…pillar in fraganti a un poeta en plena poesía, al descriptor del límite entre lo que es y no es, al más nombrado entre los nombrados, al hombre que veía más lejos y más profundo que todos los hombres que decían ver, al acólito circunstancial del mingitorio, al clarividente de los sueños, hacer un símbolo del hombre que vive en este mundo según sus necesidades, ángulo de la distancia y de los urinarios preservando el pudor, el escribiente que ladeado sospecha el click sordo pero le da lo mismo, y ese recorrido del ilustre alfabeto de los urinarios, donde nada perturba la inspiración y el ingenio que no cesan…
(Rogelio Cuéllar estuvo allí y, polémicas aparte, defendió siempre el respeto con que fotografió a Borges; ver para mayor ilustración
http://oralapluma.blogspot.com/2010/03/borges-en-los-banos-de-san-ildefonso.html)
Genial.
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Divino des-ahogo comun. Beso (aun sin acentos)
ResponderEliminarBorges era humano.Y en sus palabras ya lo decía:
ResponderEliminar"No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico...."
Mis saludos.
Bienvenida, Pérfida, pasa cuando gustes.
ResponderEliminarEmejota, si no fuera por el desahogo...Besos.
ResponderEliminarParatilibre, no sabía que dijera eso, o hubiera dicho eso. Pero es para meditarlo, y para tomar como regla del saber vivir, que a veces hace falta.
ResponderEliminarTengo siempre presente al valeroso soldado Schwejk, el personaje del escritor Hasek, verdadero superviviente de las barbaries y de las mediocridades, pero resulta difícil seguir su ejemplo.