Si este país -este territorio que va y viene del cabo de Creus al de Trafalgar, del cabo de Fisterra al de Gata- fue conocido en la antigüedad como país de conejos o también país de serpientes, en el futuro, y vista la trayectoria que lleva, será conocido como País de los Suicidas o de los Suicidios. Acabo de leer que hoy una mujer ha muerto en Barakaldo al tirarse por el balcón cuando iba a ser desahuciada. Parodiando a aquellos retóricos de la mediocridad de pistola al cinto habrá que decir que España es una unidad de destino...en el Suicidio (se va ganando la mayúscula)
Los suicidios silenciosos y opacos (
una mujer muere al caer por una ventana o bien
un hombre muere atropellado por el tren decía la prensa hasta hace poco) han dado paso a los que se exhiben. Hay gente agobiada, de vida ya desastrada -ahora se dirá desestructurada-, harta y sin esperanza. La desesperación, se dirá, está en función de la personalidad de cada individuo, porque suicidios ha habido siempre. Puede que los suicidas, y lo hemos hablado tantas veces, tengan una tendencia mental muy predispuesta (conozco casos con antecedentes familiares incluso) Pero el maldito agobio de las circunstancias que vive el país, y que se han sembrado y desarrollado durante décadas, está explotando día tras día. No, me niego a reconocer muchos casos de suicidio como respuestas a situaciones libremente elegidas. La enajenación estará presente en casi todos los casos. Pero la sociedad no ayuda. El sistema no coopera a la salud de sus ciudadanos. El patriotismo de opereta del que se ha hecho gala deja a los hombres sin patria (concepto equívoco) y lo que es peor, sin Estado. Hay dejación total del Estado, el cual está transmitiendo la realidad de que existe solo para recabar impuestos y entregar lo recaudado a las empresas privadas, vía dinero directo (bancos) vías privatización de lo público.
Que vamos hacia un país más pobre, oigan. Que los pobres suelen convertirse en miserables, oigan. Que los miserables traducen su corazón en algo frágil y su mente en ignorancia. ¿A dónde quiero ir a parar? A que la ignorancia siembra el mal. A que se está propiciando por parte de los poderes de clase y sus instituciones de iure o de facto una división fatal en la sociedad. División que puede propiciar desde esa opción demente personal (suicidarse) hasta el enfrentamiento social (menos ricos, pero muy ricos, y muchos pobres) La pobreza no es solo el pedir. Es rebajarse los sueldos a niveles inconcebibles y pretender tener un nivel de vida que no puedes mantener, por ejemplo, porque ya te habías metido en piso, coche y consumo vario desde hace tiempo. O a convertirte en autónomo, que es otra historia.
Los suicidas son la
contrapublicidad del sistema. Avisan del lado oscuro de nuestra forma de vida. Naturalmente, dentro de cuatro días vendrán las hipócritas fechas de Navidad. Los suicidas van a amargar las fechas, el consumo y la depredación de las grandes corporaciones del negocio. Atentos todos. ¿Podría traducirse la tentativa de suicidio en actos colectivos de solidaridad y apoyo mutuo? Es ir contracorriente, ya lo sé. Y tiene mucho de antisistema. Pero también los anticuerpos actúan como tales en nuestro cuerpo y ¿qué sería de nosotros si los desalojáramos?
(Traigo la imagen de Genovés tan conocida porque tiene mucho de icono a rescatar. O hay abrazo o hay desencuentros. Españoles: elijan)
Muy patriótico te noto, los apátridas no tenemos esos problemas....... los encontramos en prácticamente todas partes con el disfraz pertinente a su nivel de evolución social. Bss.
ResponderEliminarYo me tenía por sensible y tu me cuelgas el sambenito de patriota. Caray. El que los problemas estén por muchas partes del mundo ¿debe evitar que sienta los de aquí o que me vuelva más duro con los que andan en la proximidad? No me consuela. Disolver en la generalidad lo particular, en materia de desgracias, solo nos llevaría a la desafección sobre los otros seres humanos.
ResponderEliminarUn abrazo.
El cuadro de Genovés, ese abrazo... Siempre, desde que se implantó como icono de la amnistía y la reconciliación, cuando aquella gran mentira de la famosa Transición, me pareció una ilusión, ni siquiera óptica.
ResponderEliminarLa verdad es que de aquellos polvos vinieron estos lodos: La tan cantada reconciliación nacional consistió en que los torturados se reconciliaran con sus torturadores, por así decirlo. O sea, fueron los vencidos quienes resultaron obligados a reconciliarse con sus vencedores y victimarios. Así nos va: Hay de nuevo un ministro del Interior que responde a triple militancia: En el PP, en el Opus Dei y en los Legionarios de Cristo.
JL
José Luis, no he pretendido rescatar el espíritu claudicante de la Transición al colocar el cuadro de Genovés, sino el sentido del abrazo o del esfuerzo común...en otra órbita. No tomes el cuadro como referencia que oculte mi texto, por favor. Por supuesto que de aquellos polvos vinieron estos barros, aunque en realidad vienen de mucho antes. Una idiosincrasia política mutilada, siempre inculta, siempre en manos de los mismos. El ministro del Interior tiene que estar padeciendo sí, pero su padecimiento siempre es maniqueo, nunca se plantea gente así dimitir, elegir entre sus creencias personales y su cargo público, ¿por qué será?
ResponderEliminarY mientas, la Botella, implorando a la Virgen por las familias de las chicas muertas en Madrid Arena. Esta gente es frívola, pero ¿y los españoles aceptándolo?
Francamente, tal vez desde la Transición nos vieron cara de imbéciles, inclusive a los torturados y represaliados de la dictadura. Y así va el tema.
Las navidades vendrán, como usted bien dice, pero vendrán igual que las pasadas. Habrá algo más de escasez sobre el sofá de los regalos pero, sin duda alguna, todos tendrán su merecido presente.
ResponderEliminarEl momento en que esa estafadora y consumista navidad nos devuelva a todos el pensamiento a su original y primario cauce dentro de la razón, nuestra "patria", nación o planeta (como quieran llamarlo), generará la fuerza necesaria para desprenderse de las sabrosas migas que tanto importunan y además atraen a las voraces hormigas para comerse nuestro territorio..
¿Saludos y enhorabuena por el blog!
No, no obviaba tu texto con el cuadro, nada más lejos de mi intención.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que planteas, sí, los españoles lo aguantan todo y además colaboran muy a menudo. Regresé a España tres años antes de la muerte de Franco y tuve que hacer la mili. En las manifestaciones del primero de mayo éramos cuatro gatos, al menos en Madrid, Glorieta de Atocha, lo recuerdo bien, y las buenas gentes, buenos súbditos españoles, gentes de la calle y todo eso, decían a la policía por dónde nos íbamos para escapar de sus cargas (entonces muchas veces tiraban con fuego real), reagruparnos y saltar en otro punto de la ciudad. Un país de delatores, eso no me lo quita nadie. El resto, mala literatura.
JL
Yo me alejo (tal vez también sea una manera de suicidio): mi sensibilidad mata la reflexión. Miro las cosas estupefacta con esa misma carita del niño aterrado que colgué en las fotos del sacrificio del cordero. Y después cierro los ojos. Y estas noticias, y otras, me golpean unos segundos y vuelvo a alejarme. Triste, lo sé, pero no sé hacer más.
ResponderEliminarLa pobreza cada vez es mayor, muchas familias (400.000) han sido deshauciadas, un pariotismo intolerante está enajenando la buena voluntad de los ciudadanos, una tasa de paro que va creciendo, estafadores por doquier, corruptos que son reelegidos, políticos de mala calaña, candidatos fascistas que buscan una repetir en sus puestos, nacionalismos facistoides intolerantes, bancos ladrones, pequeños empresarios que no consiguen levantar cabeza, todo esto causa mucho dolor, hay muchos casos desesperados, aumentan los enfermos mentales, gente que pierde la razón y se suicida.
ResponderEliminarNo albergo ninguna esperanza, nos esperan setecientos años de miseria y dolor.
Salud
Francesc Cornadó
En las antiguas recesiones se tiraban los banqueros, ahora se tira el pueblo.
ResponderEliminarEsta tarde me cubrió algo que me hizo comprender la locura en la que estamos inmersos..., nadie tiene el control, solo los que recurren a su conciencia, el resto
es un barco sin timón que se va a las piedras.
Los humanos ya no lo somos....
Con afecto tribal.
Tula de Fractales.
Jjmor. Me quedo con esa cita "El momento en que esa estafadora y consumista navidad nos devuelva a todos el pensamiento a su original y primario cauce dentro de la razón..." Me pregunto no obstante cómo diablos se realizará ese proceso de reintegro a la mente, salvo que sea por vías francamente lamentables en que las condiciones de vida se nos hayan depauperado tanto que necesitemos repensarlo todo. Hay quien defiende ya el decrecimiento como fórmula de vivir más equilibrada y sosteniblemente (bellas palabras del momento actual) pero resulta todo tan explosivo...
ResponderEliminarGracias por pasar por este rincón. Un saludo afectuoso.
José Luis, gracias por tu precisión. Yo viví esas circunstancias análogas, y sí, es como dices, no obstante la aureola romántica que nosotros mismos necesitábamos para oponernos al monstruo. Todo el mundo era marcado y descalificado por los miedosos, los del orden, los paniaguados. Inteligencia era un término desconocido y Cultura sonaba a idealismo (o se identificaba con Folklore) Pero me encontré a gente que echó una mano, colaboró espontáneamente u ocultó sin mayores exigencias a algún clandestino. Muchas veces me vuelvo a preguntar si la noche de los tiempos desapareció o si solo se atraviesan fases con nuevos rostros.
ResponderEliminarGracias por hacerme re-pensar.
Francesca: ¿alejamiento por autoprotección, por impotencia, por asco? No sé, cada cual tiene sus mecanismos de afrontar la realidad, pero lo peor que nos puede pasar es que nos precipitemos en la espiral el espanto.
ResponderEliminarFrancesc, he leído y releído tu comentario, por ver si era imprudente o exagerado alguno de tus enfoques, pero sospecho que no me queda sino darte la razón. Solo intento cuestionar tu última frase, acerca de que no albergas esperanza. Me resisto, aunque me invada un hastío semejante al tuyo. Demasiado hedor por doquier. ¿Nos conducen a una sociedad del sálvese quien pueda?
ResponderEliminarSí, Tula, aunque también en 1929 hubo mucha gente humilde que se suicidó. Pero aquí a los banqueros y otros de su estirpe, incluidos inquilinos de instituciones varias cuyo nombre no deseo pronunciar, se les hinchan las alforjas. Eso va a ser el rescate: hundimiento incluso vital para unos y salvación sin merecerla de los delincuentes de arriba.
ResponderEliminarMe resisto a no ser de una clase de hombres diferentes, de una clase de tribu que cuestiona, de una clase de seres que quieren ser otra cosa que alienados. ¿Bebo aún en las fuentes de pasados idealismos?
No Fackel, bebemos en las fuentes de la conciencia de este Universo, así parece que es la evolución, ponerlo difícil para sacar lo mejor de nosotros mismos.
ResponderEliminarTener un ideal es tener un propósito y es atemporal.
un abrazo
Tula.
Gracias por ese comentario que anima, Tula. La cuestión es esa, que nos damos demasiada cuenta de tantas cosas. La evolución se lo encontró difícil, pero proporcionó recursos...si no, los antropoides aquellos no hubieran bajado de los árboles. El otro asunto es tener un ideal que si idealiza excesivamente nos haga perder el norte; te lo digo porque yo lo he vivido. Cantos de sirena que en su momento desviaron atenciones, engendraron mundos e Ítacas que no eran como nos parecía, en fin.
ResponderEliminarUn abrazo, ¿cómo anda la luna? Con tanta nubosidad (hace semanas que no veo el sol) no sé si sigue existiendo.
Bueno, un ideal es algo muy persona,es una decisiónl y una cosa son los ideales de la masa y otra los propios, quizás el problema viene dado por el encuentro de uno con los otros y el EGO que subyace.
ResponderEliminarResumiendo, me quedo con la conciencia ya que nunca cambia, no tiene modalidad de época.
La Luna...de momento no son capaces de sacarla de orbita,...al tiempo.
abrazo.
Tula.
Mi querido y envidiado Fackel. Los tiempos se repiten como una secuencia infinita. No hay más (ni menos según se mire) Necesitamos una REVOLUCIÓN y no rebeliones. Éstas últimas sólo provocan convulsiones y vómitos.
ResponderEliminarUn abrazo, templado.
Amigo Fackel, en mi comentario me olvidé decirte que estoy apuntado en la lista de los hombres más pesimistas del mundo.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Muy bien precisado, Tula, y lo comparto. Y la conciencia...muy seguro estás de su estabilidad en el cosmos. No sé, también evoluciona y se ve sujeta a los vaivenes..creer, creo en ella, pero sabe y sufre también de traiciones, jaj.
ResponderEliminarMenos mal que eres solo cloruro sóodico, porque si fueras clorato potásico no sé dónde estaríamos, ja. Isla, me resisto a aceptar la repetición de los tiempos, pero hay tantos elementos que recuerdan el pasado que casi voy a caer en la fe del derrotismo. No me dejéis, por favor.
ResponderEliminarSobre esa cosa-vocablo-despecho que mencionas en mayúsculas...¿a cuál te refieres? ¿A la de la pazyamor, a la británica de 1640, a la Bastillana, a la bolche, a la naZionalsindicalizta, a la de los disfraces de la anterior, a la de Wilhem Reich...o solo a la pendiente? (no lo digo de coña, eh, aunque parezca)
Francesc, ¿tú también, ergo...? No suele publicarse esa lista porque no habla como otras que sabes del ránking de capitales personales, pero en mayor o menor medida tiene muchos socios. Francamente, no sé en qué medida lo estoy yo, supongo que a días. Un abrazo.
ResponderEliminardicen que no se puede dar mucha publicidad a un suicidio porque entonces se contagia...
ResponderEliminarDicen eso, sí, Aris. Que no se debe. Siempre me ha quedado la duda de si no hablando de ello se evitan muertes así.
ResponderEliminarSiempre nos queda la duda de si és al país de delatores que nos recuerda José Luis o el de las buenas gentes que arriman el hombro, como nos sugieres tú, Fackel. Sin duda és las dos cosas, pero la realidad se alimenta de las circunstancias personales, de la experiencia.
ResponderEliminarLo que sí tenemos claro los unos y los otros es que esto no funciona, y si no lo reconstruimos de nuevo desde abajo mo vamos a poder salvar nada de lo bueno que nos une.
Mira que no me gustan nada los sacrificios, pero me pregunto qué parte de la responsabilidad de estos suicidios se llevan a la cama los que nos gobiernan: ¿duermen tranquilos?
¡Benditos sean nuestros muertos!
Enric, supongo que, como todos los países y aldeas, de todo hay en la viña. Lo curioso sería saber de qué depende el que a veces unos se inclinen en dirección opuesta a lo que han sido o comportado. Hay épocas históricas verdaderamente oscuras -también podría hacerse la pregunta de si en todos los rincones ha cundido la noche oscura o si unas regiones humanas están más marcadas que otras con ese signo- donde el miedo ha hecho malos a los hombres. No solo el miedo: la miseria, el planteamiento desesperado de la supervivencia, la competitividad, la envidia, el dolo, la maledicencia, etc.
ResponderEliminarAciertas cuando dices que estamos viendo -aunque no sé si todos- que esto no funciona. Pero esa revisión desde los cimientos de las formas de vivir -de trabajar, convivir y satisfacer- ¿estamos dispuestos a emprenderla? ¿Estamos dispuestos a un esfuerzo arriesgado para obtener un futuro más consecuente?
Respecto a lo de los suicidios, pues sí, creo que se van tranquilos a la cama. Acaso padecemos más quienes meditamos al respecto, mira tú. Pero los responsables de ese estado de cosas que influye y trae desgracia a otros humanos se quedan tan anchos. ¡Siempre se protegerán en la superioridad, en las normas, las leyes, etc.! O en eso que se dice de modo tan flagrante y cínico hoy para todo: es lo que hay. Sí, se quedan tan anchos.
Mira el otro día cuando el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sacó un millón y pico de sus fondos en Bankia: ¡enseguida paralizaron los banqueros los desahucios! ¡UN BUEN CAMINO! Es el único que entienden.
¡Benditos nuestros muertos, sí, sobre todo los que jamás tuvieron opción!
“Francamente, tal vez desde la Transición nos vieron cara de imbéciles, inclusive a los torturados y represaliados de la dictadura. Y así va el tema, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sacó un millón y pico de sus fondos en Bankia: ¡enseguida paralizaron los banqueros los desahucios! ¡UN BUEN CAMINO! Es el único que entienden. “ Me han gustado mucho todas estas entradas, los poemas son certeros y cálidos. Claro que para evidenciar sea necesario evidenciar lo imposible, la moneda del DESHAUCIO en manos del estado, el abrazo de un nido no tiene nada que ver con la violencia de los controles policiales y la ruptura con los marcos humanos.
ResponderEliminar“La desaparición del exterior” –“ Puede ser que la subversión no le haga frente a la potencia ciega de lo masivo. Puede ser que el conflicto sea un conflicto oblicuo, capilar, espejante. Ese enfrentamiento obligaría quizá a asumir como inevitable la lógica de la visibilidad y de la guerra. Por otro lado parece tan ingenuo pensar que es suficiente con apagar la televisión. Para el momento incierto del apagón habríamos de haber aprendido a mirar para ver el mundo de otra manera.” (de, Antonio Méndez rubio)
//hace poco escribí un largo poema que contiene estos versos//
se abrigan dos suicidas de un noveno piso
hasta tropezar con una reliquia de piano
a los pies del primero.
En esta noche errada
no hay aurora
ni ámbar que aprese el lenguaje
porqué no lo hay.
Si hay luz en la noche ha de ser fatigada.
Hasta unos cartones debajo de un puente nido del que no tiene más
que las dádivas de una misa negra y un par de cervezas baratas.
El lenguaje está en la oscuridad
no depende del valor de la verdad
ni del resumen de su novedad.
Dos suicidas se abrochan la boca
desde el primer orgasmo.
Agradezco tus entradas atento.
Hombre, y yo agradezco infinito estas aportaciones varias. Visto lo que intentan aplicar, es de suma desconfianza el Estado. Van a reducir a lo mínimo de lo mínimo, con todo el margen de error que puede producirse, el sector que puede verse mejor tratado en el asunto de los desahucios. Lisa y claramente, son unos cerdos. Intentan apaciguar a la prensa, suavizar a los jueces (que a su vez se preocupan no sé si tanto social y compasivamente como por el exceso de trabajo y las incomodidades y conflictos a la hora de valorar el tema que les causa) Los que no van a pagar el pato son los señores de la Banca, eso está más claro...
ResponderEliminarViolento tu poema, como la vida frustrada de los suicidas.
Un abrazo.