Qué buena lectura la de esta tarde. Sin páginas, sin letras, sin historias. Sin dañar la visión. El hilo invisible la ha permitido colgarse de mi ventana. Razón tenían cuando de niño me increpaban que me dedicaba a pensar en las musarañas en lugar de atender. Hoy tampoco tengo ganas de estar pendiente de nada. Todo sigue igual, el argumento aburre y no hay misterio en la trama. Es mejor concentrarse en los arácnidos que vienen de visita. Si las mariposas decían que traían cartas, ¿qué me deparará esta sencilla y curiosa, acaso mensajera, araña?
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Hace 1 hora
Los arácnidos me apasionan. Les saqué un puñado de fotos tanto en Asturias como en Kronberg. Además nos asisten contra los maléficos mosquitos. Sus telares son resistentes y "mágicos" porque cuando retienen gotas de agua se transforman en joyas, en arte sutil y discreto. Ademas de estrategas cazadoras resultan trapecistas, hilanderas e ingeniosas velocistas. Lo mejor de todo es que su hilo mágico es de elaboración propia, por no entrar en su morfología.
ResponderEliminarYo la observé, sin pensar en la relación de las arañas con los humanos, ni en nuestro uso o desuso respecto a ellas. Leí en su actitud. Me pregunté lo que no me hace preguntarme desde las lecturas de libros.
EliminarA veces son tan enigmáticas que nos sueñan...
ResponderEliminarSuena bien, pero seguro que nos ignoran, salvo cuando otra presencia les pone en guardia.
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