Era el juego de la guerra, y uno de mis amigos se moría como si recibiera un golpe seco con un mandoble, otro a causa de un disparo certero de rifle, otro por una flecha cartaginesa. Yo elegía, ignoro por qué, la metralla de una bomba arrojada en un raid enemigo y me dejaba caer lentamente. Gemma acudía a prestarnos los primeros auxilios sin saber por quién empezar. Entonces yo dejaba escapar un ay, en un gesto de dolor inacabable, extendiendo una mano hacia ella. Gemma dejaba de lado a los otros, que se hacían los muertos tan bien que no despertaban.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 11 minutos
Es muy importante el lenguaje gestual.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Y tanto o más muchas veces que el meramente oral. Salve.
Eliminarcolijo que eso sucedió, me da espina que sí
ResponderEliminarpues se me antoja tan, pero tan real
que lo vivo
Puede que más de una vez y en diferentes dimensiones y tiempos. Salud, Omar.
EliminarAh, pillín...
ResponderEliminar...o pillina.
EliminarEstoy releyendo "La filosofía della expresione" de Giorgio Colli, en que desgrana entre otras la explicación del eterno retorno nietzscheano, y su símbolo eterno, el ouroboros, a través del juego violento y violencia lúdica que son esas series expresivas convergentes y divergentes de la floración eterna del mundo, el flujo y reflujo representativo de la ilusión del mundo hacia los diversos puntos de contacto con la inmediatez irrepresentable, la compacidad inconcebible de la cara oculta y única del mundo.
ResponderEliminarEn la librería me regalan preciosos marcapáginas de homenaje entre otras a Gulliver, El Diccionario del diablo... y la Odisea de Homero, el regreso fantástico a casa que es la vida.
Decido ver una película y acabo viendo El ladrón de Orquídeas de los gemelos Kaufman: en sí misma un genial Ouroboros y profundo símbolo de la creación inacabable de la existencia humana en que todos los personajes son finalmente el mismo, incluso en la convergencia secreta de sus solo aparentemente diversas historias -incluido el aparente desdoble especular de gemelos aparentemente contrapuestos pero de cuya fusión emerge la genial y profunda historia única que son ellos mismos.
Me viene a la mente, por cierto, el mecanismo de la película The Cube, ese largo trayecto de desafíos angustiosos y reguero de víctimas para alcanzar la verdad de que hubieran llegado al mismo sitio habiendo permanecido quietos dejando que la maquinaria transcurriese sola... pero solo lo llegan a saber gracias precisamente al trayecto mezcla de juego y violencia mortal, enigma y guerra por la supervivencia.
En fin. Maravillado, y lentamente de regreso emocionado a casa, extraño amigo.
A buen entendedor...
Datos eruditos que me apunto para indagar, sean de soporte libro, de soporte film...vamos, soportables. Gracias por las sugerencias confesables.
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