¿Has visto lo que está escrito en esa pared tabernaria? Que quien ame prospere, que muera quien no sepa amar. Y que muera dos veces quien prohíba el amor*. ¿No te parece divertida esta imprecación, Lucrecio? Parece la invocación de un sátiro, pero seguramente es cosa de los que frecuentan el lupanar de Priscila, opina Holconio, su amigo de aventuras y desventuras. Y añade: ¿Te parece que es ahí donde se puede encontrar lo que vitorean? Lucrecio se lo piensa. Depende. Hay quien concibe el amor como desahogo y quien lo persigue como compromiso, que es tanto como padecimiento. Sin duda el primero es más llevadero, intenso en sí mismo pero libre de ataduras. Holconio: No cambiarás en tu sarcasmo razonado, pero a mí me hace pensar el escrito. ¿Hasta qué punto hay que desear el mal al ignorante? Entiendo que a aquellos que van por la vida prohibiendo a los demás ser mínimamente felices no les aceptemos. Se merecen lo peor. Pero quien no sepa amar, ¿acaso no tiene alguna clase de salvación? Tal vez no sabe porque no ha tenido suerte. O porque no ha permitido ser amado, salta Lucrecio. El que pone vetos a las oportunidades o no acepta la aproximación de otra persona alimenta su propia ignorancia. Y pienso: ¿No será que esos individuos se quieren de manera tan ciega a sí mismos, o eso creen, que no son capaces de abrirse a los demás? ¿Qué pueden perder? De ahí a ser un enfermizo solo hay un paso y más adelante se perturban y puede que incluso afecte a otros su comportamiento. Holconio no está por entrar en una discusión envolvente y cambiar el rumbo de un paseo que venía siendo recreativo. ¿Es posible que una simple gamberrada de palabras en una pared nos lleve a tantas conjeturas? Lo evidente es que quien la ha plasmado ahí estaba cargado de euforia, el muy ingenuo. O bien hace propaganda de Priscila y sus vestales, dice con ironía su compañero. ¿Probamos a ver si sabemos o a ver si prohibimos? Y el otro: podemos probar a prosperar. Ambos se confunden en una carcajada desenfadada.
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Hace 1 hora
Que sabia respuesta.
ResponderEliminarUn saludo.
Son dos amigos que se entienden, sin duda. Saludo nocturno.
EliminarMuy curioso lo de llamarle vestales. salvo que esa haya sido su verdadera misión.
ResponderEliminarTiene sentido odiar al que quiere prohibir el amor o el deseo. Quien no sepa puede merecer una oportunidad. Y prosperidad al que sepa amar, en alguna de sus acepciones.
Priscila parece ser un personaje interesante.
Saludos-
Vestales: una ironía, una jocosidad de los paseantes. Matizas muy bien la interpretación de la pintada en el muro. De Priscila de momento no sé nada. ¿O habría que preguntar a Lucrecio y Honcorio?
EliminarA quien no sabe amar se le ha de enseñar, no condenarle a morir.
ResponderEliminarsalut
Algunos nos quieren aprender, y en ese tema no hay maestro que valga,
EliminarPor cierto, ¿te gustó el reloj de sol de la entrada anterior? Como eres tan amigo de tales artilugios...
Aunque los grafitis son descabellados e injustos para aquellos que nunca amaron, que bastante desgracia tienen ya, son entendibles en un clima de euforia juvenil donde las hormonas te hacen mirar solo en la dirección que te interesa.
ResponderEliminarUn saludo, Fackel.
Realmente sería interesante saber si fue una simple pintada eufórica de unos jóvenes en pleno estallido de sus instintos o un grafiti con mala leche de alguien que odiaba a otros. U otras razones. Pero la frescura de pintadas de esta clase en el año 79 en aquel Imperio no deja de sorprendernos. Creíamos que las cosas se habían inventado recientemente, y mira por dónde probablemente todo fue inventado por los romanos, mira su desarrollo en arquitectura, urbanismo e ingeniería, por ejemplo, por no hablar de estrategias militares que suenan más duras.
EliminarOtros grafitis de paredes pompeyanas:
"Suceso, el tejedor, está enamorado de una camarera llamada Iris y a ella le importa un bledo". ¿No es sorprendente, actual, y tan malévolo como muchas expresiones actuales?
O este en el cuarto de una posada:
"Me he meado en la cama, lo he puesto todo perdido, no miento, pero querido mesonero no me dieron orinal". ¿Te lo puedes creer? Pues tal cual.
Un diálogo totalmente válido hoy en día.
ResponderEliminarLo que decía antes, que poco hemos inventado después de los romanos, si tenemos en cuenta el aprovechamiento máximo de sus conocimientos, disponibilidad de materiales, sistema de relaciones abiertas, etc. Casi me creo yo el diálogo inventado como si fuera romano de verdad. Me divierte identificarme con los paseantes. ¿Por qué no?
EliminarHá quem ame verdadeiramente, há quem não saiba amar e há quem brinque com o amor.
ResponderEliminarNunca se deve banir o amor...
Interessante o texto.
Beijos e abraços
Marta
Así es, Marta. Pero todo ello también puede darse en uno solo o en una relación entre dos. Los ritmos no son iguales, dos individuos no mantienen el mismo conocimiento y actitud sensoriales, aunque pueden identificarse y sorprenderse en el primer encuentro. Somos personas con limitaciones, no máquinas. Y el desarrollo de sensaciones, sentimientos, afectos y prácticas exigen aprendizaje. Sobre sus tiempos ya es asunto aleatorio y particular. Salud siempre.
EliminarQué bueno el grafiti... estoy convencida de que quién ama, prospera.
ResponderEliminarY qué estupenda charla se marcan los dos amigos.
Fantásticas recreaciones pompeyanas haces, Antorcha, qué simpáticos Holconio y Lucrecio
Pues si lees lo que respondo a Cayetano verás que había muchos grafitis, algunos de los cuales los arqueólogos los han hallado al excavar. Verás qué curiosos.
EliminarSí! Curiosos y divertidos!!
EliminarY tan actuales, ¿no?, por lo que se ve.
EliminarQuien no sabe amar o no ha tenido oportunidad de amar es dugno de compasión. Tendrías que compaginar estad magníficas historias en un libro. Un abrazo
ResponderEliminarBueno, creo que hay gente que es tardía en manifestar o aquilatar sus sentimientos, y no obstante la edad nunca es tarde para hacerlo y no necesariamente mal. Gracias por tus buenos deseos.
EliminarMe temo que al igual que cada entendimiento difiere de los demás en lo referente a cualquier término, igual ocurrirá con los sentimientos. Por tanto nada más digno de respeto que la diversidad. Así, cada cual conózcase a sí mismo y acérquese o aléjese de lo que le resulte más o menos afín a su naturaleza.
ResponderEliminarNo considero tradiciones ni nada políticamente correcto en el anterior párrafo pues heriría sentimientos inútilmente. y la utilidad aunque concepto demasiado prostituido aún debería resultar sagrada para la vida. Aunque este pensamiento de ligar utilidad y amor esté muy denostado socialmente, a ciertos niveles inconscientes es un verdadero motor para la duración de la vida.
La diversidad es algo biológico, ¿por qué no aceptarla también como elemento cultural a respetar y con la cual convivir? Cada uno debe conocerse a sí mismo, sin duda, pero asumiendo los compromisos con el resto de los mortales. Por supuesto que amor y utilidad van muy unidos, aunque da la impresión que la segunda suele desplazar al primero y entonces...
EliminarLos garffitis de Pompeya siguen dando juego dos mil años después.
ResponderEliminarEn el fondo no somos nada diferentes.
Si no recuerdo mal, en la fachada de uno de los prostíbulos de Pompeya, hay un mural con la descripción de los "trabajos" de las pupilas, y de la tarifa establecida para cada uno de ellos. Todo un catálogo.
Saludos.
No, no somos nada diferentes, tienes razón, simplemente hemos continuado la misma línea. Sobre la anécdota informativa que cuentas no lo sé, pero tampoco me extraña. Saludos.
EliminarMe gustaría más que el grafiti dijera: quien no sepa amar que aprenda si quiere o se espabile y quien ame pues que le vaya bien el asunto.
ResponderEliminarSalud
Quién sabe. Acaso hay otra pintada de esa guisa pero aún sin descubrir. Se ve que había pompeyanos más viscerales o acaso más sarcásticos. Aquella cultura nos nutrió. ¿Qué diferencias hay?
EliminarEl amor es un sentimiento y cada cual lo siente y lo vive a su manera. Un tema en el que no se puede generalizar, supongo...
ResponderEliminarComo siempre, excelente narración. Muy creíble la conversación entre los dos amicus. Y muy ingeniosos
los grafitis encontrados, tan "normales" después de tantos años, no?. Evidente que pensamos y actuamos "casi" igual.
Buen fin de semana, Fackel.
En efecto, ese tipo de temas de la naturaleza humana tan abiertos no son generalizables, aunque toque de una manera u otra a cada bicho viviente.
EliminarY parece que sí, que no hay tanta distancia entre las bromas, ironías y sarcasmo de aquellos que hicieran las pintadas y la actualidad. De algún modo somos hijos culturales -no solo de ellos- de aquel Imperio.
A estar bien y cuidarse, MS.
Nada es nuevo en este mundo. El grafiti es el canto de la juventud, la plenitud sexual y la alegría maravillosa cuando el declive físico queda lejos y la enfermedad les pasa a otros.
ResponderEliminarPues así es. La vida y sus ciclos como paradoja. Y sin embargo hay que ir experimentándolos todos. Y gracias si lo logramos.
EliminarEn todo caso, amemos.
ResponderEliminarIn quolibet casu amemus.
EliminarHagamos por querer y por saber.
Está claro que una misma sentencia, promueve diferentes opiniones.
ResponderEliminarY cada cual tiene su importancia.
Saludos
Por supuesto, la interpretación en estos casos es muy libre y subjetiva, Rosa. Es lo que me agrada de la vida.
EliminarSólo entiendo y admito los grafitis en un Estado dictatorial
ResponderEliminarAquellos grafitis sí que tenían sentido, qué sencillos pero a la vez qué expresivos. Cómo llamaban la atención y qué emoción era invocar las ansias de justicia y de libertad en las paredes de nuestra juventud. Por cierto, corrían como locos los mandados del régimen a borrarlos.
EliminarM'agrada molt aquest grafiti, saber estimar és saber escriure, per a mi. I punt! I és un desfogament, més que un compromís.
ResponderEliminarBueno, supongo que esa equivalencia que estableces es justa y te da sentido. Pero hay tantas reacciones...Aquellos romanos, ay, no estaban tan alejados de nosotros (tendría que haberlo dicho a la inversa)
EliminarDejemos que amen quienes quieran, al que no sepa amar deseémosle la suerte de poder aprender y, por supuesto, persecución sin remedio a quien se atrevba a prohibirlo.
ResponderEliminarLa utilidad no debe perpetuar el amor si no es deseada. Por tanto, cada cual a su aire. Ese debería ser el quid de la cuestión.
Muy buen relato, Fackel. Salud.
Anna Babra
Pero ya ves, ¿qué tendría en su sesera el buen pompeyano que visceralmente -o pensando con alevosía- decidió hacer aquella pintada?
EliminarEl quid de la cuestión de hecho es como cada uno quiere. Pero amar y convivir son procesos. Y todo proceso tiene sus fases, sus ciclos, sus avances y retrocesos, etc., ya me entiendes. Lo importante es que reine la cordura y no haya lugar a la violencia larvada o declarada que las situaciones conflictivas suelen desencadenar. Pero eso sería entrar en territorio abrupto. Obviamente la libertad de nuestros días en un mundo laico -y que nuestras conciencias nos la protejan por mucho tiempo- nos permite afrontar la vida afectiva de manera muy abierta y sin condicionantes. Siempre que haya claridad para adoptar decisiones.
¿No es una contradicción que el que celebra el amor desee la muerte a alguien, Fáckel?
ResponderEliminarYo creo que hay que compadecer al que no sabe amar y, por supuesto, neutralizar al que se empeña en prohibir el amor.
Salu2.
Ya sabes, Dyhego, que la naturaleza humana incluya un número elevado de contradicciones, que eros y tánatos van de la mano para uno mismo y con proyección hacia otros. El autor de la pintada era más nítido que tú y veía la neutralización de modo más taxativo, ¿no te parece? Yo creo que eran maneras de hablar.
EliminarLa peor ignorancia es probablemente la que ignoramos, esa ceguera que nos impide prosperar porque no somos siquiera conscientes de la necesidad de hacerlo.
ResponderEliminarEl grafitti me gusta.
Besos
Pues sin duda es como dices, y mira que no hay ignorancia buena. Cuando veo en mi entorno cómo hay gente ignorante que proclama deseos de maldad -y esto incluye a cierta ralea política extremista y visceral- se me revela la identificación que hay entre ser malvado y ser ignorante. Y no se dan cuenta ni de una ni de otra actitud. Como decían hace décadas: ah, los buenos alemanes...(entiéndase la expresión, espero no tener que decir alguna vez ah, los buenos españoles)
EliminarDe nuevo mi curiosidad patológica. Llevo un rato dándole vueltas. ¿Cómo serían los grafitis de urinario en aquella Pompeya? ¿Los habría? ¿Serían "grafittados" con los excrementos de los usuarios? ¿Serían tan creativos como los de nuestro artistas de lo escatológico de hoy en dia?
ResponderEliminarHoy ya no podré dormir...
Espera de la carcajada que me ha entrado. Te aseguro que si me entero te lo comunicaré. Por cierto, es verdad, había bares. al menos antes de la pandemia, con grafitis soeces que batían record. No sé si aún. Debes dormir, que las dudas no te quieten el sueño. A los pompeyanos no les quitó el sueño, les quitó la vida otro fenómeno.
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