En efecto, pero algunos en su empeño de insensatez y de ignorancia, también de perversa intención, se empeñan en nutrirlos. Ni siquiera se les ocurre pensar que antes o después muchos perros muerden la mano de quienes les dan de comer.
Sol caliente, mucha luz y una foto en un noticiero: En una secuencia longitudinal aparecen varios animales de la misma especie. Estoy empezando a creer en los agoreros.
Tienes razón. Estoy comprobando que lo que no debatamos en nuestro interior no tendrá muchas posibilidades de ser debatido fuera. Se impone por ese mundo la repetición de la estupidez -no el criterio personal- y el alineamiento con las bestias pardas. De ese modo es tan difícil el intercambio de pareceres, ya no digo el diálogo constructivo.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LAS FRANCESAS. UN CLAUSTRO CONVENTUAL DE LUJO DE HACE SIGLOS INCRUSTADO EN LA ARQUITECTURA DE HOY
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Es que hablando de animales, ya lo sabes, la cabra siempre tira al monte.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca dejó de tirar, y de balar. Ahora puede volverse más salvaje, de nuevo.
EliminarSi el galgo o el podenco no comen, no tendrán fuerzas para morder.
ResponderEliminarSalud
En efecto, pero algunos en su empeño de insensatez y de ignorancia, también de perversa intención, se empeñan en nutrirlos. Ni siquiera se les ocurre pensar que antes o después muchos perros muerden la mano de quienes les dan de comer.
EliminarSol caliente, mucha luz y una foto en un noticiero: En una secuencia longitudinal aparecen varios animales de la misma especie. Estoy empezando a creer en los agoreros.
ResponderEliminarLos mismos canes con análogos collares, eso sí, hambrientos y sedientos, de poder y de venganza.
EliminarQué certera esa fábula. Deberíamos salir pensados y debatidos de casa, preparados para evitar mordiscos.
ResponderEliminarTienes razón. Estoy comprobando que lo que no debatamos en nuestro interior no tendrá muchas posibilidades de ser debatido fuera. Se impone por ese mundo la repetición de la estupidez -no el criterio personal- y el alineamiento con las bestias pardas. De ese modo es tan difícil el intercambio de pareceres, ya no digo el diálogo constructivo.
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