Mientras unos sufren y se quedan sin hogar, otros hacen negocio con la barbarie desatada por los bancos y el Estado. En el reino de los rateros de la administración y de los asaltantes de ventanilla bancaria la falta de escrúpulos campa a sus anchas. Todo vale. Hay que rascar dineros de donde sea. Vía embargos, cobrando costas judiciales, por usos sanitarios, multas por asistir a manifestaciones, pagos de diversa índole...Un país de cornudos y apaleados este nuestro. Toda la vida viviendo los potentados a costa de la ciudadanía y cuando se pillan en sus crisis de ambición y avaricia tenemos que seguir reponiendo sus activos de mil maneras. ¿Estado protector? ¿De qué y para qué? El Estado -es una idea que no hago sino dar vueltas- se ha alejado de la mayor parte de la sociedad. La ha traicionado, la está vendiendo, está despojando de bienes públicos lo que es de todos los españoles, aporta cada vez menos recursos, cubre menos servicios e impone una política impositiva durísima de la que salva a los más ricos, a los evasores fiscales, a los bancos y a la institución de Dios en la Tierra. El Estado ha hecho dejación de su supuesta función social y protectora del colectivo. El Estado nos está abandonando. ¿En qué va a quedar el Estado? ¿En el esqueleto tradicionalmente fiscalizador y represivo de los ciudadanos? Entonces, dejémonos de llamarnos ciudadanos. Seguimos siendo súbditos, cada vez más, y dejados a su suerte. Invoco al individuo. Al Individuo con mayúsculas, que el término persona siempre me resultó dulzón, catequizador y falso. El Individuo debe emerger para salir al encuentro del Individuo. Reclama conciencia, sentido de la libertad, del derecho y del compromiso. Hablemos del Individuo y reconquistemos al Hombre que llevamos dentro y que debe renacer. Solo así tendrá racionalidad que unos individuos u hombres o personas o seres, o como queráis llamarlos, vayan al encuentro de otros. No hagan mucho caso del lenguaje, quédense más bien con la idea. Por cierto, no son meros deseos de producto navideño.
(Foto de Olmo Calvo. Una mujer pasa frente al escaparate de una inmobiliaria donde ofrecen pisos procedentes de desahucios. Barrio de la Elipa, Madrid, el 5 de marzo de 2011)
Esta vez sacaré mi vena grosera, que también la tengo, si te ofende borras el comentario y pelillos a la mar.
ResponderEliminarVa así: "Todo aquel que tan solo piense y actue conforme al suso-dicho "la pela es la pela"... a mi me la pela.
¿Se nota mucho que he criado varones?
No se si habrás notado que aunque siga por aquí ya no me encuentro. Bsss.
Qué triste... pensar que cuando fue lo del Argentina, allá, había mucho hijo de vecino que decía "pero cómo es posible que vosotros (nosotros, los argentos) permitais semejante estafa del gobierno...", y yo, muerta de verguenza y teniendo que soportar además todo tipo de humillaciones por ser "sudaca" (no me lo decían en la cara, eso sí, no tenían el valor) no sabía que decirles... ¡porque pensaba que tenían razón! Hubo gente, incluso, que blandiendo nuestra fama argenta de ser así como somos... un poco pillados y soberbios (esos son los porteños, pero por extensión nos toca a todos) llegaba a insinuar que nos lo merecíamos. Doy fe de que si no me fui de España en ese momento fue porque mi propia gente, desde acá -donde bendigo estar ahora- me decía "ni se te ocurra"... ¡que sino me iba por patas!
ResponderEliminarY fíjate que ahora leo las noticias de España y como un poco la quiero, y sé la gente noble que hay además de los 3 pelotudos de siempre, pienso... pobres, jamás se me ocurriría esgrimir argumentos prejuiciosos, porque la conozco, nunca se me ocurriría pensar que se lo merecen por YPF y toda la pelotudez tan humana de siempre... como veo que hacen acá cuando van de triunfalistas.
Mejor, pues, esperar que pase el tsunami sin criticar a nadie que nunca sabremos cuándo nos pasará a nosotros. Doy fe. Y nosotros, los argentos, sabemos bien lo que es eso... de ello también doy fe: de que tanto se entra como se sale, lo importante es salir sin haber perdido la dignidad.
Buena suerte.
Ni siquiera súbditos, querido Fackel, somos esclavos!
ResponderEliminarMi nueva dirección: http://nuevacasaazar.blogspot.com
Saquemos la guillotina...y a recortar recortadores, la gente lo está deseando...pero tiene miedo, la sombra
ResponderEliminarde la guerra planea y el recuerdo del horror nos lleva
al bloqueo y parálisis.
¿conocéis alguna revolución sin corte de cabezas?.
abrazo lunar.
Emejota. Lo importante es que circule la sangre por tu vena, sea grosera o no. Eres muy libre para encontrarte o perderte, por supuesto, pero vive.
ResponderEliminarUN abrazo.
RAB, cuánto tiempo y qué gusto que pises este territorio rabioso de la antorcha. Tu testimonio es tan valioso que poco debo añadir. Una referencia. No sé si unos llevamos el camino de otros, aunque los marcos políticos puedan cambiar (contextos diferentes en Europa o América) es el Capitalismo el que obra adaptándose a unas fronteras u otras, o destruyéndolas, porque está por encima.
ResponderEliminarClaro que no todos los españoles participamos de la misma manera de aceptar o tragar, y yo mismo soy muy crítico y me siento muy incómodo con bastantes de mis compatriotas. Pero eso es convivir, debatir y afrontar. No vivimos en ninguna parte en abstracto ni en el mundo meramente literario. Aunque a veces la realidad pueda parecernos ficción, debemos distinguir por el bien de nuestra salud mental.
Tu final es el final que yo siempre pongo. Dignidad, por favor, dignidad ante todo. De todo se sale, puede, aunque heridos y muertos habrá. Y claro, salir con dignidad cuando hay necesidad de supervivencia cotidiana no es fácil. La tendencia en muchos casos será vender el alma al diablo, prostituirnos de la manera que sea. De eso hemos conocido en el pasado español mucho, durante siglos y décadas hasta hace poco. Pero la gente, que se ha creído hasta hace poco que en este país éramos ricos (nuevos y falsos) ahora está descolocada y con problemas.
Gracias por pasar, retorna cuando gustes.
Francesca, pues ya sé que suena exagerado, pero yo te entiendo. NO sé si habrá que reinventar palabras, pero te entiendo. Precisamente en el café de esta mañana hablaba con un amigo de que se pueden estar configurando nuevas formas de feudalismo en países como el nuestro (en el nuestro con mayor gravedad) En vez de los nobles y sus mesnadas abundantes en la Edad Media, habría siete o diez bancos y siete o diez empresas que serán los nuevos señores. Porque el Estado ha perdido su carácter social (si es que alguna vez lo ha tenido, acaso relativamente)
ResponderEliminarVeo tu blog. Abrazo.
Tula, la sombra de las desavenencias tradicionales, que llegan hasta nuestros días desde el siglo XIX y se recuerda directamente desde la Guerra Civil desatada por la derecha. Y los nuevos miedos...No solo hemos vivido en la burbuja inmobiliaria sino en la burbuja de ausencia de ideas, de no práctica de pensamiento, de irrealidad, de insensatez. Señor...
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