He visto asomar en un sueño un arma homicida. Su filo no era peligroso por la hoja en sí misma, sino por la descarga de ira de quien la portaba. Nadie advertía la sangre que se estaba derramando. Yo me palpaba una y otra vez el pecho, el costado, la cabeza. Avisaba a cuantos pasaban a mi lado. Iban sangrando pero la incidencia no parecía importunarles. Un orate pasó veloz junto a mí y exclamó: ¡sangre redentora! Con el escalofrío que me produjo aquel grito contuve mi herida.
Nuevas publicaciones didácticas
Hace 1 hora
Escondida bajo la túnica
ResponderEliminarblanca como un sepulcro
verás, por poco que observes,
el arma afilada del vecino
que, como herramienta de envidia,
se dispone a la carnicería
y por encima de la vestimenta
elegante y cívica, una sonrisa de fariseo
pronunciará palabras falsas
con cortesía de tiña negra.
Entonces, los hermanos de la congregación,
con garras de lobo escurridizo,
te allanarán la senda
y harán bajo tus pies
un pavimento de cristales rotos
que se clavarán en tu destino.
Salud
Francesc Cornadó
Qué descripción tan oportuna, en fondo y forma. Una vez que vimos afilar el rostro duro de los energúmenos -cuyos simpatizantes en número suelen ser siempre más que los energúmenos declarados- vivimos en la tensión de tener que soportar su compañía. Y estar ojo avizor.
EliminarUn abrazo.
No demasiadas personas nacen con la capacidad de sentir lo que observan. Lo que no tengo claro es si ello redunda en privilegio o duelo, o ambas cosas.
ResponderEliminarSi, creo que me quedaré con ambas.
Con el baqueteo de la vida la otrora ira, quizás producto de una energía desmedida, se suele trocar en pena y dolor, eso en el mejor de los casos, en el peor quizás en resentimientos varios.
¿Sangre redentora? - Evidente y siempre. La sangre resulta savia de la propia vida, es roja y caliente en el caso de los mamíferos. Las masas, a lo largo de la historia y de las culturas, siempre se aplacaron con su derramamiento , por algo será. Que no vengan los vendemisterios con supremacías conforme creencias varias sustentadas en ciertos juegos de poder iniciados los la infancia de los tiempos. No lo soporto, ya no. Llegó mi hora de mudar hacia el futuro que me merezco, el propio, no ajenos ni impuestos.
Quiero pensar que la capacidad de observar y sentir, aunque puedan diferenciarse, la tienen todos los individuos. Otra cosa es que ejerciten esas percepciones, se dejen afectar en mayor o menor medida y según en qué cuestiones. Tener facultades me paree un don, aunque la sensibilidad no reconducida con medios pragmáticos también puede hacer heridas o duelo, como dices tú. Pero es una fuente rica de conocimientos, de experimentación, de afrontar nuevas relaciones con el medio y por lo tanto con otras personas, ¿no?
EliminarSobre la sangre...no debo entrar a considerar el tema.
.... iniciados EN LA infancia de los tiempos.
ResponderEliminarSe te entendiuvo, hermana.
Eliminar