No podía parar en la cama y se ha levantado antes de la hora a la que ordinariamente lo hace. El té indio, que compra en la tienda de un viejo mercader sij de la pequeña población próxima, impregna con su aroma la habitación donde suele leer. Poco a poco ha ido consiguiendo ciertas obras que considera necesarias. Hölderlin, Grundtvig, Keats, Byron, Stendhal, Shelley, Jacobsen, Flaubert...Algunas se las envían unos viejos amigos desde Athus, otros desde Odense. Sin embargo, hoy, animada por los recuerdos, ha tomado el volumen sobre los
Pensieri de Leopardi que su marido le regalara cuando viajaron a Italia.
Bella y amable ilusión es aquella por la cual los días de los aniversarios de un acontecimiento que, en verdad, no tiene más relación con ellos que con cualquier otro día del año, parece tener con él una relación particular, y que, casi como un sombra del pasado, resurja y vuelva siempre en los mismos días, y se nos muestre delante, con lo que se atenúa en parte el triste pensamiento de la anulación de lo que fuera en su día, y se alivia el dolor de muchas pérdidas, pues parece como si, con el dolor de estas conmemoraciones, lográramos que lo que pasó y ya no vuelve no se haya extinguido ni perdido del todo. De la misma manera que encontrándonos en lugares en los que han acaecido cosas memorables en sí mismas, y diciendo: aquí sucedió esto y lo otro, nos creemos, por así decirlo, más próximos a aquellos acontecimientos que si nos encontramos en otro lugar. Así, cuando decimos: hoy hace un año o tantos años que sucedió tal o cual cosa, nos parece, por así decirlo, que esa cosa está más presente o se encuentra menos alejada de nosotros que otros días. Se encuentra esta ilusión tan arraigada en el hombre que me parece que se puede creer con esfuerzo que su aniversario sea tan ajeno a lo celebrado como cualquier otro día. De aquí el celebrar anualmente los recuerdos importantes, tanto los religiosos como los civiles, tanto los públicos como los privados, los de los natalicios como los de las muertes de las personas queridas, y otros similares; todo ello es común a las naciones que han tenido recuerdos o calendario. Y he observado, interrogando con tal fin a varias personas, que los hombres sensibles y los habituados a la soledad o a conversar consigo mismos, suelen ser muy amigos de los aniversarios y de vivir, por así decirlo, de tal género de recuerdos, recapacitando siempre y diciéndose para sí: “Hace años, en este mismo día, me sucedió esto o aquello...”Cuando ha leído al azar este párrafo, permanece atónita. Se sobresalta. Sale corriendo a buscar al pintor. Cómo ha podido olvidarlo. Su viejo cómplice es hoy un año más viejo. El tiempo les devora y ellos ni se dan por enterados. Leopardi, desde el trasfondo de sus
Pensamientos, le ha enviado a la mujer un aviso benévolo.
De Leopardi están editados en Galaxia Gutenberg sus Pensamientos junto a su obra poética. Se conocen menos los pensamientos que sus poemas, pero siempre es un hallazgo interesante. Bien por traerlo a colación aquí, F.
ResponderEliminarAh... Leopardi, qué maravilloso autor. Yo lo leía con avidez con mi compañero poeta que murió joven en noviembre del año 2006.
ResponderEliminarLo que está claro es que hay que leer a Leopardi.
En cuanto a los aniversarios creo que nos ayudan a ordenar el caos en el que vivimos inmersos.
Un abrazo de enero
Hace tiempo que tengo abandonado al poeta de Recanati. Y esta entrada, ya no sé si es algo suelto o parte de una relación más extensa, tendría que mirar. Cómo va pasando el tiempo. Tu poeta personal ¿era un poeta que había publicado? (Me permito la pregunta, no sabía bien cómo hacerla)
EliminarVale, gracias por la información, Ana, preservo la misma.
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