"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez
lunes, 25 de diciembre de 2006
El furor acecha
Leyendo la obra poética de Eugenio Montale me encuentro esto...
El furor El furor es tan antiguo como el hombre, pero creía tener un objetivo. Ahora se basta a sí mismo. Es un paso adelante, pero no es suficiente. El hombre debe, aun permaneciendo bípedo, transformarse en otra bestia. Sólo entonces será, como las fieras de cuatro patas, inocuo si no lo agreden. Harán falta unos años o milenios. Es un abrir y cerrar de ojos.
Viene a pelo la poesía, para acunar mis pensamientos trastornados. Quien piense que el furor permanece aplacado, yerra. La vida está repleta de conflictos y su escala desborda lo previsto. Que cada cual se palpe y se interrogue. Como los movimientos tectónicos, apenas o nulamente perceptibles, el furor se desplaza bajo nuestra piel. Y de pronto, su ruido inconfundible. Bulle por las amplias geografías y revienta la Historia. Tiempos de ira. Acarreando desgracias. Su ignorancia, un engaño.
Ciertamente, Fackel, demasiada ira nos cerca, a algunos les ahoga, y otros se confunden con ella misma para ejercitarla sin miramientos. Demasiada ira, eso sí, adornada con publicidad. Me lo apunto como proposición para el nuevo año: contener la ira, destroza las vísceras. Un aliento.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LAS FRANCESAS. UN CLAUSTRO CONVENTUAL DE LUJO DE HACE SIGLOS INCRUSTADO EN LA ARQUITECTURA DE HOY
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Ciertamente, Fackel, demasiada ira nos cerca, a algunos les ahoga, y otros se confunden con ella misma para ejercitarla sin miramientos. Demasiada ira, eso sí, adornada con publicidad. Me lo apunto como proposición para el nuevo año: contener la ira, destroza las vísceras. Un aliento.
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