Dejad que los niños se acerquen a mi.Resulta que la frasecita devino en obscenidad. Y van veinte siglos de mito.
Cada vez entiendo más por qué se han opuesto sistemáticamente a todo.
A la ciencia, al progreso, a la ley, a la libertad, a la democracia, al pensamiento libre, a la conducta responsable y elegida, a los derechos personales y colectivos, al reparto de la riqueza, a la socialización de los medios productivos, al disfrute del sexo y del amor, a la tolerancia, a la felicidad y, en fin, a la vida.
Pero afortunadamente se ha demostrado que se puede vivir sin ellos. Que no les necesitamos. Y no podemos permitir que intenten intervenir desde sus posiciones de poder e influencia en nuestras vidas.
esa señal me ha gustado..jajaja.
ResponderEliminarse podían hacer pegatas y a empapelar todo.
Parte de mi instrucción académica fue con los agustinos de Madrid y tuvimos un affaire pederástico con algún cura, no veas la que nos liaron..
tendré que hacer una entrada de salidos.
buena noche.
Cada escolar podría contar alguna anécdota, fuera o no con él. Yo tuve suerte, pero vi cosas. El sadoquismo disfrazado de castigos corporales estaba a la orden del día en los colegios eclesiásticos. Idivisa Manent o Ad maiorem dei gloriam...
ResponderEliminarTristes e indecorosos personajes ungidos por sus superestructuras.
Buenos días:
ResponderEliminarme he guardado la señal sio no te importa.
Nunca estuve en un colegio religioso, por lo tanto no puedo decir lo que pasaba.
Eso sí, estuve muchos años en un equipo de natación y pasaban las mismas cosas.El exceso de celo de algunos de los entrenadores con los niños/niñas del equipo, era visible para todos, padres incluidos.
Personalmente no me ocurrió nada.
Supongo que por fea y por bruta.
Mi vida entre cinco niños, me hacía diferente y no dejaba que ningún entrenador se me acercara ni a felicitarme por alguna marca excepcional.
A los entrenadores - no todos - les encantaba entrar en los vestuarios y ver como iban creciendo "sus" niñas de catorce y quince años.
Solo una vez dije a un padre que el entrenador tocaba mucho a su hija de tan solo once años y me puso de vuelta y media por envidiosa al ver lo bien que el sujeto trataba a su hijita y lo mal que me trataba a mí.
¿Qué hice? Pues no alejarme de la niña cada vez que se metía en los vestuarios y explicarle a ella bien clarito que hciera lo que hacía yo...mejor no lo digo.
Cualquier círculo cerrado tiene riesgos. A los niños se les pide silencio y secreto, no decir nada en casa.
Eso sin contar con la sorna y burlas de los compañeros, que en vez de acercarse y ayudarles, se alejan como si fueran apestados.
Perdón por la extensión del comentario y gracias
Gracias, Aquí, por tu testimonio. El que el tema del abuso y atropello haya estado extendido no exime de su persecución y denuncia.
ResponderEliminarPrecisamente eso es lo doloroso. Que antes ocurriera y que todo el mundo callara. Lo más escandaloso: que las entidades que han predicado siempre el bien moral y que su reino no es de este mundo hayan practicado el delito sexual sin paliativos. Pero, qué cosas tengo, ¿es que no han practicado también el crimen en nombre de Dios?
En resumen, que está bien que salten a la vista de la opinión pública internacional todas las miserias eclesiásticas. Pero que se proceda judicialmente contra cualquier humano de esa secta o de cualquier otra. En nombre del Estado de Derecho y del bien social.
Amigo F. Te veo molesto con la mater et magistra. Bueno, esta actitud tuya no es nueva. Y como la de la sacra institución tampoco, pues te veo rabiando toda la vida. No, ya sé que te afecta relativamente. Aunque es cierto que se empeñan en anclarse de la manera más vanidos y estúpida que quepa.
ResponderEliminarMientras tratan de proteger a sus corrompedores sexuales y anti derechos humanos (sin que les preocupen los corruptos de la Derecha española, tan de misa y comunión) se empeñan en hacer santos a sus mártires de la guerra. No tienen remedio. No perezcas en molestarte con la ciénaga turbia. Ya sé que lo que pretendes es desahogarte, y te comprendo.
Un abrazo de solidaridad.
Se agradece, amigo Juanjo. La vida pone las cosas en su sitio o al menos se las descoloca un poco a algunos. Lo expresas a la perfección.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenísimo.
ResponderEliminarCodo con codo estoy contigo, una vez más.
Stalker. De ésta nos excomulgan, jaj.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias.
Yo también fui feo, pero no ciego.
ResponderEliminarNadie fuimos ciegos en ninguno de los ambientes donde vimos la barbarie con rostro divino.
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