"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 26 de abril de 2013



















Dudo que haya río que no haya arrastrado en su curso cieno, sangre, lágrimas u olvido. 



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6 comentarios:

  1. Pilar27 abril, 2013 13:09

    Yo también lo dudo, imaginando el cieno que un día amortajó a Virginia Woolf.

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    1. Fackel27 abril, 2013 16:22

      Por ejemplo. Yo pienso mucho en el cieno que tiene que haber dejado hundidos para siempre a pastores nómadas, legionarios romanos, vecinos asaltados en los caminos, obreros constructores de puentes, suicidas ocasionales...

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  2. M. Roser27 abril, 2013 14:00

    Los ríos són como la vida, algunos son de aguas limpias y cristalinas y otros siempre seran de color oscuro, sin poder reflejar nada...
    Besos.

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    1. Fackel27 abril, 2013 16:23

      Solo que todos los ríos suelen cambiar su tonalidad en función del volumen de agua que reciban, los derrumbes de las orillas y otras serie de accidentes manu humana.

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  3. Anónimo27 abril, 2013 14:27

    El agua lo arrastra todo, la memoria del río persiste en su fondo.
    Si en una sequía mirásemos ese fondo leeríamos en el muchas historias.

    saludos

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    1. Fackel27 abril, 2013 16:25

      Equilicuá. El arrastre externo de un flujo incesante no anula la potencia de sedimentación en cuyo seno debe haber historia y vidas frustradas a mansalva. Hay tantas capas bajo nuestros pies...

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