Esta es una presentación oblicua. Nos sentimos extraños al dirigirnos a vosotros, pero teníamos necesidad de hacerlo. Hay un instante fugaz en nuestra evolución biológica que nos pedía comunicarnos. Pertenecemos a una especie que se ha ido engendrando lentamente y de manera desigual. Nuestra urdimbre difiere considerablemente de la humana, aunque comparta sustancias y materias del universo del que vosotros procedéis y en el que estáis integrados. Estáis arrinconados en un espacio reducido del universo, aunque vuestra percepción equívoca os haga pensar que sois el centro. El universo es muy amplio en extensión y muy rico en la calidad de la que está formado. Esta aseveración ya la intuís vosotros, pero no podéis alcanzar a participar de sus dimensiones. Poca gente sabe que vamos tomando cuerpo. Hasta ahora nadie nos había visto. Vosotros sois unos privilegiados al contemplarnos brevemente. No sabemos si llegaremos a cuajar en algo más elaborado o nos quedaremos para siempre en esta apariencia demediada. Ni si nuestro espacio estará entre los humanos o en otros mundos. Ni si nos expansionaremos o permaneceremos recónditos en algún territorio circunscrito por las leyes naturales. Hablamos con vuestro lenguaje para que nos comprendáis. Para nosotros vuestro lenguaje es una ficción, un truco, una inexactitud, en definitiva. No os fiéis de nuestro aspecto, que seguramente os recordarán facciones que vosotros reconoceréis fácilmente. Hoy nos mostramos así a vuestros ojos, pero mañana podemos camuflarnos entre otros animales o sobre las rocas o entre los pétalos de una flor. Es nuestra aproximación a otros medios y a otras vidas la que nos configura como formas provisionalmente semejantes a la de esas otras existencias. Las complejas leyes evolutivas nos han dotado de una capacidad de cambio y de adaptación superior a la vuestra. Pero no temáis. A cambio del nomadismo que constituye nuestra manera de ser y de vivir se nos ha concedido una propiedad que vosotros no poseéis. No somos una especie que compite. Ninguno de nosotros aspira siquiera a ser un ente completo. Tampoco perseguimos complementarnos unos con otros. No nos interesa la conformación integral de un cuerpo, como sucede en los individuos de vuestra especie. Vivís obsesionados con alcanzar una totalidad que primero es frágil, que se trocea más tarde y que acaba caduca. Nosotros tenemos clara nuestra individualidad y no nos atormentamos con esta suerte de imagen parcial, que tenemos bien asumida. De hecho, no nos interesa la imagen. No es el rostro lo que buscamos, ya que para nosotros la representación externa es efímera. Llevamos grabado en nuestra impronta íntima que no estamos para disputar entre nosotros ni enfrentarnos a otras especies. Al deciros esto podéis pensar que somos lo que llamaríais seres simbióticos. No es así, pero vuestras limitaciones no pueden haceros entender el sentido del que estamos formados. Esta formación a medias es la que nos otorga más posibilidades de compartir cualquier superficie y cualquier profundidad, cualquier textura y cualquier éter, cualquier materia y cualquier vacío.
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Hace 30 minutos
Deberíamos aprender de los extra-terrestres.
ResponderEliminar(tocaste de forma magistral uno de mis puntos débiles, la ciencia ficción)
Un beso
Nos creemos únicos y nos comportamos con soberbia cuando, en realidad, somos una especie muy limitada y corroída por las pasiones.
ResponderEliminarDe otros planetas son los que no compiten y no disputan. Por supuesto, una especie más evolucionada que la nuestra.
Profundo, como siempre.
Un abrazo, Fackel.
Isabel Martínez Barquero (aunque Blogger se empeñe en convertirme en anónima).
Mola esta gente. Yo quiero que me lleven :(
ResponderEliminar¿Habrá más comunicados? Piensa que yo fui de los asiduos a las excursiones de cada día 11 en la montaña de Montserrat, para verlos, por la noche, a veces con un frío atroz. O sea que si hemos de continuar lo que quedó suspendido, aquí me tienes en pie de guerra pacifista. Un abrazo.
ResponderEliminarBrillante, Fackel. Es uno de los escritos que más me han gustado en ti, por cómo denuncia ciertas imposturas en la configuración egológica predominante en nuestra sociedad y cómo insinúa, se acerca a esa realidad que a falta de un término mejor definiré como "instersticial", "magmática", "eternamente fluyente": esa otra vida, esa vida del otro que podría ser la nuestra y que en nuestra ceguera nos hemos negado.
ResponderEliminarEspero ya los próximos comunicados, y quizá te sorprenderá saber que hemos compartido esta confluencia: desde hace tiempo quiero subir una entrada que sea una carta escrita por un extraterrestre, pero no dirigida a los humanos sino a la "comunidad galáctica": una carta en la que dice cómo nos ve. El tono sería muy distinto al que propones, y quizá no la haré ya porque tu trabajo (mejor: tu acercamiento) ha sido francamente exquisito,
abrazos
Prefiero guardar mi opinión para un segundo comunicado, si viniere.
ResponderEliminarReconozco mi soberbia, que es mucha, pero en este caso me hace ser produente y alejarme de los que se sienten superiores,sean o no terrícolas.Las palabras necesitan ser avaladas por actos y en ocasiones incluso por silencios.
Seres demediados que me recuerdan mis limitaciones... ¿Hay acaso seres más demediados que los humanos?
Leeré de nuevo entre líneas el comunicado, pues no deja de ser sorprendente.
Hola, Rat. Pues no sé si son extra-terrestres. Igual son sólo extra-humanos. Pero me inclino a pensar en otra dimensión. ¿Podemos asegurar, acaso, las dimensiones que pueden existir por los universos?
ResponderEliminarMe alegro te guste el género que mencionas, si es buena su narrativa.
Un beso.
Isabel Martínez anónima, jaj, a veces y pensando con cierto distanciamiento d enosotros mismos pienso que sí somos diferentes en bastantes cosas a otras especies. Ser diferente no define sino una cualidad del vivir, lo que me da grima es cuando se le da cualidad moral, cuando se exalta (que en realidad la exaltación de la soberbia es d eunos hombres contra otros)
ResponderEliminarSobre las pasiones...no creo que estén sólo para corroernos y no necesariamente para corrompernos. Sirven también para conocernos, estimularnos y descubrir. La obra de arte también es producto de la pasión, sospecho (y no sólo de ella, claro).
Vamos que hoy me pillas positivo.
Un abrazo.
RAB. Esa gente tal vez ya se ha hecho contigo. La capacidad que tienen esos otros para entrar en nosotros es superior a la que conocemos los humanos. Pero no temas, esa gente no está para hacernos desvariar y despersonalizar. ¿Y si estuvieran para reconducirnos?
ResponderEliminarEi, Ramón. ¿Que buscabais? ¿Extraterrestres o santos y vírgenes que se revelaran? No en vano cristianismo y esoterismo conectan en Montserrat, ¿no?
ResponderEliminarYo nunca fui a tales búsquedas, pero sí a otras donde lo extracorpóreo me hizo saber de mi mismo.
Pues ignoro si habrá más comunicados. No se les controla con facilidad. Se presentan de improviso siempre.
Stalker. La idea sencilla de ¿cómo nos vería un extrat si apareciera de pronto? nos ha rondado a muchos. Exactamente, no es el caso. No creo que esos extrat supieran más d enosotros, simplemente nos describirían también en función de sí mismos.
ResponderEliminarLos del comunicado parecen ser otros individuos o seres o yoquesé; da la impresión que saben de los hombres, y no se trata d eningún aterrizaje de improviso. Hmmm. Qué raros, ¿no?
Yo sí que creo que en algún punto podemos ser el otro. No es un punto físico. Tal vez es una convergencia con muchas formas físicas mentales y de voluntad. Ni siquiera el amor da la imagen real de que uno es otro. Y sí puede serlo mientras el contacto, la sinceridad de uno mismo consigo mismo y la euforia funcionan. Pero es limitado. En geneeral, ser el otro nunca puede ser suplantar al otro, y menos destruir al otro.
Y por favor, no te reprimas. Si tienes intención de imaginar llévalo a efecto expresivo. El territorio de las letras, de las voces, de las palabras, de las respiraciones, de los suspiros, de los ayes, de las ideas...no es propiedad de nadie. Ni de los copyright.
Claridad (o búsqueda de la misma) siempre.
Lluvia. Sin temores. Los seres del comunicado no dan la impresión de ser superiores en el sentido humano. Obviamente dicen que lo son en propiedades que ellos tienen concedidas y que utilizan. No parece que alardeen de superioridad como nosotros (me rebelan y repugnan esos gestos diarios, esas ideas explotadas al máximo...poder, triunfo, éxito, modelos, cánones, pautas sagradas, que s elanza desde la enseñanza hasta la publicidad, desde la religión hasta la política estéril -pienso que hay otra política que no es así- etc.)
ResponderEliminarComparto tu frase...Las palabras necesitan ser avaladas por actos y en ocasiones incluso por silencios. Yo añadiría: y los actos avalados por palabras consecuentes y auténticas con ellos. Y los islencios...qué importantes para recomponernos -a veces es sobre la marcha, espontáneamente- y ser prudentes.
Te preguntas si hay seres más demediados que los humanos. Puede que no, pero la cuestión es que los humanos se den cuenta de ello. De todos modos a los humanos lo que les supera es su propia obra. Ahí está la clave. Pero del tema sabe mucho más Fausto.
Tú texto me recuerda a la actitud del protagonista de "El lobo esterpáreo" (H. Hesse), Harry Haller, que llevaba cientos de supuestos "yo" en el bolsillo y los sacaba dependiendo de la situación. Como en aquel teatro con entrada "no para cualquiera", o la cajita mágica en "Mulholland Drive". Este comunicadao me parece totalmente hiperbóreo.
ResponderEliminar¡Lucidez!
Vaya, Ataúlfa, no imaginaba que además fuera esto hiperbóreo. Pero debe ser todo pura coincidencia. Por cierto, los salvajes ¿no serán también hiperbóreos?
ResponderEliminarBuena nocturnidad.
Dependiendo de a quién corresponda el título de salvaje. Si son puramente occidentales o si el salvaje es visto desde el punto de vista noroccidental. Y dependiendo de la definición que quieras darle al término salvaje.
ResponderEliminarFeliz alevosía
Terriblemente siempre buscamos que nos salven y nunca pensamos que somos nuestros propios salvadores.
ResponderEliminarUn abrazo en la Luna menguante
Antigua esa necesidad y solicitud de lo exterior/ superior para que nos saquen de nuestras penurias. Pero no creo que sea al cien por cien. Miedo e impotencia van de la mano en la historia de la humanidad, Tula. Que es decir la del individuo. Mas también va pareja la capacidad y decisión, sólo que no todos los individuos y sociedades saben/ pueden sacarla a flote. Me temo.
ResponderEliminarUn abrazo, tras la Llena.