hoy quiero recordar a los estrellados
a los perdedores, a los desaparecidos, a los traicionados,
a los fracasados, a los perseguidos, a los repudiados, a los escarmentados,
a los denigrados, a los malditos, a los silenciados,
a los desposeídos, a los hundidos, a los maltratados, a los atosigados, a los destrozados,
a los enfangados, a los torturados, a los ensuciados, a los sumergidos,
a los difamados, a los negados, a los pisoteados, a los quemados, a los ignorados,
a los empobrecidos, a los frustrados, a los calumniados, a los humillados,
a los ajusticiados, a los despreciados, a los rebajados,
a los desprovistos, a los coaccionados, a los prohibidos, a los empalados,
a los estafados, a los detestados, a los indóciles, a los subversivos, a los insumisos,
a los quebrantados, a los malogrados, a los olvidados, a los condenados,
a los postrados, a los indignados, a los vencidos, a los irreductibles,
a los discriminados, a los azotados, a los escupidos,
a los desahuciados, a los avasallados, a los montaraces, a los afligidos, a los sentenciados,
a los violados, a los excluídos, a los abatidos, a los reducidos,
a los sacrificados, a los asesinados, a los desolados, a los insultados, a los resistentes
y a los anónimos
porque a ellos les pertenece más que a nadie la estrella
sin ellos ¿qué hubiera sido de nosotros, aunque no quieran algunos reconocerlo?
(La imagen es de Jean Cocteau. Pertenece a su obra El libro blanco)
Lamento reconocerme en el 99%... salvo en el de los anónimos, y lamento haberme desprovisto hace mil años ya del pudor que le impide a uno/a decirlo en público, aunque nunca del todo.
ResponderEliminarY no puedo dar las gracias por el recuerdo...porque así lo nombra el escritor, como un recordatorio, señal de que no tiene habitualmente presente esas realidades.
Un beso
Totalmente de acuerdo con tu homenaje... ahora permíteme utilizar su antónimo, para decir que mi desprecio es a todo aquel que permite, consiente y ensalza al que esclaviza, al que mata, al que tortura, al que desahucia... en definitiva, al fascista de turno y su mala baba, la mala gente: como yo lo veo. Lo siento si me equivoco, pero creo que no...
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Pues no sé bien que decirle, anónimo/a. Reconocerse en ese 99% que dice me parece desmesurado, pero cada uno sabe. Es valiente, no obstante, por su parte afirmar lo que afirma.
ResponderEliminarRespecto a su segundo párrafo, un tanto oscuro o no inteligible del todo para mí. Un recordatorio no implica no reconocimiento habitual de las realidades precisamente. No sé cómo puede concluir en que el autor no las tiene presentes. Entonces, ¿por qué cree que escribe el autor ese post?
Además, por si le sirve de pista, le diré el alcance con que fue escrito. Ayer fue una fecha especial. El autor tenía que agradecer con ese recordatorio a una Humanidad no reconocida pero que realizó un gran esfuerzo y demostró dignidad.
Gracias.
Utopazzo, te permito y comparto ese desprecio. El mal y la maldad existen. Algo que la religión cristiana es incapaz de afrontar, así como el dolor, de frente, con valentía y con argumentación. Y con salidas positivas para el género humano.
ResponderEliminarNo te equivocas, hermano. A estas alturas de la vida las cosas están suficientemente claras. La ignorancia y el mal tratan de ignorarlas, oscurecerlas o desvirtuarlas.
Un abrazo.