Las letras de tamaño grande iban encogiéndose a medida que pasaba las páginas, a mitad del libro apenas se distinguían, para acabar extinguiéndose misteriosamente justo en ese momento en que más interesante estaba siendo el relato, cuando todos los caminos permanecían abiertos, y todas las posibilidades quedaban en el aire, el amor sin saber si superaría la prueba, la cárcel que amenazaba al protagonista, la guerra que transcurría indefinida, la traición que acechaba y que nunca se sabrá si resultaba triunfante, la generosidad de los amigos que habían apostado por aquella aventura...
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 2 minutos
Tal como me has dejado a mí, con el alma en vilo'!
ResponderEliminarMuy bueno.
O el desafío del lector de retomar el texto y completarlo...
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