"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





jueves, 18 de mayo de 2023

Diario de Egon. Alena o el desasosiego

 



Noche desasosegada. Los rostros, las miradas y las palabras del día se cruzan en mi cerebro impidiendo el descanso. Jan y Emil, mi galerista, la ciudad nueva y la vieja, los símbolos de la fecundidad y del triunfo en las fachadas y en los vestíbulos de los edificios, las Pilsen con los artistas, la ironía filosófica de Jaroslav...Y por si fuera poco la aparecida Alena. Revoltosos mis pensamientos, agitados los escasos sueños, no sé poner orden en medio de la noche. 

Alena, Alena. Castigo de mi duermevela, boceto del arte nuevo, trazo de mis carencias, color ausente de mis retratos a los que tú desafías. Alena, dónde vas decidida y sarcástica; qué pretendes, desafiante púber; a qué incitas, inquieta criatura que amplía la perspectiva de mi visión; grácil movimiento que giras como derviche alrededor de mí, al borde del desvarío. Buscas tu imagen más allá de tus estrenados contornos, insatisfecha con la que te devuelve el espejo, retando al tiempo que aún debe fructificar. Y quieres que yo sea tu demiurgo. Tientas el oficio del artista para que rompa los tabúes y acepte la mirada sobre tu cuerpo núbil. Quiebras mis elecciones cromáticas, porque tú no puedes ser dibujada con los mismos colores que otras modelos. 

Alena, Alena, por qué cuando hablé contigo esta tarde sustituiste tu naturalidad por la pose. Acaso porque alguien te dijera que los artistas buscan lo oculto del objeto tú lo interpretaras con un forzamiento sutil pero excesivo que, no obstante, a mí me ha trastornado. O tal vez es más sencillo. Tu propio Narciso te ha entregado a la corriente que en ese momento era yo y no has podido evitar abandonarte a los reflejos, que siempre son de ida y vuelta, y que terminan diluyéndose. Me haces pensar en tu propuesta y tiemblo. Me invitas a representar los dones de una belleza primitiva pero presiento que los lápices titubearían entre mis dedos. ¿Qué quieres de mí? ¿Que el artista rebase su propio límite para caer en el riesgo cuando no en la locura? Pierdo el sueño y no quiero perder la razón. 





(Dibujo de Egon Schiele)


22 comentarios:

  1. Aena parece haber descentrado a Egon, y no me sorprende, es desconcertante a pesar de su aire juvenil.

    Saludos.

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    1. Me temo que la juventud puede desconcertarnos. Y no solo por la apariencia física. Saludo.

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  2. Los artista siempre deben intentar ir un poco más lejos en su arte. El resultado puede ser la locura o la inmortalidad... Merece la pena el riesgo.

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    1. Procuran ir más allá de sus orígenes, no es fácil. Los riesgos pueden ser a varias bandas.

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  3. El sueño es frágil, el zumbido de un mosquito insignificante, un rubor en el crepúsculo, el color ingrávido de los pétalos de una amapola, una sonrisa irónica presentida durante la tarde... todo se entromete en la duermevela y provoca el insomnio, durante el cual los ruidos se acrecientan, suenan las cañerías, crujen las estructuras, los vecinos discuten o susurran.
    Debemos protegernos de miradas propias y ajenas.
    Saludos

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    1. Y de las voces del vocerío, ya sabes. Somos frágiles con sueño y sin sueño. A veces me pregunto si en nuestras ensoñaciones reforzamos nuestro temple o aumentamos nuestra fragilidad. Salud siempre.

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  4. “Los artistas buscan lo oculto del objeto” y sí, un verdadero artista va más allá del trazo a mano alzada, siempre intenta ir detrás de esa aparente imagen, en este caso, de una chica joven. Luego “que el artista rebase su propio límite para caer en el riesgo cuando no en la locura” Tantos cruzaron ese límite y otros tantos quedaron a centímetros de perder su aparente racionalidad. El arte exige un pago y el artista lo sabe.
    Abrazos Fackel

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    1. En realidad sucede en cualquier conducta humana. Todos pretendemos ir siempre algo más lejos: más lejos de nuestras posibilidades,limitaciones, errores, logros, ubicaciones...El día a día es un pulso en nuestra conciencia. Acaso el verdadero triunfo sea no perder el norte. Gracias, Tatiana.

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  5. Cada nueva modelo, un nuevo desafío. Cada nuevo rostro, una nueva historia por descubrir detrás. Nos metes de lleno en esa constante búsqueda. Un abrazo

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    1. Para seguramente no llegar a puerto alguno, solo a la marea a la que los personajes creen someterse (nos sometemos) cada jornada. Ocurrencias, Neo.

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  6. Alena, por más que adopte unas u otras poses, te inspira mucho y bien. Se merece las gracias, ¿no?

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  7. No es solo la juventud la que hace especial a Alena, o la confusión y/o descontrol que provoca en Egon, es cómo la siente o percibe él, prácticamente le está permitiendo libre y total acceso a sus emociones. Me recordó un fragmento de tu amigo donde menciona que la ilusión es por cómo queremos que sea la otra persona.

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    1. Por supuesto, el artista la percibe y en sus devaneos de la vigilia la hace más especial. Siempre es así: el objeto de atracción no significa lo mismo para una persona que para otra. Tampoco estoy seguro de cómo queremos que sea el otro/a. La ilusión tampoco es singular: evoluciona, muta, se pluraliza . Complejo, ¿eh?

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    2. Ya lo creo, muy mucho, pareciera que estamos destinados a tratar de esclarecer lo que quizás solo deberíamos sentir.

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    3. Bueno, el mundo de las emociones y el mundo del raciocinio o de la razón no tendrían por qué verse como opuestos, yo intento que sean complementarios. No podemos quedarnos con una parte y obviar la otra. Pero he ahí uno de los sentidos de esto llamado vida que ya la justifican.

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  8. ¿Qué es lo que sabe la joven Alena, que quiere convertir a Egon en su demiurgo? Un interesante concepto con que me identifico, en parte por escribir, en parte por dibujar.

    La pose es interesante, con una manifiesta firmeza en la mirada. Y tal vez algo de actitud desafiante.

    Interesantes crónicas. Saludos.

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    1. Más que lo que sabe puede que sea lo que quiere, que de alguna manera el artista la reproduzca y trascienda su imagen y con ella su ego. O eso piensa él, más bien.

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  9. La relación entre el artista y su modelo puede llevar a un vértigo continuo. De ese desasosiego nace el arte, sí, también la locura.

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    1. Y las complicaciones, pero quién sabe cuánto hay en la obra de un artista de esas complicaciones y de los saberes previos.

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  10. "Tu propio Narciso te ha entregado a la corriente que en ese momento era yo y no has podido evitar abandonarte a los reflejos, que siempre son de ida y vuelta, y que terminan diluyéndose". Aquesta frase no té pèrdua, i diu el que diu amb com ho diu, el que fa sempre més poesia de tot.
    "Pierdo el sueño y no quiero perder la razón": Trobo genial aquest final. Hi ha molts pocs bojos que ho siguin de manera reflexiva i entenimentada. Aquest equilibri és el millor que et pot passar.

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    1. En qué perfil más débil y sinuoso nos movemos cada día.

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