de tus ojos de invierno
hasta vaciar sus cuencos
después quedará nuestra ebriedad
en el fondo de un pozo
que cubriremos de arena
*Grabado de la Suite Vollard, de Pablo Picasso.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 2 minutos
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Un poema críptico, pero sereno.
ResponderEliminarSe pretende sereno, por supuesto, sin negar ese otro aspecto que señalas.
EliminarUna experiencia compartida, que es profundamente satisfactoria y significativa, pero que también debe ser protegida.
ResponderEliminarO acaso se resiste al olvido.
EliminarNo llego. Me resulta demasiado difícil para mí.
ResponderEliminarNo te sientas obligado a ello.
EliminarNo, pero lo lamento. Curiosidad insatisfecha.
EliminarEs el riesgo que ofrece la subjetividad egoísta de alguna poesía.
EliminarEsa ebriedad me parece más que sana.
ResponderEliminarUn abrazo.
El placer es siempre saludable, lo que conlleve es...otra cosa.
EliminarQuitando la frialdad. ¿Quedará el calor, que se le supone a una cariñosa mirada, esa que puede llegar a embriagar, hasta hacerte perder los sentidos?
ResponderEliminarQueda, queda, y muy hondamente.
Eliminar¿Y de qué serviría esconder y ocultar esa bonita luz ocular? Nadie podría disfrutar de esa mirada.
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
Acaso es un pacto cómplice.
EliminarDe l'hivern a l'arena de l'estiu, el Sàhara que és aquesta estació a casa nostra.
ResponderEliminarAl paso que vamos, y lo digo por la sequía...gran parte de España va a sufrir una revolución climática si no se corre a subsanar deficiencias, que lo dudo.
EliminarPerò és que això del Sàhara ja ho deia Pla a El quadern gris, i els franquistes ja parlaven de "La pertinaz sequía".
EliminarDesgraciadamente lo tuve que escuchar muchas veces de boca de aquel ominoso dictador. Esa y demás frases de guisa semejante acabaron convirtiéndose en chufla, como las inauguraciones de pantanos, algunos de los cuales no sirvieron para nada.
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