¿y si todo lo positivo se redujera a eso, a no tener miedo? ¿y si el control del miedo es lo que muestra el lado ingenioso y constructivo del ser humano? ¿y si no ceder al miedo nos condujera a nuevas posibilidades? ¿y si el riesgo mereciera la pena? ¿y si la propia capacidad de decisión abriera las puertas del conocimiento? ¿y si el mismo individuo paladeara el siempre espinoso territorio de llegar a la libertad? ¿y si calibrara su fuerza íntima para crecer sin temores? ¿y si los hombres dejaran de obsesionarse con las propiedades de uso y descubrieran las propiedades personales de su materia creativa? ¿y si perdiéramos el respeto a las falacias ideológicas que encorsetan nuestro ser? ¿y si recuperáramos una visión del aprendizaje más cuerdo y más vinculante con el don de la naturaleza? ¿y si hiciéramos del aprendizaje continuo una palanca, una llave, una estancia abierta? ¿y si recuperáramos el campo sin puertas? ¿y si el dominio del miedo nos llevara a superar los límites tribales, las farsas nacionales y la división de los mundos? ¿habéis pensado alguna vez que el hombre ha conjurado los miedos precisamente con el desarrollo de sus capacidades, de su saber, abriendo aplicaciones transformadoras? ¿y es que no sabemos sobradamente que no siempre lo que ha realizado el hombre le ha dotado de felicidad? ¿pero acaso no se han corregido muchos errores, muchos pasos falsos y soberbios, muchos desatinos? ¿hemos tropezado una y otra vez en la misma piedra o no será más bien que la humanidad no ha sabido adaptar sus pasos a los nuevos desafíos? ¿no hay que tener cuidado con el lenguaje y sus trampas, ese lenguaje que tanto utilizan las fuerzas conservadoras y detentadoras del poder, y no dejarse obnubilar por el tópico o lo lapidario? ¿no es el miedo lo que desvía y ofrece una visión retráctil y funesta de los objetivos que puede seguir proponiéndose el hombre? ¿acaso el ansia y la necesidad de saber se circunscriben a unos planes prefijados, a un tiempo pasajero de la vida de un individuo, a un negocio o a unas exigencias sociales o del Estado? ¿no exorcizaríamos el miedo con el gusto por estar constantemente aprendiendo? ¿no hay infinitas maneras y sentidos para seguir sabiendo? ¿no es preferible el esfuerzo al abandono, la curiosidad al aburrimiento, el placer de captar el significado de algo nuevo a la renuncia al gozo?
(Imagen captada en una abundante manifestación ciudadana en favor de la Enseñanza y la Escuela Pública hoy mismo. A veces un pequeño rótulo que lleva en la espalda un ser humano da más claves que todas las consignas reivindicativas. Tomada de
http://pillalaciudad.blogspot.com/ )
¿Miedo a perder lo conocido o miedo a lo desconocido..??
ResponderEliminarEl miedo es una respuesta al pasado, los bebes no tienen miedo, no tienen pasado...viviendo un presente continuo...
Y como diría D.Juán: "el miedo no mata, lo que mata es que te digan siempre lo que tienes o no que hacer"
un abrazo selenita en Gaia.
Pues yo pienso que incluso el miedo tiene su parte positiva, no el miedo paralizante ni distorsinante, sinó el que te activa, el que te hace protegerte si es necesario, el que asegura la supervivencia un poquito más...
ResponderEliminarTitular de La Razón: "Fracaso de la huelga política"... Estos no se enteran. Corrijo: no quieren enterarse.
ResponderEliminarUn saludo.
Tula, no sé. Siempre he creido que el miedo a lo desconocido, a lo por llegar, se basa en la mala experiencia de algunas cuestiones de nuestra vida que nos espantaron. De hecho, lo desconocido siempre me ha estimulado más que frenado. Tal vez tengas razón, y en ese sentido sea una respuesta al pasado, a lo padecido en la medida que sea. Mi padre, por ejemplo, siempre temió que volvieran las miserias de la guerra y de la posguerra.
ResponderEliminarAbrazos selénicos, hermano.
Francesca, por supuesto. Lados positivos hay en todas las conductas y reacciones. Se trata más bien de analizar las situaciones que nos dieron miedo. ¿Por la situación en sí, por nuestra incapacidad para afrontarla, por nuestra soledad, por lo pusilánimes que nos pilló, por la violencia ofensiva que no pudimos encajar...?
ResponderEliminarDe ahí que te entienda en el sentido de que si sabemos un por qué, cómo fue esa relación situación-individuo, y tomamos nota, el miedo sea más despertador que espanto. Pero claro, tantas veces nos coge por sorpresa algo que nos desborda y nos puede...
Buen día.
Ay, Pizón, sospecho que se enteran muy bien pero hacen carnaza de ciertos enfoques, porque, además, saben que hay una clientela enfermiza que los reclama.
ResponderEliminarSigue estando en vigor aquello de a palabras necias...cuando leamos de pasada un titular de portada de ese panfleto o de los otros titulados El Mundo o ABC.
Paciencia, un abrazo.
El miedo es el arma más poderosa que maneja el poder.
ResponderEliminarSu estrategia está clara: inocular miedo, miedo a perder lo que creemos que nos hemos ganado, miedo a llegar a situaciones terribles y, sobre todo, miedo a tomar las reindas de nuestras vidas.
Un saludo.
hola amigo
ResponderEliminarEl miedo ha creado a dios.
El miedo paraliza la inteligencia y convierte la agilidad en mecánica.
Por el miedo perdemos la vida; nacemos ya con él; la sangre de nuestra madre ya lo contenía
y lo vamos dejando como herencia.
Y si de una puñetera vez las personas se enfrentasen a sus dioses? Y si descubrieran que son placebos? Y si el ser humano descubriese por fin que está solo en este inmenso universo y que su misión consiste precisamente en perder el miedo para unirse a él?
Un abrazo amigo.
Quebrantando, razón llevas. Ahí el poder vincula sus armas psicológicas con lo más primitivo que cada individuo y cada sociedad lleva en su interior. Y si resulta, pues todos más domesticados...para sus intereses, no tanto para una convivencia renovada y que nos dote de personalidad. No es vano retomar el discurso de que nos siguen pretendiendo súbditos más que ciudadanos. Y tal como van las cosas, incluso esclavos. Que la apariencia no engañe, que ciertos árboles no oculten el bosque.
ResponderEliminarGracias, un abrazo.
Gene. El miedo ha regido la vida y las relaciones sociales desde el principio de los tiempos. Pero el peor servicio que podemos hacer a estas alturas para que el miedo siga latiendo en la sociedad y se lleve el gato al agua es callar, no dialogar, no avanzar argumentos, no fomentar la imaginación, no protestar y no pensar. El ser humano es materia bruta, no obstante sus afinidades y sus sensibilidades. No todos los individuos esperan de la vida y la exigen con el mismo afán y la misma perspectiva. Para muchísimos el tema de vivir es pasar. Así va todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
En mi tembleque tierra, nacemos teniendo mucho miedo a los temblores y terremotos, pero aprendi en algun momento que si me tapaba los oidos ya no los escuchaba y mi miedo fue cediendo a solo sentir el movimiento y ya no era tan terrible. Un abrazo desde Chile, me gusto tu blog,
ResponderEliminarCarmen, bienvenida por este territorio. He conocido amigos chilenos que me contaban que siempre tenían listas junto a la puerta de entrada a la vivienda una frazada y una linterna. Eran prácticos para responder a la llamada interior de la supervivencia, al reflejo, siempre más lento que en los animales de otras especies.
ResponderEliminarHay miedos y miedos, y para superarlos o al menos afrontarlos supongo que conviene hablar mucho con uno mismo.
Un abrazo, pasa cuando gustes.
Hola Fackel. Creo que esencialemente, el miedo se basa en dos pilares: la ignorancia y la mentira. En cuanto a la primera, ya dices lo suficiente, es preciso el seguir haciéndonos preguntas, el deseo de saber, ese esfuerzo y placer tienen el poder de eliminar los miedos ancestrales. Los otros, los basados en la mentira y la calumnia, son como una prolongación del primero. Sólo presisas saber, estar informado, para no dejarte engañar, como consecuencia de ello, no dejarte llevar por el miedo.
ResponderEliminarSe podría hablar también del shock del miedo, pero eso es ya una utilización de un estado emocional de las personas para lograr un determinado objetivo político en un momento dado en que las emociones son difíciles de ser controladas, y más si los medios de comunicación están continuamente bombardeando e incidiendo sobre el tema. Creo que sería un tema aprte.
Un abrazo.
Carlos. La ignorancia, base de la maldad. La mentira, herramienta funesta de la ignorancia y de la maldad. Mucha gente no hace esfuerzo por saber, que sería la garantía de no dejarse engañar. Sospecho que a mucha gente le gusta que le engañen en ciertos terrenos de la existencia. Allí donde se siente inconsistente, donde no arriesga pensamiento ni opinión, y se entrega a la demagogia o el populismo de turno, que no es solamente la de los políticos...Todos los días oigo a las puertas de los bares (con la prohibición de fumar dentro de ellos ha salido a la calle el humo, la guarrería española y los chascarrillos que se pretenden opiniones) a algunos que se erigen en intérpretes de las realidades sociales. Veo cómo callan o asientan los que están en derredor. Imagínate qué puntos de vista obtusos, qué machismo imperante (el machismo no es solo una actitud de género sino sobre todo de pensamiento cerril e impositivo), qué maneras de tener razón subiendo el tono y utilizando des-calificativos...De pena, vamos.
ResponderEliminarEl shock del miedo funciona siempre, con mayor o menor intensidad. Por supuesto, si viviéramos la inflación de Berlín en 1930 el shock sería un monstruo y no solo una actitud manipuladora. De los medios de comunicación ¿qué decir? Salvo alguno, no obstante, porque demuestra que no practica la canallada adosada a lo más depravado del subpensamiento patrio, encarnado en cabeceras sin fundamento.
Ojo avizor, hermano, siempre. Un abrazo.
Creo que este espacio tuyo es muy nutritivo, así que por esta entrada y las anteriores volveré.
ResponderEliminarGracias.
Susodicha, bienvenida a este ámbito. Si lo consideras nutritivo, adelante, pero ojo, no te empaches. Gracias a ti por comentar.
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