Estos días me estoy dedicando a enviar los tradicionales christmas. Que quienes los reciban me disculpen porque el de este año no sea un gif. No es que la técnica no lo permita sino que la actitud del personaje de la imagen no es precisamente de gif, sino todo lo contrario. ¿Hay algo más contra natura que un niño quieto, que no juega, que no revuelve, que no respira, que no dice ni mú? Pues bien, el niño de la fotografía está paralizado por el terror, como se informó en su día. Así que de todos los temas navideños pletóricos de paz, amor y felicidad he elegido éste, simplemente por casualidad. No había mucho diferente donde elegir en el mercado de imágenes bellas. Y las de Vogue me parecían tan artificiosas, ya se sabe, excesivo photoshop. La pose del niño que sacaron de los escombros causados por un bombardeo en Siria no necesita tratamiento alguno. Es tan auténtica como atroz. Mi amigo Max, que ve belleza hasta en el horror, y está siempre al quite, me sugiere con amarga ironía que titulemos la imagen como la belleza del shock. Luego, Max pone cara de dolor contenido. O acaso de rabia.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 13 minutos
Ese terrible "crisma" es, ha sido y me temo seguirá siendo una constante histórica de nuestro género. El continuo crisma del que por casualidad se salvan unos pocos...y luego nos quejamos de los efectos de semejante barbarie. Mira por donde una niña de nombre Judith se propuso cortarle la cabeza "al malote" de turno.
ResponderEliminarHijos de la madre cultura, que a su vez es adaptación del género o especie a la madre naturaleza. Pero cuán alevosa y cruel aún en nuestros días. ¿Crees que el relato Judith lo resolvió?
EliminarEsta claro que no; pero ella y los suyos, que a saber cómo eran, se debieron quedar tan anchos durante aquella puntual batalla.
EliminarMe temo que mientras no consideremos el deterioro de lo puntual cuando el punto aspira a linea el arte de pensar de forma puntualmente persistente lo tendrá crudo.
La matanza gradual de mujeres en nuestro país, en ese eufemismo llamado violencia de género, por ejemplo, ya muestra que Judith no resolvió la cuestión. La mentalidad violenta no se corrige o frena solo con leyes o controles. Mientras los roles no cambien y la justicia social no exista...
EliminarLa cuestión de Judith no solo trata sobre la cuestión femenina, que si, la percibo como un soldado "encubierto" al servicio de su pueblo, pero claro desde mi percepción peculiar en la que la cuestión sexual se trata tan solo de una peculiaridad personal no relevante. Justo al contrario de la sociedad en la que nací, quizás por esa razón pené lo propio al tener que sufrir unas consecuencias por algo que me parecía irrelevante.
EliminarQue si que si que los mas fuertes y chulos siempre abusan de los que consideran mas débiles y da la casualidad que la fuerza física y el mayor grado de agresividad va directamente proporcional a la testosterona y a una cultura simplista y poco evolucionada y cada vez más cobarde.
La lucha tradicional de las especies es precisamente a través de la fuerza. La fuerza implica violencia e imposición y también inteligencia. Si alguna vez esta segunda primase en la especie humana, pero no para potenciar el lado agresivo, autoritario y de explotación sería maravillosos. Mas no está escrito en ninguna parte que se alcance y menos con ideologías competitivas o intolerantes como la humanidad ha tenido que soportar a lo largo de siglos.
EliminarMuy triste. Esta imagen pone de cara a la pared toda la hipocresía de una sociedad que se complace con lucecitas de neon y con arboles engalanados. La fiesta del consumo y el dolor que consume a tantos inocentes retozan en el mismo lodo: el de la condición humana.
ResponderEliminarFraternal abrazo
Francesc Cornadó
Ni lodo ni fango ni detritus, lo humano es simple defecación a costa de otros seres humanos. Salud y hermandad.
EliminarQuizá la palabra que más de moda está y la menos utilizada. Paz.
ResponderEliminarTe deseo que estos días sean fructíferos en este producto, cada vez más escaso.
Un abrazo
Salut
Ese tipo de palabras -Paz, Amor, Libertad, Fraternidad, Felicidad...- pertenecen al mundo de las entelequias abstractas. A la hora de la verdad no se la ve por ninguna parte. Y sí, con cava y vino suena mejor y todos digerimos el sueño de los ¿justos? Se agradece el deseo, que sé que el tuyo es sincero y no de mercado. Un abrazo.
EliminarImposible que haya algo que celebrar. Nos rodea el horror y el cinismo de una política internacional que mide el humanitarismo en zonas de influencia e intereses económicos.
ResponderEliminarEl eje central de las fiestas cristianas de estos días no reside en ideas y las tradiciones están muy tocadas. El eje central es el mercado, el consumo, el gasto. Y no olvidemos que las fiestas cristianas no se celebran en todo el planeta, ni mucho menos. Pero lo peor es el olvido a que sometemos al prójimo. Esto, Amaltea, no tiene solución. El huevo de la serpiente siempre fue el mercado, y éste se adaptó a todas las fórmulas políticas y religiosas que hiciera falta para triunfar y asentar sus reales. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial tanto celebraban las fiestas los del Kaíser o los Nazis como los anglosajones de aquí y acullá del Atlántico. Mientras, los hijos del pueblo, que diría el poeta, se mataban a millones como gesto de paz, amor y fraternidad.
EliminarNo hay Navidad sin conciencia social.
ResponderEliminarDepende lo que entienda cada quisqui por conciencia social. Sospecho que para la mayoría la conciencia social es la parafernalia tradicional y consumista. Por cierto, tengo que releer a Pasolini. En estas fechas me gusta porque escribió cosas de una enjundia tan contundente como subversiva.
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