El edificio se desploma, con cinco fábricas textiles en su interior, donde se confecciona ropa para marcas occidentales. ¿Trescientos o más muertos? Y qué. El axioma reside en que la vida no tiene el mismo precio. La mercancía que es un trabajador oriental tiene un valor infinitamente menor que la mercancía que es un obrero europeo o norteamericano. Toque, toque la camisa de El Corte Inglés, la chamarreta de Zara o el pullover de Mango y siéntala sobre su piel, con su textura en plus de sangre.
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Hace 53 minutos
Te acuerdas de la parábola del sembrador, pues eso, y al sembrador parece que no le duelan prendas asumir ciertas pérdidas. El grano parece tan abundante en su caso. Conviene recordarlo para estar agradecidos si nos ha tocado la fortuna de poder haber llegado a marchitarnos. bss.
ResponderEliminarPues es una lectura muy particular la tuya. La mía me saca mucho más de quicio.
EliminarPara llegar a esta lectura hay que recorrer el camino de la crueldad y la soledad extremas. Asumido lo más doloroso de nuestra especie, me ratifico, no doy más de si, y bien lo siento. Duele tanto tanto tanto que comprendo tu desquicie y hasta lo comparto, pero todavía respiro y necesito pensar de una forma impersonal para que tanta inspiración no me martirice. Ya veremos donde alcanzamos a llegar, algunos al éxtasis, no es mi caso.
EliminarO sea, que también. Controlemos nuestra tendencia a salirnos del quicio, aunque el campo abierto no está mal...si no tememos a los invasores. Resultó que estábamos rodeados de bandidos y ladrones con nombres grandilocuentes, así que a veces pienso: ¿qué hay que perder?
EliminarSangrante, si, que la ropa que llevamos puesta sea de marca o de mercadillo contenga el sufrimiento de los que esclavizados abastecen al mundo rico.
ResponderEliminarEstamos tan deshumanizados que nos horrorizamos por las pieles de los animales muertos que muestran impúdicamente algunos y nos olvidamos de que llevamos puesto lo que fabrican personas maltratadas a las que se les va la vida en ello.
Por ahí van mis tiros...Es tan aberrante, en calidad, cantidad y sentido del asunto que parece mentira que no se haga más hincapié informativo en ese crimen. En vísperas del 1 de Mayo, aquello de los obreros de Chicago, y otros casos...Y sin embargo, hace cuatro días un atentado con una minúscula proporción de desgracia, pero claro ¡desgracias de Occidente!, recaban una supra atención de los medios que no puedes por menos que pensar: cuánta injusticia hasta en la consideración y reflexión sobre la violencia institucionalizada.
EliminarTema tabú el de las fábricas clandestinas. Cuestiona a muchos negocios en los que compramos ¿barato?
Comprende mi malestar.
Cada uno debe aportar su granito de arena ante tanta crueldad: yo, de momento siempre miro las etiquetas para ver dónde se ha fabricado la prenda:no compro las que provienen de esos países orientales; sí, ya sé que son mayoría, pero el boicot es la manera de poner coto a tanta esclavitud,a ver si de una puñetera vez dejan de deslocalizar empresas, èstos negreros del siglo XXI
ResponderEliminarSí, es una actitud loable la tuya, bastante idealista también, porque estamos en lo de siempre: o el boicot es masivo o al final tal conducta es tan minoritaria que no llegarías a poder comprar. Porque ya no encuentras prácticamente nada fabricado de puertas adentro y porque lo que hay es caro o no gusta (se nos ha impuesto hasta la estética)
EliminarEn el asunto de la fabricación "deslocalizada" de nuestros grandes comerciantes más que fabricantes españoles (y franceses y alemanes, etc., supongo) estriba su éxito de negocio (Inditex es un paradigma) y se acompaña de nuestra obvia complicidad de consumidores. La clase trabajadora de nuestros días se halla atrapada entre todos los fuegos y ya no sabe y no quiere saber de qué manera unas prácticas de compra le benefician o le perjudican. Te beneficias, es un decir, de precios bajos como consumidor, a veces, pero luego apenas hay trabajo en industrias y entonces te perjudicas como productor (obrero)y como ciudadano (porque todo bache económico el Estado y sus secuaces lo solventan con políticas fiscales e impositivas duras, como vemos)
En fin, tiempos de vivir en un "sálvese quien pueda" (los trescientos y muchos muertos de los talleres derrumbados ni eso) que es pan para hoy y hambre para cuando quieran. Dudo que los negreros dejen de deslocalizar empresas. Ellos van a lo suyo. Su "moral" es el beneficio, Anónimo.