En algún lugar
la sombra
envolviendo a cuantos hombres
habitan a este hombre
en algún calor
la claridad
con que me obsequia la mañana
cuando ya me veía perecer
regiones donde me refugio
entreabriendo con letras
una mínima expresión
que ponga rostro
la palabra urgida
el gesto deseado
(Fotografía de Alex Howitt)
hermoso poema, he sentido la melodía pura que abraza la mañana, como el convaleciente que observa con lo mínimo, sin el exceso de la multitud.
ResponderEliminarun abrazo Fackel
Rider. Todos somos convalecientes, sea cuales sean las causas que lo motiven, ¿no crees? Ay la multitud y su agobio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Directamente y desde el lado literariamente cotilla, ¿son suyas estas letras?
ResponderEliminarContésteme, desde la sombra, cualquiera de los hombres que habita a ese otro hombre.
Saludos, PeterP
PeterPan. Claro, y la oración y la sintaxis y la anárquica composición que haya podido dar lugar. Mientras exista la libertad de expresión y nos la permitan ejercer en los blogs, mientras no nos pongan ni censura política ni censura cultural ni censura económica procuraré hablar tal como me lo pida el cuerpo.
ResponderEliminarEspero que estas letras no le hayan resultado especialmente inquietantes, solo hablan de mi propio vértigo.
(No sé si le ha contestado la sombra, alguno de los hombres que habitan al editor o una simple neurona escapada de la estructura del ser, jaj)
Inquietante o no, me quedo con la respuesta de la simple neurona escapista. Déjela hablar más, ¿no?
ResponderEliminarClaro, Devaneos, las neuronas están para tejer y destejer...memorias, pensamientos, ocurrencias, acciones y reacciones, avances y retrocesos, y naturalmente palabras...o simples balbuceos.
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