¿crees que cuando unas letras se pierden también pierden los humanos?, me pregunta de modo críptico; las letras se pierden todos los días, le contesto; y tienes razón, me responde afable mientras me ofrece café; unas flotan, otras rasgan, tales se disfrazan de fantasmas, aquellas se incrustan en las vísceras de los hombres, las de allá rebotan y muchas, muchas, no llegan a nacer jamás; pero siempre he lamentado que quedemos desprovistos de ellas; no será por la cantidad, me arriesgo a corregirle, las letras abundan y acaso agobian; agobia lo inútil, nunca lo que responde a la necesidad, me dice grave; harta la repetición vacía, jamás la prospección que reclama ser interpretada; fatiga lo insensato y lo rancio, la intolerancia y la falsedad, la trivialidad y la anulación; es verdad que abundan los signos que se trazan sobre las páginas de mucha prensa sin que influyan con otra intención sino la de que la gente compre o los ociosos chismorreen; con la premisa de que el pensamiento se reduzca y los tópicos se conviertan en dogmas; con el empeño de que los hombres se vacíen y deleguen vanamente en los aprovechados; es cierto que mucha edición ve un asomo de luz, pero no acaba de ser contemplada en todo su horizonte; cuántos libros retornan diariamente al almacenaje, cuántos periódicos vuelven a las distribuidoras, cuántas editoriales menguan, cuántos diarios dejan de existir; nunca se supo de manera tan evidente que la fortaleza de la palabra escrita llevara implícita su debilidad, simplemente porque el hombre que debería leerla no lo hace; cada libro que no se abre es un parto muerto; cada periódico que desaparece es una herida en el sistema de defensas del cuerpo social; cada letra que no es deletreada es un síntoma del peligroso desaprender de los hombres
(Imagen de la fotógrafa finladesa Anni Leppälä)
Pero tus letras no fatigan nunca, Fackel, son fuente inagotable de conocimiento, aunque me resulta imposible ahora mismo expresarte qué entiendo por él.
ResponderEliminarSí sé que la vida de la palabra está en el otro.
Y desde luego hoy la de la tuya está en mí.
agobia lo inútil, nunca lo que responde a la necesidad, me dice grave; harta la repetición vacía, jamás la prospección que reclama ser interpretada; fatiga lo insensato y lo rancio, la intolerancia y la falsedad, la trivialidad y la anulación; es verdad que abundan los signos que se trazan sobre las páginas de mucha prensa sin que influyan con otra intención sino la de que la gente compre o los ociosos chismorreen; con la premisa de que el pensamiento se reduzca y los tópicos se conviertan en dogmas;
ResponderEliminarBien lo sabes mas la avidez y el paladar difieren tanto entre los humanos, tanto .... como ...... sus gustos, pero mira por donde esa melena pelirroja de la imagen me encandila. Bs.
No veo drama en el olvido, en la devolución al almacén o el cierre de periódicos. la idea de que cuando el último viejo de la tribu muere, se quema una biblioteca, me parece exagerada. Es tal la selva de los signos, los mensajes, las profecías, las críticas y contracríticas, las finas sensibilidades y las bufonadas, que esa cancelación es inevitable (ni siquiera sana o intencional: una consecuencia de los umbrales de atención y cognición). ¿Se pierde una voz? ¿Esa voz que, precisamente, aporta el secreto? No es ni mala suerte - salvo que se crea en la revelación de secretos. No hay drama sino vertido de aguas limpias y fecales a los mismos mares,agujeros negros sin fondo. Todo se dicho con cariño metafísico.
ResponderEliminar¿Piensa la voz del texto en Público, el periódico que muere? A veces pienso que ese proyecto nació muerto del propio bullicio de las voces.
Ah,tiempo de lectores de prensa...
Un abrazo
Y además teatros, cines… una simplificación lógica por hostilidad al arte y la libertad de expresión. Así podremos decir sin duda que el Libro de Job sigue abierto, y coleando. Supongo que la “sociedad” necesita de simplificación, de ismos caducos, de juegos autodirigidos y de fácil digestión. Walter Benjamin decía que el estado paradisíaco era aquel en que aún no había que luchar contra el valor comunicativo de las palabras. Hace tiempo que mi pesimismo “celta” no confunde la supuesta pérdida de identidad con el “curso natural de las cosas”. Abogo por la ecología de la libertad. Es cierto que se han prohibido la publicación de libros recientemente pero también encontraron su cauce en digital. Creo que si no lo hacen los tarados de la derecha debería hacerlo la izquierda, leerse a Platón y establecer sus tratados totalitarios y acabar el asunto. Bueno, ahora que lo pienso creo que se lo han leído.
ResponderEliminarUn abrazo Fackel.
Por si es de tu interés te envío este enlace: http://pordio.tumblr.com/post/8835455279/tadeusz-kantor-the-sea-concerto-cricoteka
ResponderEliminarTadeusz Kantor en 1967 dirigiendo, en concierto, las olas del mar.
Un abrazo
Sofía, me halagas, pero uno puede ahogarse en las palabras, claro que sí. Se agradece tu opinión estimulante, naturalmente. Es tan misterioso este mundo de las voces soterradas que dentro de uno pugnan por salir...
ResponderEliminarY creo que tienes razón, Emejota. Los gustos, nuestra receptividad, los diferentes paladares que hay, porque cada cual es cada cual, hacen que se cate y se saboree todo de manera diferente. La melena rojiza tiene entre sus manos un fruto. Si ese tipo de frutos nos condujeran a los humanos al entendimiento...
ResponderEliminarOh, L, en términos generales y peligrosamente absolutos podría ser. Pero hay un mundo jodidamente concreto en el que muchos hemos crecido: el de que si bajas las guardia otros te avasallan. Con todo lo deficiente o de insatisfacción que puede tener un periódico, y más si se hallaba situado en un entorno deseable para muchos de nosotros, su pérdida es lamentable. Yo tenía claro lo que esperaba de él, y relativizándolo, me interesaba su aportación. El tráfago de voces vanas que abunda entre papel y redes cíber no me interesa como marasmo. Pero entre lo que hay tendemos siempre a elegir algo que nos parece menos perjudicial.
ResponderEliminarNo voy a hacer drama de la desaparición de Público, pero es triste qué recortado tenemos cierto panorama semiinformativo. Yo lo sitúo en la perspectiva de medios y de influencias políticas, por eso lo relativizo, L. No sé si nació muerto ese periódico, pero nuestro mundo cotidiano no es metafísico y debemos de andar el camino entre heces y barros. Y sortearlos. O acaso es mi problema: viejo aprendiz de lector de prensa desde mis catorce años, curtido, desgastado, incrédulo, nada creyente de los planteamientos que hicieran...pero sentimental.
ccRider, magnífico el Libro de Job, blasfemo, inconformista, desesperanzado, por mucho que invoque lo imposible.
ResponderEliminarNo sé si Benjamin se refería a un estado paradisíaco primitivo, pero eso ¿quién lo sabe? No creo en paraísos anteriores, no se han dado. Luchar contra el valor comunicativo de las palabras es un desafío, acaso no puede ser de otra manera. Pienso que en ese esfuerzo lleva tiempo la humanidad: son sus posibilidade sy sus límites.
Oye, me interesa esa idea tuya de la "ecología de la Libertad". Soy todo oídos.
Un abrazo.
Túconmigo: ¿es solo una fotografía o un vídeo que no logro ver? La imagen ya es una sorpresa. El mar y el viento como composición y ejecutantes orquestales.
ResponderEliminarGraciasssss.
Es sólo fotografía... Pero me gustó y me acordé de ti.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Túconmigo, ¿se hacen todavía cosas como las de Tadeusz Kantor?
ResponderEliminarBuena noche.