La entrada anterior era el homenaje particular del hombre a los vencidos. Siempre le atrajeron con enorme fascinación las causas perdidas, aunque se hubieran producido a siglos de tiempo y a miles de kilómetros de distancia. Debe ser por su propia conciencia de la ubicación personal. Y siempre le indignaron las circunstancias y las derrotas. Pero necesita decirse, para relajar su tensión interpretativa de los hechos, que aquello es ya pasado. Sin embargo ciertos acontecimientos le hablan como si el pasado volviera. De momento envuelto en sombras y en claroscuros. Lee en la prensa las cesiones y concesiones de los obreros y empleados en Nissan en Barcelona y en Fiat en Turín y entonces el pasado revive. Lee sobre la división tajante entre sectores de los mismos obreros. Lee sobre promesas de las empresas, que vaya usted a saber si serán cumplidas. Lee sobre el precio de la propia condición. ¿Qué hay dentro del pecho de los trabajadores? El hombre se aterra al ver en las entrañas del individuo -del ser, del trabajador, del hombre- un espacio tan vacío. Cuidado: si el vacío no es ocupado por una conciencia acaba siendo ocupado por un monstruo. El hombre arroja asqueado el periódico y se palpa el alma.
(La composición fotográfica es de Michael Macku)
¡¡ que grande eres¡¡ muchas gracias por deleitarnos con tus bellisimas letras llenas de magia y significado, un besin muy grande.
ResponderEliminarOzna, ¿tú crees que hay magia? Yo solo veo ignición. Gracias por pasarte. Por aquí se sigue.
ResponderEliminarAy, los peligros del hombre hueco... grande, Fackel.
ResponderEliminarYo creo que hay muchos hombres y mujeres huecos, faltos de motivaciones, con la conciencia perdida, y lo que es peor, algunos viven sin buscarla.
ResponderEliminarbesitos
Ramón, ayes y suspiros, sí. Todos dependemos de todos.
ResponderEliminarBuen lunedi.
Ana. No sólo crees, es que lo has comprobado, ¿a que sí? Pero yo no creo que la oquedad sea total en un individuo. Todos nos hemos quedado en blanco alguna vez, por efecto de una crisis o dos o mil, pero hay quien nunca asume que el cerebro está para elaborar pensamiento, ser consecuentes, saber en qué mundo se vive, etc. Del vacío siempre se aprovecha alguien, y, casi siempre los más retrógrados.
ResponderEliminarSalud.
Vacíos precisamente por no saber palparse el alma, Fackel. Extorsión por la parte empresarial; consentimiento sometido por la parte trabajadora. ¿Y cuándo hayan acabado de fabricar los nuevos modelos, qué? ¡¿QUÉ?! Pan para hoy, hambre para mañana. Y lo peor, perdiendo la dignidad.
ResponderEliminarSalud
Ata. Nada que añadir a lo que expresas con una síntesis pletórica de indignación. La dignidad parece importarles poco a los curritos de cuello blanco que hoy suman buena parte de la nueva clase obrera y empleada en las empresas con tecnologías punta. Están mejor pagados y se creen que son alguien (¿la famosa clase media?) Llevará tiempo hasta que se den hostias y caigan del burro. O no. Ellos han decidido el resultado de la votación en Fiat.
ResponderEliminarBuena noche, y relajada al menos.
¡Ay los curritos de cuello blanco! Sí, claro Fackel, la famosa clase media que ahora se muerde como una perra a sí misma. Ya veremos en unos meses, o en unos años, quién sabe el tiempo. Obreros son, lleven en el mono azul o el cuello blanco. Cuando caigan las máscaras...
ResponderEliminarUn abrazo
La luna llena haciendo de las suyas.
ResponderEliminarSaludos
Eso parece, que estamos en esa fase pero no la veo. Será la nubosidad. Gracias por pasar.
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