"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez
viernes, 24 de enero de 2014
Diario al borde
Sujeto a una hebra, al borde de la noche. Dudando. Cuando el cansancio decide y el pensamiento genera monstruos antes de cerrar los ojos. Hoy voy a soñar que soy...que recorro...que persigo...que perezco...
También hay días que el sueño necesita el folio en blanco. Sugerente texto, querido amigo. Es viernes y el cansancio de la semana invita a la quietud. Un saludo cordial.
Cordón umbilical el que te une a ti mismo. El cansancio muchas veces impide dormir, soñar; lograr el sueño que uno desea soñar me parece imposible, y no digo que lo sea, sólo que basta que uno quiera para que no se sueñe, sea bueno o pesadilla. Libre albedrío, al menos oniricamente hablando (eso de momento no nos lo pueden quitar, ni hay que pagar por ello, que vaya usted a saber si alguien (uno de esos que roban y no van a la cárcel) da con la manera de hacerlo viable con, digamos, un impuesto. Me gustó, Fackel, saludos cordiales.
El laberinto interior es más largo e intrincado que el que nuestra mente consciente sospecha. A veces no sabemos qué pasa, por qué, pero tiene sus reglas ajenas a nuestro control. Pero coincido contigo sobre el libre albedrío. Ninguna de las maldades humanas, sean éstas ejercidas desde el poder o desde cualquier insano que se mete en lo que no le incumbe, podrán con nuestro espacio salubre y posibilista, ni en el ámbito onírico ni en el consciente. Bien por tu coment, Ío, un abrazo.
Afortunadamente nos queda los sueños para agarrarnos a esas hebras de esperanza.. la noche, la imaginación y el cansancio a veces, produce monstruos.. sí.. besos
Nunca estaremos lo suficientemente satisfechos con los sueños, y acaso no seamos todo lo agradecidos que deberíamos estar con su existencia y sus mecanismos. Creo que la naturaleza proveyó muy bien, su desarrollo es paralelo y complementario con el del cerebro despierto, digamos. Probablemente debamos a los sueños mucho más de lo que somos capaces o nos alcanza de reconocer. Monstruos aparte que, por cierto, me quedo con los oníricos, pues los que conocemos en el actuar cotidiano no parecen tener solución. De estos tenemos que protegernos, Ico. Un beso.
Debería de crearse en la web una planta de reciclado para la basura psíquica. Empiezo a temer que acabe por inundarlo todo. La infecciones parecen estar provocando ya una pandemia. Un serio problema del que nadie parece darse cuenta. Salud... (es lo que hace falta)
Al decirlo explícitamente me haces sentirme más respaldado en el combate con la maraña, Zenon. Creo que somos conscientes de que estamos en ella pero no la aceptamos, lo cual me maravilla.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LAS FRANCESAS. UN CLAUSTRO CONVENTUAL DE LUJO DE HACE SIGLOS INCRUSTADO EN LA ARQUITECTURA DE HOY
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
También hay días que el sueño necesita el folio en blanco. Sugerente texto, querido amigo. Es viernes y el cansancio de la semana invita a la quietud. Un saludo cordial.
ResponderEliminarY se agradece ese punto de vista comprensivo, aunque luego haya cierto mono...Un saludo mesetario pero cáido.
Eliminar
ResponderEliminarCordón umbilical el que te une a ti mismo.
El cansancio muchas veces impide dormir, soñar; lograr el sueño que uno desea soñar me parece imposible, y no digo que lo sea, sólo que basta que uno quiera para que no se sueñe, sea bueno o pesadilla.
Libre albedrío, al menos oniricamente hablando (eso de momento no nos lo pueden quitar, ni hay que pagar por ello, que vaya usted a saber si alguien (uno de esos que roban y no van a la cárcel) da con la manera de hacerlo viable con, digamos, un impuesto.
Me gustó, Fackel, saludos cordiales.
m.
El laberinto interior es más largo e intrincado que el que nuestra mente consciente sospecha. A veces no sabemos qué pasa, por qué, pero tiene sus reglas ajenas a nuestro control. Pero coincido contigo sobre el libre albedrío. Ninguna de las maldades humanas, sean éstas ejercidas desde el poder o desde cualquier insano que se mete en lo que no le incumbe, podrán con nuestro espacio salubre y posibilista, ni en el ámbito onírico ni en el consciente. Bien por tu coment, Ío, un abrazo.
EliminarAfortunadamente nos queda los sueños para agarrarnos a esas hebras de esperanza.. la noche, la imaginación y el cansancio a veces, produce monstruos.. sí..
ResponderEliminarbesos
Nunca estaremos lo suficientemente satisfechos con los sueños, y acaso no seamos todo lo agradecidos que deberíamos estar con su existencia y sus mecanismos. Creo que la naturaleza proveyó muy bien, su desarrollo es paralelo y complementario con el del cerebro despierto, digamos. Probablemente debamos a los sueños mucho más de lo que somos capaces o nos alcanza de reconocer. Monstruos aparte que, por cierto, me quedo con los oníricos, pues los que conocemos en el actuar cotidiano no parecen tener solución. De estos tenemos que protegernos, Ico. Un beso.
EliminarDebería de crearse en la web una planta de reciclado para la basura psíquica. Empiezo a temer que acabe por inundarlo todo. La infecciones parecen estar provocando ya una pandemia. Un serio problema del que nadie parece darse cuenta.
ResponderEliminarSalud... (es lo que hace falta)
Ya sabes que me encanta esta saga. Me identifico bastante con ella, yo también escalando mis propias enredaderas...
ResponderEliminarAl decirlo explícitamente me haces sentirme más respaldado en el combate con la maraña, Zenon. Creo que somos conscientes de que estamos en ella pero no la aceptamos, lo cual me maravilla.
Eliminar