Sabemos que hoy es solsticio (a las 23,39 en vuestro huso horario convencional) Y que hoy tiene lugar un eclipse de luna. Dos acontecimientos. ¿Por qué se dice en vuestras agrupaciones vivientes que son solamente dos fenómenos? De algo tan grande que los humanos no perciben todos los días se hace algo menor. Son fenómenos, pero son además sucesos importantes. Que los seres demediados tengamos que recordároslo da la medida de vuestros olvidos y, también, de vuestras ingratitudes. Lo grande es grande, sobre todo cuando se trata de comportamientos de la naturaleza. ¿Por qué los humanos los ignoráis? ¿Por qué los humanos devenidos en masas reducís en vuestra conciencia el valor del universo? Por más que os empeñéis en ignorar las dimensiones que os cubren, hay otras manifestaciones que no podéis controlar pero que deberíais reconocer. Y el universo y vuestro planeta están repletos de ellas. Os anegáis en vuestras propias ciénagas y no os dais cuenta. No veis más allá de vuestras maneras de vivir ni os sensibilizáis con otras formas que no sean esos mundos limitados e insignificantes de disfrute, de huída y de posesión donde fermentáis cuando no, más bien, os pudrís. Escapados a la identificación con el mundo amplio al que os seguís debiendo, no dudáis en vivir a su espalda. Y cuando ese mundo se manifiesta ante vuestros ojos como un don único y extraordinario, apenas le prestáis atención. No todos los hombres obran de esta manera. Antiguamente vuestros antecesores daban otro valor al cielo, a la tierra y al suceso imprevisto. Supieron de los cambios recurrentes. Se dejaron gobernar por ellos. Observaron y respetaron. Y a este ciclo que comienza en este lugar le pusieron un nombre y comprobaron que se reiniciaba una etapa. La vida volvía a engendrarse, lenta y callada, para ofrecer sus frutos más adelante. Hoy solo estáis pendientes del hecho mercantil, del tacto de los objetos, del sueño de lo improbable. El solsticio se ha borrado de vuestras mentes, pero él, no el nombre, no la mera caracterización que se le adjudica, no el valor con que fue estimado, sino su sentido profundo sigue existiendo obréis como obréis. Los hombres habéis desviado con ideas y mentalidades efímeras el significado profundo del tiempo de cambio y del momento de renacer. Os habéis apropiado de lo que no podéis poseer inventando tradiciones, costumbres y valores cuestionables que más que perpetuar el entendimiento del don os aleja de él. Los seres demediados, viajeros de paso a vuestro mundo de inconsciencia, advertimos del riesgo que supone para vuestra especie perder la identidad que os vinculaba. El mundo no existe solo en vuestras dotaciones, en la impedimenta con que os movéis y en los bienes en los que os volcáis haciéndolos objetivo fundamental de vuestras vidas. Como el sentido de culto generoso que habíais poseído desde antiguo no es borrable, decidisteis fundamentar un ídolo nuevo al que adorar en cada día y en cada actitud. Y esa adoración que, en otra estancia de vuestra temporalidad tendría un sentido simbólico, os engulle, os gobierna, os devalúa. Desde nuestra visión particular lo vemos con más claridad que vosotros mismos. Pero no temáis, porque nuestras advertencias no son de condena, por muy acres que os parezcan, ni de desalojo, ni de destrucción. Disponéis de medios como jamás los habíais tenido en otras épocas. Simplemente se trata de que veáis en ellos un afinamiento de los primeros recursos con los que vuestra especie se dotó en el origen de todo. Una posibilidad de adaptación al universo con perspectivas para la vida en su amplio concepto. Solsticio no es una palabra sin más. Es una clave. Pronunciadla por encima de todas vuestras vestimentas ideológicas y falsarias. Actuad con ella en la mano.
(Obra de May Criado)
Este escrito debiera traspasar nuestro imaginario colectivo, hoy cuya noche es la más larga del año. El contacto con lo natural tendría que ser eso mismo, natural, pero nos hemos rodeado de cosas artificiales y artificiosas. Sólo retomando el contacto con nuestra naturaleza interior en consonacia con la exterior es posible cualquier metamorfosis.
ResponderEliminarAbrazos celtas
Poco a poco hacia la luz. Me siento un privilegiado al vivir en un pueblo, bueno es casi una aldea. ¿Habré podado bien las parras?
ResponderEliminarFuerte abrazo sin demedios.
Así os va, insensatos habitantes de la Tierra.
ResponderEliminarEl día que me cabree MÁS, envío a mis huestes y os mando a hacer puñetas en un plis plas.
Y si alguien dice algo....a la hoguera de cabeza
De momento, Feliz Navidad.
La luna
* perdón, no me sale el simbolito.
http://www.stellarium.org/es/
ResponderEliminarun fuerte abrazo en este intenso solsticio..
... __ __ __ ...
ResponderEliminarSinceramente, Ataúlfa, que uno no sabe ya cómo vincularse con la naturaleza. Tal vez por el recuerdo, tal vez por el ejercicio que propones, tal vez tirándonos al monte (cuidado con el giro) Yo he tenido que hacer un ejercicio de racionalización para recordar la fecha del ciclo, qué cosas.
ResponderEliminarSaludos vacceos (estos eran los celtas que habitaban el área geográfica donde habito)
Cuando te haces preguntas de esa guisa, Ara, uno se siente pequeño a tu lado. Inspira/s paz.
ResponderEliminarUn abrazo, también celta si es preciso.
Anónimo, no andas descaminado/a. Aunque creo que ese irnos a hacer puñetas no vendrá ni de los demediados ni de los marcianos. Tal vez, el factor aerolito. Pero la mayor parte de las papeletas se venden en Doña Manolita de las Potencias Nucleares Humanas.
ResponderEliminarTula, me lo anoto, a ver si acierto a conducirme por ese mundo. Gracias mil.
ResponderEliminar¿Quién manda el SOS? ¿La Tierra o la Especie humana?
ResponderEliminarLa especie humana, estamos aterrorizados...Gaia tiene mucha conciencia....
ResponderEliminarConozco a alguien que nació en el solsticio del Otoño casi Invierno. Beso.
ResponderEliminar