"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 27 de abril de 2010

Impacto

¿Significa algo que un gorrión haya chocado contra mi pecho? No cesa su picotazo. Él se ha quedado con mi tacto.


(Composición de Anke-Merzbach)

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10 comentarios:

  1. Portinari28 abril, 2010 22:33

    Introducirse el gorrión; forma parte ya.

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  2. Noite de luNa29 abril, 2010 00:11

    Es probable que el gorrión haya visto un gran y cálido corazón.

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  3. Fackel29 abril, 2010 00:13

    Acaso era yo el que volaba en ese instante preciso, Portinari. No lo descarto.

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  4. Fackel29 abril, 2010 00:16

    Aquí. Me temo que el pequeño pájaro no vio nada, sino que iba tras un objetivo ajeno. El tráfago de gente hizo el resto. Y yo por ponerme en medio. Sucedió así.

    Acontecimientos sencillos como éste dan en pensar y en extrapolar. Si invocan interrogaciones ya es algo.

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  5. francisco aranguren29 abril, 2010 01:00

    ¿Sinifica algo algo? En sí no. Un suceso es apenas algo que sucede. Para cada uno, seguramente en busca de respuestas, cualquier suceso puede confirmar una respuesta, algo que dentro quería emerger.
    Sacramento: algo físico es signo (signi-fica) de algo no físico (señal, pista, indicación o respuesta). Poesía es sacramento. Lo absurdo, en tal caso, es lo que más espacio deja a las respuestas (sin el condicionamiento de la mente).
    Gorrión: cada palabra es algo que se emancipa de lo que designa. En tu texto no es un animal sino "algo pequeño y humilde". Por eso la poesía no habla del gorrión sino de algo que golpea mi pecho. Algo que me hace, de alguna forma, más humilde y pequeño.

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  6. PÁJARO DE CHINA29 abril, 2010 10:56

    ¿Agitar los trabajos de tu corazón?

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  7. tula29 abril, 2010 21:55

    La muerte, una señal del espíritu, la de todos, la del ave...aquí y ahora.
    bueno, es mi interpretación, ya se que la muerte es tabú, aunque para mi es una presencia.
    Suave caída de Luna.

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  8. Fackel30 abril, 2010 22:39

    Francisco. He leído tu texto tantas veces que, incluso tentado por naturaleza díscola a rebatir matices, no debo, no puedo, no sé hacerlo. El acontecer casual es maravilloso. A partir de lo que ha sido aparentemente físico -que el pajarito chocara contra mi- uno llega a estremecerse ante lo que hay dentro de sí (de uno mismo) El poder de la metáfora obra como médium para la meditación. No sé si la expresión es poesía. Pero que ese ser humilde y leve me ponga en su sitio –en el del gorrión- me ha compensado cierto desasosiego con el que cohabito estos días.

    Tus palabras me alivian también. Gracias.

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  9. Fackel30 abril, 2010 22:43

    Pájaro, acaso pudiera ser. Una señal de que la agitación debe conducir de una vez al destino. Gracias por pasarte.

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  10. Fackel30 abril, 2010 22:46

    Tula. Jamás la muerte es ausencia, obviamente. Demasiado frecuente y cercana antes o después en la vida de cada uno. Pero no por eso hay que invocarla indebidamente. Pero para mi, nada que ver el suceso del gorrión con ella. Si hubiera sido un búho, aún te diría, jaj.

    Un abrazo, lunero.

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