De joven me intrigó la película de Bertolucci La estrategia de la araña. Hoy, décadas después de verla por primera vez, he vuelto a ella. Me ha seguido fascinando. Es lo que tiene cierto cine, cierto estilo, cierto autor. Va más allá de un guión -en este caso tan inspirado en el cuento Tema del traidor y del héroe, de Borges- para proporcionarnos un ambiente que hace presente el pasado, un encuadre y un movimiento de la cámara que nos concede nuestro tiempo reflexivo, unos tipos de personajes que son intrahistoria, unas interpretaciones bordadas. Y todo para acercarnos a la belleza barroca en medio de un desierto de ancianos. A las evocaciones propias de las leyendas. A la eterna polémica de si hay que remover lo pretérito. Por supuesto, me he obligado también a releer el cuento borgiano, una narración impecable y precisa en tres páginas. Tal vez quiero ver -no sé si en mi afán por sacar las cosas de quicio- una metáfora de la vida tal cual, donde todos jugamos el papel contradictorio de héroes y traidores en tantos aspectos. O simplemente con nosotros mismos. El antifascismo italiano en el film de Bertolucci o la resistencia decimonónica irlandesa en el relato de Borges son solo la excusa, nada baladí, por cierto, y dos territorios donde tiene lugar el desarrollo de una ingeniosa treta acerca de la apariencia y la realidad. Acerca de la mitificación de lo reconocido y del silencio de lo oculto. Y como todo mito de héroes y malvados, no suele ser del gusto de las sociedades que lo rinden culto andar cuestionándolo. Hay otras películas -fue Bertolucci tan prolífico- que suenan más, que gustan más, que recaban más la atención de la masa espectadora. Sin desdeñar otra parte de su filmografía escojo Strategia del ragno para el leve homenaje al director que se fue hoy.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 5 minutos
Elegir una película suele ser arriesgado y va en gustos o según criterio de cada espectador. Yo hubiera elegido otra de Bertolucci, si bien reconozco que de esta película que citas no me acuerdo. Puede ser una buena ocasión para verla. El enlace de uno de los críticos de cine puede ser útil.
ResponderEliminarhttps://elpais.com/cultura/2018/11/26/actualidad/1543267921_388780.html
Fermín.
Por supuesto, Fermín, cada uno tiene su gusto, su opinión, su demanda sobre cine o lo que sea. Pero no sé por qué La estrategia de la araña me venía persiguiendo desde un tiempo y unos recuerdos que no es fácil olvidar. Veo el enlace.
EliminarNo veo películas por televisión y casi nunca voy al cine, ahora hacía ocho años que no iba, solo he visto una película de Bertolucci, tuve la suerte de ver Novecento, aquello fue una maravilla.
ResponderEliminarBertolucci un gran artista, lamento su pérdida.
Salud
Francesc Cornadó
De Novecento había dos partes y entonces desbordó a toda una ciudadanía emergente que buscaba sus claves de identificación, también a mí me pasó, sobre todo con la primera parte, pero luego la olvidé. Cosas curiosas, Quería recordarle al autor´. En mi generación tuvo su punto.
EliminarA mi me encantó Noveccento. Era muy jovencita y recuerdo haber ido al cine con mi padre, aunque en realidad no sé si fui con él,el caso es que me impactó y aún hoy me vienen algunas secuencias a la memoria. Creo que volveré a verla y esta que tu recomiendas, que no he visto todavía.
ResponderEliminarSaludos!
Novecento fue un icono incluso ideológico, mi entusiasmo fue contenido, pero me sigo interesando por El último tango en París, mucho. Una buena oportunidad para revisar películas de Bertolucci o no vistas todavía. Yo doy por válidas las imágenes vistas en el pasado, de cualquier film, pienso que nos estimularon, nos ayudaron a pensar y a disfrutar.Saludos, Sonia.
EliminarRecuerdo el metro de París inundado de carteles de Nuovecentto, antes de su estreno. Cuando el stablisment vio que la cosa iba de lucha de clases, procuraron que pasase de puntillas, procurando invisivilizarla. Cuando Bertolucci rodó El último emperador fue muy criticado por su giro ideológico.
ResponderEliminarSaludos.
De cualquier manera ambas películas tienen su miga. ¿Fue criticado con El último emperador porque no gustaba a los maoístas de Occidente? Bueno, tampoco L'aveu, de Costa Gavras, hizo gracia al post estalinismo, por citar un ejemplo. Y no por eso son directores menos capaces. Un abrazo.
EliminarPor esa película me ennovié con un militante comunista que me explicó la Estrategia de la araña, sin que me importara un rábano el argumento, y hete aquí que cuando la pude ver, ya me gustó más la película que el novio.
ResponderEliminarAh, qué bueno, algo había cambiado. ¿La película? ¿El novio? ¿O tú? En La estrategia...la sombra del relato de Borges lo cubre todo, salvo en la anécdota del desarrollo de la acción, la época fascista de los 30 en Italia.
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