Una jauría de perros domésticos, cuyos amos mostraban una actitud de salvajismo sumamente peligrosa, abandonaba sus collares y venían conmigo, entregados, mientras a lo lejos los innobles laceros lamentaban la defección de los justos.
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Los innobles son adictos a la afección, a la adhesión inquebrantable, al trance de la lealtad, a la alianza y al reclutamiento, a permanecer atados con los collares de siempre.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Pero que no quieran atarnos a los demás...si tanto les gusta ser de sus amos.
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