Ese soy yo, nos dice Tarumi Tanaka, que no es un personaje de ficción. La ficción quedó en la fotografía escolar de Tokio, un tiempo antes de que aquella fatídica mañana de agosto se nublara en Nagasaki. Tarumi Tanaka, que llora aunque no quisiera llorar, dice: no quiero recordar por recordar ya más aquello, sino advertir. Los hibakusha, los que sobrevivimos de las dos ciudades enviadas a los infiernos, llevamos años advirtiendo. Es meritoria vuestra labor de trasladar conciencia, le replico, pero, ¿hasta qué punto es también la conciencia del mundo entero? Vamos quedando menos de aquella catástrofe, ¿sabes?, los que entonces éramos niños. Aunque el cáncer y el deterioro general de nuestras edades aún nos respetan. Si no seguimos advirtiendo y nosotros desaparecemos, ¿quién portará la llama de rebelarse contra la barbarie?
Mientras yo sigo imaginando esta conversación con Tarumi Tanaka, el panorama mundial es desolador. La tentación de utilizar abiertamente las armas nucleares y otras tan exterminadoras está al alcance de varias potencias que las poseen. Y hay, entre tantas guerras, algunas que parecen estar tentando a la suerte, que no es la suerte, sería el desatino de quienes las aplicaran de nuevo. Que le haya sido otorgado el Nobel de la Paz a la organización denominada Nihon Hidankyo, que agrupa a los hibakusha de las 47 prefecturas de Japón, sirve no solo para un reconocimiento sino para mantener vivo el debate sobre la promoción y uso del armamento nuclear. En ese sentido considero un Nobel merecido y constructivo y, por lo tanto, bien otorgado. Aunque los premios, los gestos de buena voluntad o los discursos bienintencionados no detengan las guerras.
No todos los Nobel han sido siempre ni justos ni oportunos, principalmente los Nobel de la Paz, tantas veces motivados por el oportunismo político en lugar de la verdad justa. Aún me viene a la memoria aquella concesión del premio en 1973 a Henry Kissinger junto con su enemigo vietnamita Le Duc Tho, como si los invasores y depredadores estuvieran en el mismo plano moral que los atacados, invadidos y defensores. Por cierto mientras el vietnamita rechazó el Nobel -"mi país no está aún en paz", dijo- Kissinger tuvo la arrogante y cínica actitud de quedarse con él. Saque cada cual sus propias conclusiones.
* Fotografía tomada de El País.
* Icono de la organización Nihon Hidankyo.
Un premio Nobel de la Paz muy bien otorgado y merecido, lo que no es muy frecuente.
ResponderEliminarSaludos.
No lo suele ser en ese ámbito de la paz, no. Si sirve para algo...
EliminarEstaban esperando el momento oportuno, o sea ahora, que parecen a punto de reutilizarse. Si no , se lo han pensado durante 80 años.
ResponderEliminarPues el de la foto debe andar cerca de los 100.
Abezzooo
Muy sagaces los del jurado del Nobel, ¿no?
EliminarLos Nobel parecen destinados a vivir en la controversia. Una de las más relevantes es el injusto ocultamiento de las mujeres científicas.
ResponderEliminarCelebremos este para Nihon Hidankyo, aunque como muy bien dices no logrará frenar o disminuir las amenazas que laten en los tiempos actuales. Abrazo!
Los dados están echados, Ricard. Y como todos hacen trampas no cabe esperar otra cosa.
EliminarUn Nobel de la Paz, que al menos sirve de advertencia y recuerda, lo que conlleva usar material altamente destructivo, que parece a ciertos jerarcas, les importa poco.
ResponderEliminarClaro que a continuación uno se pregunta: ¿y de qué sirve la advertencia si no hay intención de cambiar el rumbo de las cosas?
EliminarMuy merecido, Fáckel.
ResponderEliminarA ver si les llega el mensaje a los Pútines que pululan por los países nuclearizados.
Salu2.
O sea además de a los Putin a los Biden, a los Macron, a los Starmer, a los Modi, a los Zardari, a los Xi, a los Kim, al impresentable y otros epítetos de Israel de cuyo nombre no quiero acordarme y a Jamenei que lleva camino para no ser menos.
EliminarA todos.
EliminarSalu2.
Y a los que llegarán y a los que pugnan por tocar el poder para enriquecerse porque la finca es suya, o eso se creen.
EliminarEspecialmente los de la paz, algunos son para pegarse un tiro, pero nosotros, en España, tenemos algún Premio Nobel de literatura que más vale olvidar.
ResponderEliminarNo hace falta que lo nombres, pero le perdono por algunas obras bien estructuradas, si bien es imperdonable su labor de censor y otras chulerías. Era producto de una época de cementerios.
EliminarPor cierto ha habido científicos de altura propuestos para Nobel que la España eterna cuando no cainita ponía palos en las ruedas o no apoyaba. Pienso, por ejemplo, en un científico que se cita en otro blog.
https://elpaseantevallisoletano.blogspot.com/2024/10/pio-del-rio-hortega-rostro-y-mirada-en.html
Qué bien haces en recordarlo! Al menos por aquí se han difundido más detalles de otros premiados, poco y nada de esta agrupación a la que tan merecido suena el reconocimiento. Un abrazo
ResponderEliminarEl tema es de primer plano. El riesgo es cada vez mayor. La criminalidad implícita de los Estados es innegable. La ceguera de las sociedades no movilizándose ya no tiene nombre.
EliminarEl mismo nobel se lo han dado a Obama mientras continuaba con la invasión de medio oriente, por lo que la academia sueca parece esforzarse por desprestigiarse a sí misma...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cierto, no me acordaba y en este caso en solitario. Anda que no hay política en esto de los premios Nobel, probablemente en todos sus apartados, solo que de otras materias sabemos menos.
Eliminar¿un nobel justo?, sí, claro, es imposible posicionarse en contra, pero llega tarde, llega tan tarde que casi me parece hasta injusto. Hablar de justicia en este mundo es cada día más complicado.
ResponderEliminar¿A nadie (de ese comité) se le había ocurrido antes? Sí, lo de la justicia es muy complicado, cada vez más.
EliminarLa entrevista a Maíllo en la vanguardia.
ResponderEliminarhttps://helenasubirats.blogspot.com/2024/10/antobnio-maillo-y-la-izquierda.html
Muchas gracias.
EliminarEste Nobel siempre ha provocado controversias porque suele agarrarse más que otros a la oportunidad del momento, a pequeños gestos y a intenciones. No es este el caso, estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarDigo yo si ante el panorama general prefirieron los del Nobel lanzar una indirecta y reconocer a los supervivientes aquellos y su organización, que probablemente estén predicando en el desierto, para no tener que posicionarse a favor de alguien en concreto. Desde luego, prefiero no pensar que se lo hubieran dado a la ONU o a Israel.
EliminarIgualar victima i botxí és l'infern, deia Kundera.
ResponderEliminarEn efecto, y él tenía referencias al respecto. Lo terrible es cuando algunas víctimas se convierten en verdugos.
EliminarRecordé a Obama, pero ya te lo han comentado, llega tarde o es justo el tiempo necesario para pensarlo bien..
ResponderEliminarSoy tan poco optimista que no sabría ni qué pensar ni qué decir sobre si aún el tiempo es justo para los presentes. El mejor premio que podría llevarse aquella gente que padeció en agosto de 1945 es que hubiera un clamor mundial de las sociedades para evitar otro episodio análogo, que sería superior, me temo. Pero...
EliminarMucho me temo que quienes tienen el poder de frenar la barbarie no atienden a súplicas, advertencias, ni consejos. Ojalá no acaben perdiendo del todo el sentido común, si es que algo les queda
ResponderEliminarBesos
Las reglas del sentido común no existen en la pugna entre potencias. Existe el interés, la estrategia, la aventura si ven hueco, el fanatismo, etc.Lo de siempre pero ahora con una capacidad destructiva soberana.
EliminarA Paz...interrompida pela ganância...pelo fanatismo...pela destruição...
ResponderEliminarSerá que se lembram do que aconteceu?
Não sei....
Beijos e abraços
Marta
Personalmente pienso que no tiene solución. La guerra es intrínseca a las sociedades y todos somos cómplices, unos por acción, otros por omisión.
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