Esta foto no fue simplemente una primicia. Fue una aberración. No tiene nada de instantánea. Lo único que hay de improvisado y cruelmente reflejo es la muerte. Una muerte servida a la cámara, a las sociedades occidentales. Cuidado con las imágenes. Pueden matar. Y eso es peor que trucar una fotografía. Lo perverso no es manipularla en sí. Sino si esa manipulación hace daño a la vida física, al honor personal o a la convivencia. Las imágenes, sobre todo aquellas que se reclaman en los medios más célebres y más cotizados, es decir, los más influyentes, no son neutrales jamás. No lo son en origen. Y muchas de ellas, incluso, nunca nacen, nunca se dan a conocer. Se ofrecen las que interesa enseñar. Paradójicamente, esta fotografía reflejando un crimen doblemente atroz, se convirtió en un icono de la opinión pública norteamericana opuesta a la guerra del Vietnam. Estas observaciones nos conducen a pensar lo envuelta que se encuentra la realidad cotidiana en la mentira, la manipulación y la barbarie. De ahí que la credibilidad de los medios haya mermado, la confianza en las constituciones de los estados pierda fuelle y el ciudadano se sienta desorientado en medio de la marabunta de poderes ocultos, que no dan la cara nunca y que intervienen sobre el fondo y la forma de los recursos de los que vive la humanidad. Como acontece en estos momentos de la denominada intencionalmente crisis.
En el libro de François Maspero
Gerda Taro, la sombra de una fotógrafa leo este comentario:
"Susan Sontag, en
Ante el dolor de los demás, explora los detalles y las consecuencias de la banalización de la imagen. Los efectos de choque se anulan, la mirada del espectador, constantemente bombardeada, se satura. Y si todo se anula, entonces es que todo vale. Salvo que, para imponer un producto al mercado, hay que hacer que parezca que tiene más valor que los restantes. Ya no se trata de convencer al espectador, que ha pasado de sujeto pensante a consumidor, ni de la justicia de una causa, ni de incitar a
detestar o querer a alguien, ni de
tomar partido. Se trata de triunfar en una competencia feroz, la de la carrera hacia lo más espectacular. La ley de la jungla. Todo vale. Esto es lo que conduce a la fotografía de Eddie Adams realizada en 1968 en Saigón: un jefe de policía pone su pistola en la sien de un detenido sospechoso y lo abate en plena calle; la muerte en directo, un primer plano del rostro del condenado. Una ejecución que no habría tenido lugar, según afirma Susan Sontag, de no haber habido periodistas para captarla. Derivación definitiva: el fotorreportero ya no es un testigo del drama. Ya no es sólo el que observa. Ni siquiera es sólo un cómplice. Es el autor del mismo."
(Fotografía de Eddie Adams)
Excelente entrada. Remitiré a ella, si me permites, desde mi blog. Estoy hablando también de fotografía. Y es oportuno para la última parte (dedicada a Taro). Además Susan Sontag siempre merece un instante, o dos, o más. Un abrazo.
ResponderEliminarPor cierto, no sé si te he comentado nunca que la frase del Quijote que pones en el lateral de tu blog es una de mis preferidas, yo creo la que más, junto con alguna otra como la del vencimiento "Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
ResponderEliminarAsombroso. Podía imaginar que hubiera otro humano al que le gustaran ciertas frases del Quijote. Pero no conocía a ninguno que me hubiera hablado de ésta que extraigo. No sé si lo he comentado por alguna parte, pero la usé en las palabras que dije al pie de la tumba de mi padre, cuando éste murió muy longevo hace tres años.
ResponderEliminarCreo que es una frase donde se condensan las filosofías más antiguas de la humanidad, desde las orientales hasta las griegas. No me extraña que al escritor y erudito inglés del XVI Robert Burton le entusiasmara Cervantes. Recuerda la obra clave de Burton: "Anatomía de la melancolía".
Una abrazo, Ramón.
Ah, y haz con este texto loque desees.
ResponderEliminarSigo el tuyo sobre Capa & Taro, pero ya comentaré más adelante, si es que tengo que hacerlo.
Vale.
Ese tipo de fotos, me horroriza y mucho más cuando se presentan para ganar premios. Siempre pienso que la autora o el autor no está en perfectas condiciones mentales.
ResponderEliminarHace unos días, estuve en caixa-forum con fotos parecidas. Mujeres heridas y posando para el fotógrafo. Salí al minuto. Si llega a estar el autor, le hubiese preguntado sobre las razones de hacer ese tipo de fotos.
Es humillar a una persona ya humillada.
*En los tiempos que corren, del Quijote, me gusta la frase siguiente:
“Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.”
Las palabras que dijo en la tumba de su padre son hermosas.
ResponderEliminarSaludos y buen día
Es pura filosofía, o mejor, sapiencia, la del Quijote. Nada de especulación hueca. Con los pies en la tierra. Vaya, qué cosas se ven por estos pagos, EastRiver y Aquí prendados del Ingenioso Hidalgo. Bueno, está bien.
ResponderEliminarAh, y esas palabras son de Sancho Panza, un alter ego más de Cervantes, jaj. Asombroso el poder y la utilización de las palabras, hasta en los momentos más significativos de la vida.
ResponderEliminarPueden horrorizarme, la mentira, la manipulación, el mercadeo... pero no este tipo de imágenes en sí mismas, en tanto den reflejo de una realidad existente. Es terrible que esta imagen en concreto, pueda haber sido promotora del mismo crimen que reflejan. También el efecto adormidera que produce la saturación podría ser contraproducente. Pero quizá me horroriza mucho mas la impunidad, la complicidad y la banalización de los hechos, volver hacia otro lado la mirada, apagar el televisor para que no estropeen nuestra comida. Depende de cómo la imagen sea digerida, dolor de tripa o nuevas fuerzas.
ResponderEliminarPero algún efecto indeseado deben tener para los genocidas y los criminales que pulen su prestigio social y su alcurnia, cuando los fotógrafos son expulsados llegado el momento de la barbarie y se juegan la vida en una foto.
Creo que es un coste razonable, el efecto antiestético que la verdad pone en nuestras vidas.
Comparto tu valoración. Pero fíjate que los mass media logran trivializar hasta extremos que nos suscitan insensibilidad. Los acontecimientos se convierten en noticias, luego ya es algo subjetivo, a merced de los intereses y visión de las empresas periodísticas. Depende el valor que otorguen a esas noticias duran más o menos tiempo. Un acto de terrorismo islamista duraría más que uno de corte israelí como el reciente, que ya prácticamente ha desaparecido.
ResponderEliminar¿Cuánto tiempo se ha concedido en los telediarios a la sentencia sobre el caso Bhopal? Fue un suceso gravísimo, con 25.000 muertos y secuelas amplias en los ciudadanos de Bhopal. El crimen de Union Carbide ha quedado impune. ¿Cuántas voces oyes estos días denunciándolo?
Asco da ver las varas de medir según países ricos y países pobres. Donde hay ciertos mecanismos de control democrático y donde estos se hallan vendidos o no existen.
Y sin embargo hay gente honesta, y quiero creer en ella.
Un abrazo.