- En efecto, porque si no puedes ir de poco sirve que sueñes.
- Siempre se sueña solo.
- Siempre se vive solo.
- Algunos no entienden que estar rodeado de otros mortales no sustituye la soledad.
- Los otros suelen transmitir también su propia soledad.
- Acaso debido a eso creemos acogernos los unos a los otros.
- Sin duda que confluir entre mortales lo sentimos como necesidad.
- Lo interesante, y cuanto más se abrevia la vida se hace más necesario, es darnos cuenta de que hay dentro de nosotros alguien más que nos acompaña.
- ¿El otro yo? ¿El ego? ¿Alguien escondido que no hemos descubierto?
- El niño. El que fuimos y con quien nos tenemos que seguir entendiendo.
- El niño es el pasado y los recuerdos.
- El niño ha estado ahí en cada edad, no solo como motivador de recuerdos.
- Luego tiene sentido seguir yendo, aun sabiendo qué es lo más esencial del destino que nos está deparado.
- Aunque parte del destino no dependa de nosotros.
- Es que el destino, salvo en ese detalle final ineludible, es siempre incierto e indeciso para los mortales.
- Por mucho que te esfuerces no lo controlas mayormente.
- Y con frecuencia resulta todo lo contrario.
- Lo cual no quiere decir que el mortal desista de intentar tener uno lo más preciso posible a su alcance.
- Pero muchas veces, ¿o siempre?, a costa de otros mortales.
- Y también con otros mortales.
- ¿Cómo lo intentas tú?
- Actuando como si se tratara de aquellos juegos.
- ¿Propones que hay que salvar al niño que llevamos con nosotros?
- Creo que hay que dejarnos salvar por ese niño personal e intransferible que ha crecido con nosotros.
*Ocurrencia motivada por Okanu, alter ego de Ricard, al que dedico, más como un conjuro que no como un lamento, el recuerdo de aquellos versos de Publio Elio Adriano:
Más solo que estar solo decía Neruda en un poema. Y es que, como dice el paseante, uno puede estar rodeado de gente y sentirse solo
ResponderEliminarEn catalán tenemos una palabra que define creo este tipo de soledad; Solitud
También solitude en inglés y en francés. La misma raíz todas ellas?
EliminarPero si uno habita con el niño interior no está tan solo.
Hay que preservar como un tesoro, ese niño que llevamos dentro.
ResponderEliminarEs más importante de lo que nos pensamos.
EliminarAixò mai: "donde habrás de renunciar a los juegos de antaño". Per això la millor poesia es fa jugant. Ana María Matute deia que "la infància és vital, perquè l'home és el que queda del nen".
ResponderEliminarPero ya sabes a qué se refería el emperador Adriano en ese escrito, ¿no?
EliminarEl hombre como residuo del niño: rompedora la Matute.
Es referia a la mort?
EliminarEso parece.
EliminarFáckel:
ResponderEliminara veces el niño se resiste como gato panza arriba.
Salu2.
Es la naturaleza del niño: resistirse. Una actitud que muchos mayores han perdido. ¿Será porque han perdido al niño?
Eliminar¿Ves? Hasta Publio E. Adriano, charla con su amigo. A veces pienso que no sé qué sería sin mi amigo (que ya sabes que incluso le he dado nombre).
ResponderEliminarHablando de otra cosa, no te pierdas la réplica que te he dejado a tu comentario sobre los pueblos antiguos y las auroras.
No te pases con el turrón y el cava. (sea catalán o chino)
¿Leíste alguna vez "Las memorias de Adriano", de Yourcenar? Es una delicia.
EliminarVeré la réplica. El turrón me mata más que el cava, y hasta la fecha el cava que siempre he bebido ha sido catalán, por inercia, supongo.
Doy fe de que es una delicia😊
EliminarNi Adriano la habría escrito mejor.
EliminarFeliz aquel que pueda seguir dialogando con su niño.
ResponderEliminarQue pueda y sepa.
EliminarYo diría que es bastante urgente que estos dos recuperen a los niños, que me da wue los tienen más perdidos de lo que se creen.
ResponderEliminarEmpiezan con " adonde vas" ( pensé que eran gallegos) , pero enseguida se derivan, por este orden a: el destino, la soledad y la muerte.
Felices fiestas
No te empaches con las hostias ( las de misa)😝
Muy acertado en tu juicio sobre los del diálogo.
EliminarNo te preocupes por ese empacho, que ya lo tuve cuando me atiborraron en lejanos y obligados tiempos.
Aunque lo ponen cada vez más dificil, sigamos teniendo por ahí escondido algo del joven niño que fuimos.
ResponderEliminarSaludos.
Pero con los años solemos reclamar al niño. No solo es la vida exterior y sus compromisos sino también tu propia salud quebrante la que pone difícil recurrir a un diálogo con él.
EliminarLos diálogos con el niño interior necesarios y frecuentes son la soledad bien acompañada, sirven además para huir del ruido mundanal, que diría Fray Luis.
ResponderEliminarAnder
Y que resulta cada vez más infernal.
EliminarEse niño tenía todas las respuestas, pero nos habla en un idioma que hemos dejado de entender.. una lástima.
ResponderEliminarMe gusta eso. Sustituimos o extraviamos su idioma y así nos va.
Eliminar