tiene treinta y seis años y los ácidos que echaron en la confección del papel argentino han vuelto amarillentas sus páginas; si lo hojeo rápido salta una sustancia invisible a mis ojos y estos me pican; o bien percibo un olor ácido que descoloca a mi olfato; o bien siento irritación en la garganta (ya pronuncié el verbo que más utilizo:
sentir); el roce de mis dedos sobre el papel hace que lo perciban áspero; es un ataque contra mis sentidos, digo; pero cuando abro y leo
allí donde huele a mierda
huele a ser
presiento que la invasión de las palabras van a sobrepasar la sensibilidad superficial e inconsistente de mis sentidos; directamente se arrojan sobre la yugular del otro sentido, el que no es más ni menos importante que los sentidos corporales; el otro sentido, que se debe también a los órganos del cuerpo y a sus manifestaciones; el otro sentido, al que sublimamos y donde nos refugiamos para saber de nosotros; el otro sentido, donde nos creemos ser; esto es, donde percibimos además de nuestros humores y su consistencia y su maleabilidad la pretensión de estar en el centro bien colocado y dirigido del ser que se dice y se repite que llevamos dentro; ese vocablo o abstracción que nos forma o que se desencadena o que se revela confuso porque quiere mostrarse, tener protagonismo; esa dicción de tres letras que nunca sabemos si es imagen o significante de algo o negación de todo
y el hombre deseó la mierda
y para eso, sacrificó la sangre
y ya me siento mordido; el libro abierto a prudente distancia; como un símbolo de evitar el contagio; no sé si del libro sobre mí o de mí sobre sus páginas; no sé si colocarlo en un atril y seguirlo como cantata; a cada línea, verso o sintaxis heterodoxa que leo algo de él derriba y algo eleva; algo estruja y algo extiende; algo saja y algo cura; voy a continuar leyendo
antonin artaud. para terminar con el juicio de dios
(¿por qué me gusta tanto que al final de un libro aparezca algo así como… se terminó de imprimir en los Talleres Gráficos Verbos, Salcedo 3253, Buenos Aires, el 23 de junio de 1975, en una tirada de 2000 ejemplares?)
Batería apenas, cobertura aún peor. Leído. Comentar "a ojo de buen cubero" sin posibilidad de haberlo escuchado antes.
ResponderEliminarhttp://youtu.be/74fdsTmqd_8
C'est la vie. Beso
He quedado con poco embriague...
ResponderEliminarRemovedor lo tuyo, un abrazo
El tuyo del 75, el mío del 72,no figura número de ejemplares de la tirada, impreso en Edigraf,Delgado 834, Bs.Aires en octubre de 1972, Textos revolucionarios,1923-1946,comentados por Oscar del Barco,también páginas amarillentas, de ese papel que se deja subrayar a gusto. De insoportable dolor su primera lectura, y de insoportable angustia la relectura. Artaud no se ha cumplido, su obra la contemplamos sin vivirla,porque es imposible ser como él; hace dos o tres años una magnífica expo en Madrid, y.... que ahora Madrid esté esperando al Papa y sus obispos. Te transcribo algunos párrafos ad-hoc:
ResponderEliminar"Pues es el Espíritu Santo, la horrorosa paloma (la Paloma YONA, y YONI la vagina), quien mantiene la duración de la vida dentro de las contradictorias delicias de la vida.[...]
Sí, mi querido Breton, han llegado los Tiempos anunciados por el apocalipsis en que el cristo, para castigar a su Iglesia, va a provocar un Colérico que arrasará con todas las Iglesias y soterrará el rito de los Iniciados.
El Papa actual será condenado a muerte por ese Colérico a quien habla el cristo real. Y le habla a diario. Este cristo -Jesucristo-era un hombre como Usted y yo. Y se ríe siniestramente, de los horrores que llamamos Su Nombre y de las imágenes que llamamos sus imágenes. Se ríe del culto y del aparato exterior de todos los cultos[...]
Naturalmente murió descerebrado por los electroshocks en un manicomio. ¿Y aún esperamos la revolución?. No, creo que ya pasó el momento histórico, ahora estamos en la involución.
abrazo
k
Extraordinario poema de un espíritu que tendríamos que resucitar hoy para hacerlo volar todo en pedazos...
ResponderEliminarjunio de 1975, un servidor aún no era ni siquiera un proyecto, y sin embargo otros ya devoraban el cadáver exquisito del loco Artaud, el sabio Artaud.
Tus filias destruyen las palabras de la tribu, Fackel. Nos hacen acercan otros tiempos...
salud
Emejota, me has ganado la mano. Iba a poner un día de estos la canción. En fin, siempre nos quedará la Piaff.
ResponderEliminarKarmen, qué alegría tiene uno cuando sabe que otros comparten sus lecturas maníacas, jaj. Cada vez me convenzo más de que leer es pedirlo el cuerpo. Hace años este libro no me entraba, noconectaba con él. Ahora es un llano para mí, o es que uno está aproximándose al fondo del valle de la vida.
ResponderEliminarNo te preocupes por ese contraste que muestras entre la expo y la visita divina. Todo lo que se exalta será devaluado, ya lo decía su Cristo.
No perder la fe en nuestra capacidad, nunca, Karmen.
Stalker, soy un imbécil. Mientras esta noche leía lenta y atentamente a Artaud, pero con sumo placer y admiración, me llegaban los gritos de la gente normal, cuerda y de orden que gritaba: gooooooollll, por no sé qué mierda de espectáculo. Viva España. En ningún país europeo se permitiría a la gente dando alaridos a la una o las dos de la noche. Así nos va. No ha cambiado mucho desde los tiempos que Blanco White o Larra relataban.
ResponderEliminarArriba los indomables de la tierra, aunque sean diminutos.
Omar, te salté. Gracias por soportar mis fobias y mis filias, jaj. Sentirse arropado es lo más bonito que existe en esta mediocre existencia.
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