En efecto, pero algunos en su empeño de insensatez y de ignorancia, también de perversa intención, se empeñan en nutrirlos. Ni siquiera se les ocurre pensar que antes o después muchos perros muerden la mano de quienes les dan de comer.
Sol caliente, mucha luz y una foto en un noticiero: En una secuencia longitudinal aparecen varios animales de la misma especie. Estoy empezando a creer en los agoreros.
Tienes razón. Estoy comprobando que lo que no debatamos en nuestro interior no tendrá muchas posibilidades de ser debatido fuera. Se impone por ese mundo la repetición de la estupidez -no el criterio personal- y el alineamiento con las bestias pardas. De ese modo es tan difícil el intercambio de pareceres, ya no digo el diálogo constructivo.
Es que hablando de animales, ya lo sabes, la cabra siempre tira al monte.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca dejó de tirar, y de balar. Ahora puede volverse más salvaje, de nuevo.
EliminarSi el galgo o el podenco no comen, no tendrán fuerzas para morder.
ResponderEliminarSalud
En efecto, pero algunos en su empeño de insensatez y de ignorancia, también de perversa intención, se empeñan en nutrirlos. Ni siquiera se les ocurre pensar que antes o después muchos perros muerden la mano de quienes les dan de comer.
EliminarSol caliente, mucha luz y una foto en un noticiero: En una secuencia longitudinal aparecen varios animales de la misma especie. Estoy empezando a creer en los agoreros.
ResponderEliminarLos mismos canes con análogos collares, eso sí, hambrientos y sedientos, de poder y de venganza.
EliminarQué certera esa fábula. Deberíamos salir pensados y debatidos de casa, preparados para evitar mordiscos.
ResponderEliminarTienes razón. Estoy comprobando que lo que no debatamos en nuestro interior no tendrá muchas posibilidades de ser debatido fuera. Se impone por ese mundo la repetición de la estupidez -no el criterio personal- y el alineamiento con las bestias pardas. De ese modo es tan difícil el intercambio de pareceres, ya no digo el diálogo constructivo.
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