Y al levantar el cuerpo, sólo quedó la arruga y una hendidura cálida. Los límites del cansancio truecan en actividad el sueño abandonado. Convirtióse la ausencia en hexagramas. Y fue dicho: que la vida del hombre traicionará al oráculo. Nada hay establecido para siempre. Jamás la decisión sobre la vida proviene absolutamente de lo ajeno o es fruto exclusivo de lo propio. El origen es la probabilidad. El destino, una metáfora. Y el tiempo, una palabra malgastada. Y un día más, el azar y esa pequeña consistencia que dan los años acarician la piel que ya se arruga. Miras la luz de perfil (la luz nunca se deja mirar del todo de frente) Y respiras profundamente, a ver qué se alza desde lo más recóndito de ti mismo.
Trump’s Trouble With Tulsi
Hace 59 minutos
En efecto, las arrugas más representativas no son las que se dejan sobre unas sábanas o un edredón, sino las que no pueden ya disimularse sobre una frente o unos carrillos. Pero las arrugas tienen a su favor que están cargadas de memoria. Saludos fuerte.
ResponderEliminarCierto, Alex, muy cierto. Las arrugas cargadas de memoria, genial. Al final (recuerdo a mi padre en sus últimos años) llevaba adherida tanta memoria como arrugas sobre su piel cerebral. Gracias.
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