Un testigo que no reveló su nombre lo tachó de alevoso. Llegaron por detrás, contó, y la derribaron amparados en su impunidad triunfante. Fueron varios. Tantos que se tomaban el relevo. Todos querían tumbarla. Oyó imprecaciones contra la abatida. Presume ahora de tu rostro sereno, decía uno. A ver cómo te levantas de esta, se desgañitó otro. Púdrete en la tierra como si no hubieras nacido nunca de la talla, osó alguien que parecía entender de la labor artesana. Llora ahora, guapura, imprecó un desdentado al observar la herida vertical en la mejilla de la estatua. Y así se emitió un sinfín de monosílabos despreciativos, vomitados por un griterío infame con agrio olor a ebriedad. Uno de los acosadores observó que el mentón apenas se había dañado. Que los labios seguían carnosamente enteros. Que los cabellos no tenían vestigio de haberse partido. Estuvo por señalárselo al resto de la banda. Incluso se le iluminó por un instante la frase: volvamos a levantarla para acabar con ella. Pero la dejó nonata, ahogó el pensamiento. Permaneció con la mirada fija en la parte inferior del rostro, recorrió visualmente todo el contorno de la cabeza, sintió el impulso de pasar los dedos por los labios impertérritos y deseables de la imagen. Alguien lanzó entonces un nuevo aviso. Allí hay otra, dijo. Vamos a por ella.
Caída de bruces la estatua permanecía orgullosa de haber sido lo que fue. En su recóndita inteligencia agradeció que una llamarada voluptuosa hubiera prendido en uno de los agresores. Mientras el grupo marchaba con alaridos envalentonados hacia otra parte de aquel espacio otrora sagrado aquel disidente sintió que acababa de derribarse a sí mismo. Yo te cuidaré, chapurró extrañamente dolido por una no menos ininteligible emoción.
*Fotografía de Mimmo Jodice.
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Solo unos fanáticos insensatos pueden derribar una estatua.
ResponderEliminarSaludos.
Pues ha habido muchos. Pero acaso no todos han sido fanáticos contra estatuas de dioses. Y se trataba solo de la reacción contra próceres autócratas que se erigían sus propios monumentos.
EliminarTodos los iconoclastas quieren borrar las ideas que hay detrás del arte. Sin embargo, han dejado hermosas ruinas que han persistido más allá que ellos.
ResponderEliminarLas ruinas, en efecto, siguen hablando por aquellas ideas, siquiera levemente.
EliminarCreo que el quid de la cuestión está aquí: " Llegaron por detrás, contó, y la derribaron amparados en su impunidad triunfante"
ResponderEliminarSe ha cambiado el soporte, pero no la forma y manera. Hoy no se llega por detrás, hoy se ataca impune y cobardemente escribiendo en "anónimo", y se amparan no en la oscuridad de la noche, sino detrás de las pantallas.
Muchas redes, y lo son, para enredar, malescribir, insultar, difamar, e inventar hechos, casos y cosas, y de esta manera "asesinar", acabar, con aquello que representa una estatua, proporción, belleza, técnica, estudio, gracia...
Salut
Y los anonimatos que tú dices se sienten respaldados ética y prácticamente. Ven esas mismas actitudes en los reaccionarios que van contra todo con tal de llegar a estar solo ellos. No hace falta que te traduzca siglas. Lo estamos viendo tras su conquista del poder político en USA y su reflejo entre la oposición malsana de nuestro país.
EliminarHa quedado que tiene toda pinta de uno de estos que salen tanto en Star trek. Los klingon , creo que eran. Bien podría servir de imagen de un dios extraterrestre.
ResponderEliminarAbrazooo
Ay, Gabi, me pones ejemplos que mis canas no conocen. Pero buscaré en la red. Nada de lo humanoide, incluidas sus múltiples ficciones, me es ajeno.
EliminarUna estatua puede enamorar después de derribadas. Y por los siglos de los siglos.
ResponderEliminarSaludos. Ander
Buena mirada la tuya. Así es. Cuando vi por primera vez en directo la Victoria de Samotracia y posteriormente la chica de Milo caí del caballo para convertirme al paganismo, mira. A la contra que el otro.
EliminarFáckel:
ResponderEliminar¡no quiero ni imaginarme la cantidad de obras de arte que han sido destruidas desde que el primer artista creó la primera pieza!
Salu2.
Pues me pasa lo mismo, y también ese pensamiento me surge cuando leo sobre batallas y padecimientos en masa del pasado, ¿cuántos de aquellos que embarcaron en guerras no habrán caído por los caminos, los ríos, los mares o las simas para ser materia anónima y no solo orgánica?
EliminarPobres estatuas que han de sufrir las consecuencias del vandalismo urbano y columbino.
ResponderEliminar¿Columbino de Columbia, USA? Pobres sean más logradas o más toscas.
EliminarTodos los fanáticos son unos pobres de espíritu.
ResponderEliminarPero te aseguro que de ellos no será ningún reino de los cielos.
EliminarCosa de talibanes. Súbitamente he recordado la miserable destrucción del buda gigante de Bamiyán.
ResponderEliminarY yo las ruinas de Palmira y Mosul por los del ISIS ( y los robos de los museos iraquíes cuando invadieron el país los estadounidenses buscando armas de destrucción masiva, ja)
EliminarMe apena el trato que algunos dispensan a la estatua. Un abrazo para ellas como desagravio....
ResponderEliminarCuidado, que ellas se dejan abrazar; sus abrazos son largos desde la Antigüedad.
EliminarLei una vez que quemar estatuas para hacer cal era un negocio en la antigua Roma, y creo que era San Agustín quien se dolía de ello al ver desaparecer un legado que una pagano en gran medida era la destrucción de lo hermoso y el olvido de un pasado. Gracias por este texto. (Sí, has dado de lleno en el sentido de alevoso)
ResponderEliminarMuchos elementos de construcciones antiguas -capiteles, sillares, columnas, estatuas, etc.- han sido reutilizados a lo bruto en construcciones nuevas de civilizaciones y culturas que se sobrepusieron a las anteriores. Creo que en la mezquita cordobesa hay capiteles y columnas de templos romanos y conozco edificios que tienen empotrado un verraco vetón, por ejemplo. Ha sido una práctica continua la de reutilizar materiales. Siempre hay excepciones, claro. Ignoraba ese pensamiento del de Hipona, pero precisamente los suyos fueron bastante destructores de la iconografía de las culturas anteriores a las que calificaban de paganas. Cordialmente, Joaquín.
EliminarEntiendo el título de asesinatos en serie, como el de una obra, como el simbólico asesinato de sus autores.
ResponderEliminarHay que tener una crueldad para cometer esos actos destructivos.
Pero alguien de los atacantes encontro deseables a esos labios de mármol. Y eso salvó a la estatua.
Saludos.
Ya sabes que los títulos pueden ser muy aleatorios, en este caso es que uno percibe la destrucción del arte como una sucesión de crímenes. De crímenes sobre las ideas, no solo sobre una masa de piedra y sus símbolos.
EliminarEn los individuos se encuentran oscuraciones inclinaciones, tanto para obrar mal como bien; son oscuras en el sentido de que no afloran...hasta que lo hacen en las circunstancias más contradictorias.