Lo que hay hoy no lo hubo ayer y no lo habrá mañana.
(Parece obvio pero muchos piensan que todo ha sido y es eterno)
La gente dice: siempre ha existido tal cosa.
Yo digo a la gente: ¿siempre has estado tú?
Durante todo el tiempo del planeta han caído rayos o ha habido temblores.
¿Cuántos han destruído tu casa?
O bien: qué suerte que alguno de ellos nunca haya quebrado tu propiedad o tu vida.
¿Han estado siempre las rocas donde las ves ahora?
La forma y el tamaño de las montañas ¿no han variado ni un milímetro?
¿Estos son aquellos ríos inimaginables de antaño?
La vega fértil y generosa que contemplas, ¿proporcionó antes los frutos que hoy se recolectan?
Y el desierto que conoces, ¿nació ya acaso como arenal inmenso o pedregosa extensión?
Tal pudiera parecer que la ciudad presente hubiera sido fundada desde el principio de la Historia,
pero, ¿cuántas ciudades anteriores están desaparecidas bajo el suelo que pisas?
Improbable cálculo: ¿suman más los muertos de todo el largo pasado o los vivos del presente?
(Tampoco serviría para nada tal operación matemática salvo para satisfacer la morbosidad)
¿Ha habido siempre opulencia? ¿Ha habido siempre penuria?
Lo que antes fue yermo hoy es fecundo. Antiguos florecimientos apenas se reconocen hoy en sus ruinas.
La salud de la que gozas, ¿la disfrutaron nuestros antepasados? ¿Por cuántos años?
(Sugerencia: procura por ella mientras puedes, ya que también tiene fecha de caducidad)
Si algo caracteriza a la vida y sus manifestaciones es su condición pasajera.
Si para algo sirve la conciencia de lo efímero es para obligarnos a saber más.
Si saber más tiene un fin útil es el entendimiento entre los humanos.
Entonces, ¿qué sobrevive? ¿El bien, el mal? ¿Las grandes obras, las grandes ideas?
Acaso simplemente la capacidad de superación.
Pero esta, ay, también es muy selectiva y, sobre todo, perdurable y pasajera.
(Ilustración de Wolf Elbruch)
Ingenioso hermano, en lo referente a “las formas” que no formalismos de acuerdo, no en balde nuestro género está alejándose de la biología (A.I. artificial intelligence).
ResponderEliminarY evidentemente todos podemos discernir que vivimos en el “paraíso de las formas” aunque aún manipulados por un subjetivismo anclado en los fondos más primordiales. De momento, aún atada por la biología, en cuanto a los fondos, ya sabes, con la helicoidal como sustrato, los fondos disfrazados de mitos nos sobreviven. Cuando lo biológico deje de existir, lo ignoro, pero si aplico cierto razonamiento impersonal tendré que ser “objetiva”.
Desgraciadamente me parece que los avatares que nos dominan aún se encuentran en el cataclismo entre lo subjetivo y lo objetivo. No me hagan elegir! que mis capacidades no dan para más! En este preciso momento de mi evolución debería estar agradecida al “maestro armero”, léase vida/ancestros/selectividad natural ....... y mira que reconozco sus sombras inherentes.
Por supuesto que las formas dominan en exceso y no con excelentes resultados siempre. Formas adecuadas a contenidos aportadores, vale. Formas sustitutivas de contenidos que nos expresen, ojo. La forma dominante de hoy día es la apariencia.
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ResponderEliminarNo, no, en absoluto es mi intención anular el valor del dato, y en el sentido que tú lo orientas la cualificación y cuantificación es fundamental para el conocimiento. Cuando un individuo piensa aleatoriamente, como hacía yo, en ese ejemplo se trata de un simple juego que permite reflexionar y no va más allá.
EliminarNo puedo negar la aplicación del término morbosidad que haces, te entiendo, aunque algunos dirían que tampoco es exacto del todo, pero las personas, ya sabes, damos de sí, de nosotros, con límites muy establecidos por nuestra mollera.
Tal vez elegí el término sin pensar demasiado, no sé.
Tengo delante el poema To Virgil de Tennyson. Desde luego no es su mejor obra, pero en mi opinión contiene la crítica más sutil jamás escrita sobre Virgilio. Lo escribió a los setenta y dos años.
EliminarLo sé, lo sé. Debo desaparecer.
Creo que las personas con sentido común, y hay muchas, se han formulado este tipo de preguntas. Y creo que a todas las respuestas, de una forma u otra se ha contestado.
ResponderEliminarSentido común. Años de vacas flacas y otros tanto de abundancia. Está escrito, desde tiempo inmemorial, desde el nacimiento de la escritura, vamos.
Ha habido siempre oprimidos a costa de opresores. Ha habido religiones (Herder) desde hace al menos 10.000 A.C. Ha habido corruptos, en la Grecia de Sócrates ya se le cantaban; ha habido estados, sistemas, formas y maneras, y todas con sus variables y sus consecuencias.
Lo bueno del humano es que no aprende, y con ello que innova, y a la vez repite, y al repetir copia y mejora...pero no aprende.
Y será así por los siglos de los siglos.
Amén.
Y en el futuro las preguntas se seguirán haciendo y se seguirán respondiendo, aunque no sé si más en concreto o de manera vaga e imprecisa y sonará a tópico y entonces no afectará a nadie la reflexión. No sé. Cuando veo lo pendiente que anda el personal hoy día del móvil no acierto a distinguir si es herramienta paralela o medio-mensaje-objetivo que anula cualquier otro método de pensamiento y reflexión.
EliminarY por supuesto, ha habido todo eso que mencionas y desde tiempo inmemorial, pero conviene traer a colación y actualizar el tema. Si aprendemos o no no estoy seguro, pero que no aplicamos con claridad conductas que mejoren nuestra convivencia también es discutible.
¡Pesa tanto la supervivencia! Somos capaces de apuntarnos a los desastres si creemos que ello nos permite sobrevivir.
Y será todo lo que dure la eternidad de lo efímero, hermano.
Si nos consideramos todos como partes efímeras de un mismo todo que crece y se desarrolla, tal vez valga considerar que el sentido de la vida es la permanencia como especie, no simplemente como individuo... aunque dentro de ese proceso esté incluida nuestra propia superación personal como fuerza de ese mismo Todo. Siempre es un placer leerte. Un abrazo
ResponderEliminarY si alguna vez la especie misma no sobrevive, ¡qué se le va a hacer! El Universo, la situación temporal de los planetas, el Sol (se calcula ya su finitud aunque los vivos de hoy no nos preocupe) marca las horas de nuestro planeta. Acaso antes un nuevo cuerpo desprendido del espacio acabe con la vida, que no con la Tierra como tal. Ya pasó, ¿no?
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