"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez
sábado, 16 de septiembre de 2006
Desolación
Es lo que queda y lo que no queda, un espectro, una agonía indefensa, un desaliño de marchitas memorias traicionadas donde nadie mira sino con ojos de repulsión: las gentes son olvidadizas e inclementes con las huellas perdidas y por más que pregunto nadie sabe qué hubo allí, sino abandono. Y cuando bajo la calle me resisto a seguir, me hechizan las mohosas cancelas, la severa armonía de las puertas, el austero plano de una fachada que quiso ser diáfana en trasnochados tiempos de silencio y campanadas a las horas de los transeúntes muertos. Se me clava a mi también la noble corona que pregona la propiedad en clave desteñida. Y pienso: una vez más a la ruina la salva la palabra, como siempre, como a todo. El cartel desmesurado airea la aristocracia de los tipos y su grafía perdurable atraviesa como una flecha mística el ambiente huidizo de la vieja ciudad de provincias. La grandeza de la desolación huele a humedad rancia mojada en alfabeto.
(Suena Miles Davis a mi lado, desliza su armónico Bye Bye Blackbird, acompañándole en su plegaria musical John Coltrane, Red Garland, Paul Chambers y los Jones)
Vaya, hacer un poema cuasi elegíaco a una ruina callejera no está nada mal. Todo puede ser objeto de canto, o al menos de evocación. Siempre resulta patético cuando no conmovedor contemplar el abandono y el desprecio sobre los inmuebles que un día fueron. No es de mucha imaginación sospechar problemas de herederos o desinterés administrativo. Y siguen apareciendo huellas maltrechas como éstas por cualquier lado. No quiero ni pensarlo ni hacer ficción para el futuro.
Las ruinas nobles (las antiguas) siempre fueron objeto de evocación. Las ruinas actuales son repudiadas por todos, pero a algunos nos enternecen. El primer canto consiste en fotografiarlas. Luego la meditación puede ser mentalmente efímera o poner unas letras, como en este caso. Como saque la colección...Buenas noches.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LAS FRANCESAS. UN CLAUSTRO CONVENTUAL DE LUJO DE HACE SIGLOS INCRUSTADO EN LA ARQUITECTURA DE HOY
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Vaya, hacer un poema cuasi elegíaco a una ruina callejera no está nada mal. Todo puede ser objeto de canto, o al menos de evocación. Siempre resulta patético cuando no conmovedor contemplar el abandono y el desprecio sobre los inmuebles que un día fueron. No es de mucha imaginación sospechar problemas de herederos o desinterés administrativo. Y siguen apareciendo huellas maltrechas como éstas por cualquier lado. No quiero ni pensarlo ni hacer ficción para el futuro.
ResponderEliminarLas ruinas nobles (las antiguas) siempre fueron objeto de evocación. Las ruinas actuales son repudiadas por todos, pero a algunos nos enternecen. El primer canto consiste en fotografiarlas. Luego la meditación puede ser mentalmente efímera o poner unas letras, como en este caso. Como saque la colección...Buenas noches.
ResponderEliminarColtrane, Coltrane, Coltrane
ResponderEliminarColtrane.
Impulse, Impulse, Impulse...
ResponderEliminarimpulso