"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez
domingo, 5 de agosto de 2007
Van llegando
Van llegando y los ojos se te abren. Y el olfato se te agudiza. Y los músculos se desperezan. Y extiendes las manos para dejarte tocar por ellos. Y todo tú eres expectante. No miras solamente los territorios físicos sobre los que te yergues. Desde tus pies hasta la línea ya perdida entre los últimos caseríos. Divisas también los recuerdos. Tras ellos resurgen lejanos colores. Luego imaginas cómo sería la concreción de lo deseado, de lo que aún no obtienes, de lo que apenas se insinúa en tu pausada senda. Y al esforzarte en ello los colores se te muestran más turbios y su imprecisión te desasosiega. Quieres estar donde estás. Te abstraes de la hoja del calendario, de los quehaceres, de los compromisos. Permaneces oferente a esas luces que se multiplican espectralmente. Que se deshacen cuando roza tu cuerpo. Hasta qué punto entran en tu percepción te sorprende. Hasta qué interioridad habitan contigo te asusta. Te mojan, te cubren de salinidad, te resecan, te aromatizan con la desinencia del tomillo, aletargan tus palabras. Lentamente se va imponiendo su plenitud un día más. Cierras los párpados para que no tengas que optar por ninguno de ellos. Y cuando te sientes tomado, cuando percibes cómo se infiltran por tus venas, cuando te duele el bisturí de su fuego, entonces los abres poco a poco. Abres también tu boca despacio. Expandes tu torso al máximo. No te importa salir de ti, dejarte arrebatar, convertirte en uno de ellos.
Cuánto tiempo, Olvido. Me alegro que vuelvas a los colores. ¿O no? Por otra parte, Rothko impresiona. ¿Por qué será que se tarda tanto en captar la armonía entre los significados y los significantes? El arte ayuda en ese sentido. Buenas noches.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
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TÚ, LA EVANESCENTE
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CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Delicioso Rothko. Me ha gustado eso de convertirse uno mismo en recuerdo.
ResponderEliminarBuenas noches Fackel
Cuánto tiempo, Olvido. Me alegro que vuelvas a los colores. ¿O no? Por otra parte, Rothko impresiona. ¿Por qué será que se tarda tanto en captar la armonía entre los significados y los significantes? El arte ayuda en ese sentido. Buenas noches.
ResponderEliminarQué maravilla. Van llegando ciertas armonías que te envuelven en su enigmático misterio.
ResponderEliminarMe gusta esta forma de escribir.
Un abrazo
Sensaciones, Ana, sensaciones a las que hay que abrirse o ¿o dejar que salgan de nosotros?
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