaba o porque me tenías fácil? La atracción puede tener tantos caminos, aunque siempre conduzcan al mismo fin. Reconozco que tampoco me había esforzado antes en coquetear contigo. O que si lo intenté no recibí signos nítidos por tu parte. Debo ser mal traductor de los lenguajes afectivos. Creo que si supiera ahora que te había seducido de verdad me dolería mucho más tu brutal desaparición. Sería como hacerme reconocer que no había hecho antes nada por ti. 

Tu propuesta de ir a mi casa, ¿fue un impulso o algo premeditado? Cierto que no quisiste hablar demasiado. Si se hace el amor hay que estar en ello y las palabras sobran, dijiste, salvo las palabras que sean también crudamente amor. Ahora me da en pensar que tu sugerencia fue parte del ritual que conduce al sacrificio. Beber y desatar la pasión de los sentidos son adicciones. ¿Me tomaste a mí como si tomaras coñac, por ejemplo? ¿Te pedías a ti misma intentar el rescate a través de un testigo ocasional? Déjame ser una bestia contigo, me provocaste. Diciéndolo de esa manera me fue imposible ceder a tus impulsos, pero también hiciste saltar los míos. El animal que pedías que fuese a mi vez desplegó los mimos más inesperados. ¿No sirvieron para nada? Si yo te miraba, tú no te dejabas mirar. Si me detenía a contemplar la tersura de tu cuerpo, te retorcías. Si mi boca expelía palabras sentidas, tú me la cerrabas. Tanta agitación y desenvoltura por tu parte desplazaba confidencias y ahuyentaba cariños. Pero te aferrabas tan intensamente a mi cuerpo, me apretabas hasta golpear mis entrañas, bebías tanto del sudor de ambos que entendí que esa era la descripción del amor que tú deseabas para probarte a ti misma. Podría morirme aquí mismo y de esta manera, dijiste mientras conducías mis manos a tu cuello. Sería la solución. Te miré no sé si divertido o aterrado. Mis dedos buscaban escapar de aquella posición embarazosa, pero tú los hacías crujir y yo sentía tus ganglios quebradizos que resbalaban oscilantes y frágiles.  

Si hoy vivieses, Eve, yo estaría urgido de ir a buscarte, para repetir, para empezar, para romper esta especie de afasia interior que ambos veníamos padeciendo, aunque también superando en nuestros pequeños coloquios. Pero no estás y aún mi cuerpo se estremece con el recuerdo del tuyo, y me siento desgarrado, abandonado a una incierta fortuna. Tú me dirías: vives, no es poco. Y yo repetiría como otras veces: vivir no es solo un acto pasivo, de dejarte llevar. Es también una opción que elegimos día a día. ¿Por qué no utilicé ese modesto argumento para convencerte?   




(Fotografía de Eve Arnold, agencia Magnum)

46 comentarios:

  1. Me he sumergido en tu historia como en un chapuzón desde el trampolín. Me sorprende esa habilidad de ponerte en las dos pieels, la de ella la bordas, esa tristeza sin fondo, ese dejarse llevar..pero al abismo del descanso. Nadie podría salvarla.

    Un abrazo, y feliz día

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    1. Te aseguro que el que escribe, o los que escriben, no se inventan nada. Solo transmiten, eso sí, catalizando con palabras y con arreglo a sus criterios. Bueno, sin duda las transmisiones siempre se adulteran, para mayor goce del que escribe y si es posible del que lee. Ya sabes. Bon dia.

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  2. Há sempre perguntas para as quais não vamos ter resposta... Porque há pensamentos tão íntimos, tão secretos que não confessamos a ninguém...
    A tristeza, a depressão, o desespero podem fazer com que se cometa tal acto...
    Interessante como sempre....
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Totalmente de acuerdo. Además tenemos derecho a no contar a nadie pensamientos íntimos y conflictivos. Aunque eso no resta que no tengamos necesidad de confiarnos, de hecho la mayoría tienen alguien que escucha, aunque esté impotente para facilitar ayuda.

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  3. He saltado de inmediato, porque conocía la foto. No en balde, en mis años 30' salivaba cuando mediante revistas extranjeras, me llegaban fotos y noticias de Magnum.
    Todo un detalle ponerle a tu protagonista el nombre de la fotógrafo. Por cierto, la primera mujer aceptada en la Agencia Magnum. Una fotógrafa muy sensible. Decía:
    “Si un fotógrafo se preocupa por las personas ante el objetivo y es compasivo, se da mucho. Es el fotógrafo, no la cámara, ese es el instrumento”
    Tu relato, magnífico. Intrigante y oscuro. Blanco y negro.

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    1. Esta fotografía me emocionó siempre mucho, es intrigante y oscura, también. Cuántas vidas y cuántas muertes en vida.

      La cita de Arnold muy inteligente.

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  4. "Vivir no es solo un acto pasivo, de dejarte llevar. Es también una opción que elegimos día a día. ¿Por qué no utilicé ese modesto argumento para convencerte?".
    Por qué no somos capaces de percibir el estado de ánimo que lleva a alguien aunque sea cercano al suicidio. He vivido un sólo caso cercano y fui incapaz de percibir las intenciones suicidas de aquella persona.

    Saludos.

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    1. Es tabú hasta para la propia persona que trama su fin. Normalmente oculta sus intenciones. Y hay circunstancias que la familia sabe de dificultades interiores del individuo y nadie hace nada. Complicado.

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  5. Este es un tema que el sistema no aborda. Y no aborda porque le teme. El suicidio. En Barcelona se suelen suicidar de promedio tres personas diarias, ahora, con la pandemia, parece que ha subido pero no tengo datos actualizados. Antes lo sabía porque iban todos al Clinic de Barcelona. Lo doloroso, siendo doloroso el acto en si, es que me consta que el promedio de edad ha bajado mucho, y que cada vez son más los adolescentes que toman esta drástica decisión.

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    1. Pues eso es más grave, porque que alguien muy adulto o viejo decida por causas equis acabar consigo puede entenderse, pero que alguien que apenas ha palpado la vida...Ahí es para que la sociedad se cuestionara, pero ¿acaso tenemos intención de poner remedio?

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  6. Las preguntas tardías no obtienen respuesta.

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    1. Suele decirse aquello de a buenas horas mangas verdes. Las preguntas tardías suelen quedar desvalorizadas. A mí me siguen intrigando.

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  7. Es complicado meterse en la piel del otro para sentir su dolor y su desesperación, creo que a Eve era imposible salvarla.
    Un relato tan bello como doloroso y la foto magnífica, empasta completamente con el texto.

    Un placer leerte, Fackel.

    Un abrazo.

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    1. Complicado si no imposible. Salvo que las confidencias sean largas y profundas el nivel medio de ciertas conversaciones son superficiales y no da para conocer a otras personas. Gracias, Rita.

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  8. Tal vez, dentro de la desesperación o la depresión sintió que una "petite mort" era una buena despedida. Dentro del acto sexual casual hay un algo que se confunde con amor. Esquivaba la mirada y el hablar para no confundirse porque seguramente era algo decidido. Una difícil situación la del elegido. En cualquier forma hubo señales pero el ser humano tiende a hacerse el tonto y tiene la capacidad de autoconvencerse de que nada podía hacer. Somos tan retorcidos.

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    1. Aciertas en relacionar las dos muertes. El acto sexual puede tener amor o simplemente necesidad de amor. Aproximación y rechazo son dos tendencias de cualquier individuo en cualquier circunstancia; ¿por qué no lo iban a ser en un encuentro de ese tipo y más si sabía que no quería salvarse? La complejidad depara también la faceta de ser retorcidos, pero nunc la de simples, aunque a veces lo parezca.

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  9. Se me fue el comentario y no agregué que me ha encantado y atrapado la historia. Gracias por compartir Fackel, saludos desde Uruguay.

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    1. Te agradezco, ya con comentar, aportar una idea o un elemento te convierte en partícipe. Salud y reposo.

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  10. Una historia tremenda. A veces el sexo es solo eso. Un momento intenso de los sentidos, pero no aplaca la desolación interior, el desasosiego, la desesperación vital.

    Una mujer puede buscar sexo por amor o por atracción, pero también puede buscarlo como quien se bebe unas cuantas copas. Para olvidar. Como un nsrcótico.

    Me encanta cómo has descrito todo.

    A partir de este relato podrías escribir una novela. Da para mucho.


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    1. La historia de los individuos, que no figuran en anales de la llamada Historia general, da para todo. Es la intrahistoria, que yo llamo. Y tanto como dices mujer se puede decir hombre, en cuanto a búsqueda poniendo en actividad los sentidos tras el intento de aplacar la crisis personal. De hecho funciona cotidianamente, bajo la institución matrimonial y sin esta institución, por libre. Las instituciones, al fin y al cabo, solucionan poco.

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  11. Estupendo. Magnifico texto que me emocionó. He tenido la oportunidad de conocer a quien luego se quitó a vida y puedo comprender las preguntas y reflexiones que se hace el personaje. Suenan muy humanas. Un placer leerte. Un abrazo

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    1. En los casos cercanos que he conocido era inimaginable la auto solución final. Lo que sí te puedo decir es que el superviviente se quedó perplejo ante el hecho consumado de la otra.

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  12. Tremendo relato, y desde luego cualquier otro calificativo se ajusta mejor que el de loca para esa mujer. La idea del amor, sexo antes del suicidio es atractiva pero no creo que sea lo común, imagino que habrá de todo y que serán mayoría los que terminan solos y ahogados en su angustia.
    Como siempre un place leerte.

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    1. No es común, supongo, no, pero se ha dado. Amor y Muerte van de la mano en la mente de los humanos. Y sí, no obstante, la Muerte es cosa de uno, es soledad. ¿Y acaso también el Amor?

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  13. Hay algo de despectivo en los policías, el forense, el juez. Tal vez sea deformación profesional. evitar sensibilizarse con cada muerte.
    Una suicida que le dejó una experiencia intensa, memorable.

    Bien elegida la foto.
    Saludos.

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    1. En principio, frialdad. En los de reenganche y poco estudio, o bien curtidos por circunstancias, cunde lo despectivo, pero también se va imponiendo una corrección de respeto y comprensión. De todo hay, y depende a quién te toque. Ayer por la noche vi un filme, Diamond 13, con Depardieu de protagonista encarnando un poli mayor, con nebulosas y corrupción por medio, pero comprensivo con una detenida humilde y negra. Hay de todo, pero eso es tangencial en el relato. Gracias, Demiurgo.

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  14. Magnífico relato. La descripción de un suicidio sin describirlo, arte en tus palabras. Provoca una relectura.

    Y además dos verdades: Vivir es una decisión que tomamos cada día - y no consiste en vejetar. La segunda, o la primera, el suicida no tiene porque estar loco o desiquilibrado, simplemente decide. ¿Quien se atreve a juzgarlo?

    Salud, Fackel.

    Anna Babra

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    1. Verdad una, que dices: vivir es una decisión cotidiana, pero hay gente de que decide que su vida sea vegetar, ¿o no?

      Verdad dos, según tú: un suicida decide, pero solo él sabe si está en sus cabales o no, si no quiere tener elección, si tan oneroso le resulta seguir viviendo. No me atrevo a juzgar, ni debo ni se me ocurre, pero me pregunto: ¿lo habrá meditado bien y más de una vez quien pone fin a su existencia? Sí, hay personas sumamente agobiadas y personas que aun estándolo tienen más resistencia que otras y procuran alternativas. Lo único cierto es aquello del título de una película o novela, no me acuerdo: Solo se vive una vez. Quitarse de en medio puede ser práctico -qué ridículo este calificativo para quien no va a tener ocasión de comprobarlo- en quien no levanta cabeza, pero no hay reparación.

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  15. Además fue su penúltimo acto. A su modo vivió hasta el final. Ya se sabe que el que queda se siente culpable. Quizá no debería; el respeto es en realidad lo que cuenta.

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    1. Hacer el amor en este caso, ¿era la búsqueda de una tabla de salvación o el alucinógeno y sedante que le facilitara la salida unas horas después de este mundo? El testigo sorprendido no debía de tener mayor sentido de la culpabilidad. Otra cosa es que hubiera sido alguien cercano o familiar de muchos años. Lo curioso es que el testigo que se correspondió con ella percibió atracción y rechazo: ¿gozaría con alguien vivo o alguien ya en la penumbra existencial?

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    2. Tampoco puede responderse esa pregunta. Ni otra de si lo pensó bien. Eso no se sabe, sólo se puede suponer, conjeturar, ... En este caso me atrevería a decir que eligió un último acto placentero o sencillamente físico para no pensar. Pero , incluso, esto último que estoy diciendo es una osadía, una arrogancia, ...por mi parte.

      Salud,Fackel.

      Anna Babra

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    3. En absoluto es osadía ni arrogancia, participo de tu opinión. Los comportamientos humanos no entienden a veces de tiempos, y las pasiones y apetencias tienen su mecanismo al margen de que alguien se sienta ya fuera de juego. Me gusta pensar en un cálculo de posibilidades. Al fin y al cabo es un relato ficticio. ¿Es un relato ficticio?

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  16. Me ha parecido un cuento muy sentido. Una reflexión sobre cómo nos quedamos cuando sabemos de la noticia del suicidio de alguien cercano, imagino que siempre se puede hacer más por el prójimo pero la cada no es solo una opción es una responsabilidad individual.un abrazo

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    1. Hacer más por el prójimo...quisiera creer, quisiera saber. Tengo tantas dudas. Es que no sé bien cómo se puede matizar ese hacer más. ¿Interviniendo en el margen de libertad del otro? Es que no sé. Salud dominical.

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  17. Uf, no podría, mejor no sabría argumentar nada en un caso así. Soy incapaz de comprender, como puede llegar a esa determinación una persona, de forma premeditada, en su sano juicio que se dice.

    La palabra "loca", tiene connotación despectiva, y no entiendo por que. Perder el juicio, es, debe ser, algo terrible, de lo que, el que lo sufre, no es consciente ni responsable...

    En fin, es un tema tan complejo este de "vivir"...

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    1. Esa misma expresión utilizo yo, porque ya no sabe uno qué argumentar. La complejidad de la vida. Y luego hay ingenuos ¿o tontos? que dicen que hacemos las cosas complicadas, que las cosas son simples. Sobre tópicos ya no opino, solamente me rebelo.

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  18. Fa un parell de dies a la ràdio deien que un caçador s'havia disparat i matat per accident. I jo vaig preguntar: ¿no devia ser que s'havia suïcidat? La persona que estava amb mi va comentar que el suïcidi és tabú, per això encara que ho hagués fet no ho deien.
    Un psiquiatra molt important va dir que el 98% dels suïcidis són producte d'una malaltia, i ja està.

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    1. Uno de los varios casos de gente de mi entorno que eligió su fin era precisamente cazador y pescador. Todos sabíamos de sus problemas de pareja de padre y relación laboral. Una tarde salió de trabajar se marchó a una caseta que tenía en el campo y se puso el cañón de la escopeta bajo la mandíbula.

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  19. Cuando alguien no actúa como esperamos que lo haga necesariamente tiene que estar loca, no puede ser que nosotros nos equivoquemos (siempre).

    Saludos,
    J.

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    1. Hay tanta gente que no actúa como esperamos...ni siquiera nosotros mismos lo hacemos en ocasiones, lo cual no nos induce a ponernos fecha caducidad voluntaria. Saludos.

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  20. Ante la desgracia siempre sale la misma pregunta ¿qué hubiera pasado si..? el deseo de haberlo hecho mejor surge de inmediato pero creo que poco se puede hacer cuando la otra persona tiene sus propios planes, solo somos dueños de nuestra propia vida.

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    1. Todos ocultamos algo, algunos mucho. Charlas de bar, como en el relato, suelen ser superficiales. Echarse los tejos así de pronto tampoco es nada del otro mundo si hay una necesidad mutua, lo cual no implica profundidades, simplemente manifestaciones de la naturaleza humana.

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  21. Interesante y sobrecogedor relato. Te felicito

    Saludos cordiales

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    1. Tal vez lo sobrecogedor es más ordinario de lo que nos pensamos y colea en la proximidad. Saludo, Luis.

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  22. Fáckel:
    supongo que hay tantos motivos para el suicidio como suicidad. Cada uno ha tenido su razón o su motivo.
    ¿Se habrán arrepentido en la última décima de segundo?
    Salu2.

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    1. ¿En su fuero interno y en un intervalo entre la vida y la muerte? La línea es siempre muy delgada y es como tropezar y caer, solo que en esa situación ya no tienes opción a pensar: si hubiese tenido más cuidado...

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